Miranda llega al final de su mandato sin respaldo en el Frente Amplio, tras lidiar con “operaciones” internas y el caso Sendic

escribe Raúl Santopietro 
11 minutos Comentar

Javier Miranda recibió su primer revés como presidente del Frente Amplio antes de asumir. Era setiembre de 2016 y el exsecretario de Derechos Humanos y flamante líder de la coalición de izquierda ya vislumbraba que el Frente Amplio perdía pisada en el interior, por lo que propuso que su acto de asunción fuera en Paso de los Toros. Era ir al “centro del país”, les dijo. Pero sucedió todo lo contrario, le llovieron críticas de quienes consideraban que el acto debía ser en Montevideo y Miranda recapituló: dio su primer discurso en un plenario nacional en la Huella de Seregni.

A lo largo de sus cuatro años y cinco meses de mandato se hizo cada vez más notoria la falta de respaldo de los sectores mayoritarios y ahora el profesor y abogado que ganó la contienda interna con el apoyo del sector Asamblea Uruguay y el Partido Socialista, y que derrotó a los candidatos del Movimiento de Participación Popular (MPP), Alejandro Sánchez, del Partido Comunista, Roberto Conde, y de la Vertiente Artiguista, José Bayardi, cierra su mandato aislado. Tan así que hoy en el Frente Amplio pesa más la bancada de senadores que Miranda.

Miranda lideró la fuerza política en momentos duros para el Frente Amplio como perder el gobierno nacional luego de 15 años en el poder, ceder varias de las intendencias que había ganado en 2015 y enfrentar procesos sensibles a nivel interno como el que derivó en la renuncia del entonces vicepresidente Raúl Sendic. En el último caso, con el propio Miranda amenazando con dejar el cargo a un año de asumido.

En los sectores, incluso los que impulsaron su candidatura años atrás, no hay una buena evaluación de su pasaje por la presidencia de la coalición de izquierda, según las consultas realizadas por Búsqueda.

Quizás por eso, cuando repasó su gestión en una entrevista con Búsqueda, consideró un logro pasar la posta a su sucesor. “Seregni renunció, Tabaré renunció, a Mónica la renunciaron…”, dijo en octubre. “Les guste o no les guste a los demás, soy el presidente del Frente Amplio”.

Su equipo

Su mandato se inició con un choque con el Partido Comunista, un sector de mucho peso en la interna frenteamplista por su incidencia en las bases. El plan de Miranda era contar con el exintendente de Canelones Marcos Carámbula como su secretario político, alguien que conoce la estructura del Frente Amplio —un debe que tenía Miranda cuando asumió— y reconocido por su capacidad de diálogo. Con su apoyo, el siguiente paso sería definir las vicepresidencias, su idea era que fueran todas mujeres. Carámbula le dijo que no y su estrategia se desmoronó.

Miranda optó entonces por Gonzalo Reboledo, alguien de su extrema confianza, pero sin el mismo manejo y peso en la interna. La negociación con los comunistas para entregarles una de las vicepresidencias tampoco prosperó y así uno de los sectores más relevantes no quedó representado en el gabinete.

En 2019 Reboledo decidió encabezar una lista a diputado y eso implicó dejar el cargo. Miranda hacía meses que buscaba su sucesor pero, una vez más, fue un dolor de cabeza. Intentó retomar su idea de apoyarse en alguien con camino hecho en la interna, pero todas las puertas se le cerraron. El 5 de febrero de 2018 minutos antes de hacer su discurso en el estrado dispuesto en Piriápolis para conmemorar un nuevo aniversario del Frente Amplio le propuso a un reconocido dirigente que ocupara el cargo; era su cuarto candidato. Todos le dijeron que no. Miranda resolvió cambiar la estrategia y darle impulso a alguien joven: aunque algunos en su entorno no lo recuerdan, Andrés Caravajales, de Casa Grande, fue su secretario político durante meses.

