—Melania, cerrá bien la puerta del baño principal que ya no lo vamos a volver a usar, ¿me escuchaste? —le dijo el presidente Donald Trump a su esposa.
—Melania, cerrá bien la puerta del baño principal que ya no lo vamos a volver a usar, ¿me escuchaste? —le dijo el presidente Donald Trump a su esposa.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá—Ok, Donny darling, no problem! —replicó la señora, con esa sonrisa dibujada en su hermoso rostro por quién sabe qué famoso cirujano plástico (“doctor, déjeme los labios como si siempre me estuviera sonriendo porque no tengo otra manera de hacerlo”, le dijo un día la primera dama a un mago del bisturí de la Clínica Mayo).
—Jarred, ¿cerraste bien el gimnasio y la biblioteca? Porque ya no volveremos a entrar allí, ¿me entendiste? Y traete las llaves, plis —inquirió e indicó el primer mandatario a su yerno.
—Ivanka, tu viejo hoy está ivankable —le dijo el joven Kushner a su bella esposa, hija predilecta de don Donald.
—Bancátela, Jarry, que bien le sacaste el jugo a la Casa Blanca —le contestó Ivanka a su marido.
—¡Ivanka! ¿Estás ahí? —vociferó Donald Trump desde la planta alta de la confortable residencia oficial de los presidentes norteamericanos.
—¡Sí, papá! ¿Qué querés? —replicó solícita la fulgurante heredera del imperio inmobiliario de la poderosa exfamilia presidencial.
—¡Mirá que ya no se puede tomar nada de la heladera, hay que dejar todo prolijito como está! ¿Entendés? ¡Si tienen sed vos o los nenes, tomen agua de la canilla! ¿Ta? —instruyó el jefe de Estado.
Una a una, las instrucciones de Donald Trump previas a la mudanza fueron conformando un prolijo inventario de las medidas adoptadas por él para dejar la casa en orden.
Concluido el minucioso repaso, se subieron todos a las enormes camionetas negras blindadas, con vidrios ahumados, y, sin derramar una lágrima, pusieron rumbo al sur, en procura de paisajes soleados y tibios y de las aguas azules de las acogedoras playas del golfo de México.
Lo que sigue es un tramo del documento oficial, al que tuvo acceso este semanario, redactado por el equipo técnico de la CIA enviado a supervisar el estado en el que se encontraba la Casa Blanca, previo a la llegada de su nuevo ocupante, Joseph (a) Sleepy Joe Biden.
“El estado general es bueno, la pintura está intacta, no hay desgastes visibles, no serán necesarios retoques ni reparaciones. Las alfombras están limpias y tanto los sillones de tela como los de cuero no reflejan desgaste ni daños visibles. En el baño principal faltaba la tapa del inodoro, la cual ya fue repuesta, y dentro de la bañera-jacuzzi apareció una serpiente venenosa, se presume que, al estar la casa vacía, el ofidio se infiltró en el edificio y se alojó en el agua que había quedado en el fondo. Le heladera de la cocina principal contenía cajas de leche descremada, se procedió a su análisis en el laboratorio y en todas ellas se encontraron restos de cianuro de potasio, presumiblemente porque ya se encontraban vencidas, y podrían haber causado alguna reacción química inesperada. En el caminador principal del gimnasio de la planta baja, que es el que habitualmente usa el presidente, se detectó un corto circuito en el manubrio debido a la conexión de un cable de alta tensión cuyo origen se desconoce, pero que se estima que, de haber sido usado, podría haber generado una descarga mortífera a su usuario, electrocutándolo de inmediato. Ya se encuentra reparado. Otro inesperado hallazgo fue el de seis pirañas amazónicas que nadaban en el agua de la piscina presidencial que está junto al gimnasio. Se estima que podrían ser parte de un obsequio del presidente brasileño Jair Bolsonaro, ya que uno de los últimos mails que figuran en la computadora presidencial es un mensaje del expresidente Trump al señor Bolsonaro en el que le dice: ‘My dear Jair, thank you for the little fishes. All of them are happily swimming in my pool’. En el bar se encontraron asimismo varias botellas abiertas de licores, y tras el análisis correspondiente todas ellas exhibieron restos de sustancias tóxicas cuyo origen no pudo ser detectado. Se estima que, al tratarse de cosechas muy antiguas de whisky y de coñac, podrían haberse deteriorado por el paso del tiempo. En todo caso, fueron eliminadas del stock, sustituidas por otras similares, pero cerradas. En la cama matrimonial del dormitorio presidencial se encontró, entre las sábanas, un polvo desconocido, parecido a la pimienta, el cual tras el correspondiente análisis de laboratorio resultó tener efectos altamente irritantes, siendo capaz de provocar incómodas sensaciones al contacto con la piel y las mucosas de sus posibles usuarios. En la biblioteca anexa al salón oval, los técnicos encontraron que, frente al sector de los libros más consultados sobre derecho constitucional, las tablas del piso estaban flojas y, al haberse parado alguna persona sobre ellas, habrían cedido a su peso, abriéndose un hueco en el piso, el cual está justo sobre la zona de los garajes. Justamente debajo del posible hueco por el cual habría caído la persona había dos máquinas de cortar pasto con las cuchillas hacia arriba, por lo que el desdichado que hubiera sufrido ese accidente se habría ensartado en las mortíferas hojas afiladas de dichas máquinas. Más allá de estos detalles, podemos informar que el resto de la residencia está plenamente habitable, en condiciones habitacionales dignas y confortables, siendo a esta altura consiguientemente recomendable que el presidente Biden y su familia se muden a la Casa Blanca cuando así lo dispongan”.