Setiembre de 2017, sede del FA tras la renuncia de Sendic. Foto: Ricardo Antúnez / adhocFOTOS

La renuncia de Sendic

El 8 de junio de 2017 Búsqueda informó que Sendic había utilizado la tarjeta corporativa que tuvo como presidente de Ancap para comprar en supermercados, joyerías, tiendas de ropa, de electrónica y librerías. Esa noticia generó una nueva tormenta sobre el entonces vicepresidente, quien ya había estado en cuestión por presentarse como licenciado en Genética Humana sin contar con su título, tal como informó El Observador. Esa mañana, previendo el revuelo que ya se estaba dando, Miranda le escribió un mensaje a Sendic recomendándole que para esclarecer todo se debía someter al Tribunal de Conducta Política (TCP) del Frente Amplio.

Sendic siguió ese camino, en un proceso que se extendió hasta setiembre, cuando el líder de la lista 711 renunció al cargo, un hecho inédito en la historia. El entonces vicepresidente acusó a Miranda de ser el principal operador de su caída. Otros dirigentes también apuntaron al presidente del Frente Amplio y criticaron su manejo del proceso. En el entorno de Miranda sostienen que lo único que buscó fue “respetar el debido proceso” y regirse por lo que marca la orgánica a raja tabla.

Cuando el TCP emitió su fallo se lo entregó en un sobre lacrado a Miranda. El presidente de la coalición lo llevó el 31 de julio de 2017 a la residencia de Suárez y Reyes, donde lo esperaban Tabaré Vázquez y Sendic. Abrió delante de ellos el sobre y les leyó el contenido. Sendic, de acuerdo a las fuentes frenteamplistas, dijo que era una injusticia.

Varios dirigentes consultados por Búsqueda sostienen que la situación de Sendic se prolongó en el tiempo porque figuras de mayor peso como los expresidentes Vázquez y José Mujica no le recomendaron dar un paso al costado. Esa falta de decisión, afirman, expuso a que el tema ocupara los titulares de los medios por varios meses más.

El 9 de setiembre de 2017, día fijado para que el plenario nacional decidiera qué medida adoptar tras el fallo del TCP que condenó las actitudes de Sendic, el entonces senador Leonardo de León avisó que el exvicepresidente asistiría y que pedía hablar primero. Las semanas previas fueron de debate intenso entre los principales dirigentes frenteamplistas para acordar una sanción —algo que se siguió negociando hasta la noche previa al plenario— y evitar que el tema continuara postergándose. Nadie contaba con que Sendic renunciaría ante el plenario.

Después del sorprendente anuncio, en la Huella de Seregni hubo momentos de tensión. Miranda quería seguir adelante y que la sanción acordada se votara para poder cerrar el capítulo Sendic. Fracasó. En medio de duros intercambios, Miranda abandonó la sala donde estaban reunidos referentes de sectores y dejó en el aire su posible renuncia. “Yo voy a ver qué hago”, les dijo luego de que se resolviera dejar en suspenso el debate y subió a su despacho. Dirigentes cercanos le insistieron en que era importante mantener la institucionalidad y que su renuncia traería una nueva crisis en el Frente Amplio. Un poco después volvió a la sala y luego estuvo al frente de la conferencia de prensa que anunciaba que Sendic dejaba de ser vicepresidente.

Filtraciones y celulares

El 12 de junio de 2018 estaba prevista una cena en la casa de Reboledo, en la que referentes de distintos sectores como Mujica, los senadores Lucía Topolansky y Danilo Astori, entre otros, compartirían un menú a base de porotos. La intención de Miranda fue tener un espacio de camaradería y de intercambio descontracturado entre las figuras de liderazgo frenteamplista y así fortalecer la conducción.

Búsqueda informó en la mañana de ese jueves que en la noche tendría lugar esa cena, lo que provocó que varios de los invitados no fueran. Miranda quedó muy molesto y frustrado por una nueva filtración a la prensa que afectó la reunión.

No fue la única vez. A los pocos minutos de que Sendic renunciara, se divulgó un video filmado desde dentro del plenario, donde se veía hablar al exvicepresidente y de fondo a las autoridades, entre ellas Miranda. En al menos una decena de reuniones de la Mesa Política el tema de las filtraciones fue planteado por Miranda. Incluso, en uno de esos encuentros el presidente de la coalición de izquierdas pidió que todos los presentes —menos él— dejaran los celulares en una cesta de mimbre antes de ingresar.

El presidente del Frente Amplio tampoco logró hacer más sencillo el funcionamiento orgánico de la coalición. Quería evitar que se multiplicaran los ámbitos de decisión lo que, de paso, permitiría contener las filtraciones. Propuso que el Secretariado Político se dejara de convocar y en su lugar pasara todo por la Mesa Política, de forma tal de jerarquizar la discusión, llevando a los referentes de cada sector a debatir en un único espacio. No se lo permitieron.

Daniel Martínez, Javier Miranda, y Graciel Villar. Foto: Pablo Vignali / adhocFOTOS

La campaña y las finanzas

Hacia mediados de junio del 2019 era un hecho que Daniel Martínez sería el candidato del Frente Amplio a la Presidencia. Era un momento determinante. La fuerza política que gobernaba desde 2005 podía perder las elecciones, según las encuestas, y desde la organización y en especial las finanzas de la coalición de izquierda se destinaron todos los recursos posibles.

Hubo cortocircuitos entre el comando de Martínez y la organización del Frente Amplio. De acuerdo a los informantes, no hubo un trabajo conjunto y en la fuerza política sintieron que el candidato se encerró en su equipo más cercano. Desde el comando del candidato insistían en que los habían dejado sin respaldo.

Tras la derrota a nivel nacional con el blanco Luis Lacalle Pou y mientras el Frente Amplio intentaba recomponerse de cara a las elecciones departamentales, la situación económica y financiera precaria de la coalición quedó expuesta. La salida del gobierno implicó que cientos de cargos de confianza dejaran de percibir su sueldo y por ende de realizar los aportes al Frente Amplio. Esto desbalanceó las cuentas a unos US$ 35.000 de déficit mensual, el sueldo de Miranda quedó en entredicho y los integrantes de la lista 711 le reclamaron que se transparentara el gasto de la tarjeta de crédito que le dio la coalición. Una comisión de seguimiento y perspectiva integrada por referentes de los sectores mayoritarios se instaló para reencausar la cuestión financiera.

La salida

A los pocos días de que Lacalle Pou fuera el presidente electo, dirigentes frenteamplistas comenzaron a discutir acerca de la necesidad de renovar las autoridades partidarias. Algunos reclamaban la cabeza de Miranda antes de las elecciones departamentales, entonces previstas para mayo del 2020. El plan implicaba instalar un triunvirato que dirigiera al Frente Amplio hasta sus elecciones internas, aunque en el entorno de Miranda lo vieron como un intento de golpe de Estado.

Ante estos rumores y movimientos, Miranda tomó la iniciativa. “El cargo siempre está a disposición”, dijo en una Mesa Política. Finalmente esta iniciativa no prosperó.

La llegada de la pandemia provocada por el Covid-19 dilató los tiempos. Las departamentales, que marcarían el cierre del ciclo electoral y el fin de la gestión de Miranda, se postergaron de mayo a setiembre y luego el aumento de casos impidió elegir al nuevo presidente del Frente Amplio.

En el calendario está marcado el 23 de mayo como fecha de las elecciones; sin embargo, en la coalición de izquierda crece la opinión de que están dadas las condiciones para llevarlo adelante. El problema no es tanto el Covid-19, sino la falta de claridad en el mapa político interno.

La única certeza es que Miranda quiere dejar el cargo y lo considera un ciclo cumplido. Pero definir quién lo sucederá es una incógnita. Sobre la mesa se mantiene la alternativa de que Carámbula logre un consenso detrás de su candidatura, también la posibilidad de que haya disputa electoral o incluso el conformar un triunvirato de referentes. Dependiendo cuál sea el camino que se elija se definirá si se mantiene la fecha de los comicios o si deberán extender, a regañadientes, la presidencia de Miranda y así evitar una nueva crisis en el Frente Amplio.

  • Noticias relacionadas

El Frente Amplio celebra medio siglo con la incógnita de cómo procesar el recambio de autoridades ante la falta de consenso

Víctor Rossi cree que Carámbula tiene que ser el próximo presidente del Frente Amplio, al que ve desarticulado, sin voz ni rumbo claro

Tienen “un problema de piel” y “están ofendidos” porque “les ocupé el lugar de presidente”, que “creen que les pertenece”

Información Nacional
2021-02-10T22:16:00