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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáMontevideo estancada en el progreso. Desde el siglo pasado el desarrollo, el progreso y la modernización de Montevideo ha sufrido un estancamiento. Bregamos por ser la capital del Mercosur pero estamos muy lejos de ser una ciudad moderna, de ostentar aquel florecimiento que tuvimos, impulsado por la iniciativa empresarial que inmersos en la búsqueda de un proyecto para construir esa ciudad modelo, no declinaron ni un momento para llevarlo adelante. Esa ciudad abierta al mar de gran atracción turística, caracterizada por sus jardines, plazas, parques, monumentos, espacios culturales y deportivos, centros comerciales, y de gran actividad comercial, respetada y cuidada por los montevideanos, fue diseñada por el talento de grandes arquitectos y paisajistas, que hicieron posible que ese sueño se hiciera realidad.
Pensemos qué nos ha pasado en estas últimas décadas. Parece que nuestros gobernantes han perdido la capacidad de seguir soñando, de proyectarse al futuro para ser una de las mejores ciudades del globo por su calidad de vida, la gestión pública, su proyección internacional, su seguridad, su cohesión social, servicios de alta calidad, orden y limpieza, el capital humano, el transporte, la movilidad urbana, el cuidado del medio ambiente, la instalación de polos logísticos en los anillos de la ciudad, la instalación de un mayor número de plantas de generación de energía con insumos de la basura, la generación de puestos de trabajo para la clasificación de los residuos con el retiro de los carros y grandes obras de infraestructura que la modernicen mediante proyectos público privados y la transformen de esta manera en una ciudad modelo.
Debemos alcanzar ese sueño para que Montevideo sea uno de los mejores lugares para vivir y por eso la Intendencia debería funcionar como una gran empresa, teniendo en cuenta que es necesario atender la problemática social sin lugar a dudas, pero también dándole un giro al presupuesto que desequilibra la balanza, ya que un 70% es para sueldos y un 30% para gastos de funcionamiento e inversión, no pudiendo con estos porcentajes funcionar ninguna administración porque sería deficitario.
El razonamiento lógico de los contribuyentes es el siguiente: ¿cómo miles de funcionarios a los que yo les pago el sueldo no pueden muchas veces dar respuesta a mis demandas y a dónde se destinan los millones de dólares que ingresan a la comuna?
La clave está en cómo se gasta y no en aumentar los impuestos para cubrir áreas deficitarias, el pago de contratos políticos y de privilegio, la inoperancia y la ineficiencia, los perjuicios ocasionados por el paro del sindicato, los gastos innecesarios y el despilfarro. La gestión pública es fundamental a la hora de hacer el balance carga tributaria/contraprestación, gobierno/contribuyente, ya que es un índice de medición importantísimo con relación a la imagen de la ciudad y sus gobernantes.
Se debe gobernar con mucha inteligencia e iniciativa, teniendo siempre en cuenta en esta empresa “Intendencia” que el principal cliente es el montevideano “contribuyente” y sus demandas deben ser cumplidas sin demoras y sin excusas, porque bien que se le cobra muchas veces por algo que no tiene contraprestación, en las simples tareas cotidianas como la recolección de la basura, la poda de un árbol, el cambio de una lámpara del alumbrado público o la limpieza de una boca de tormenta. El estado de la ciudad debe ser el reflejo de la Municipalidad y sus gobernantes deben estar al servicio de los ciudadanos, haciendo lo imposible por proteger su bolsillo y velar por sus derechos, su salud y su bienestar.
Montevideo necesita hacer un quiebre inminente para proyectarse, apuntando al objetivo de ciudad modelo, una ciudad con un buen índice de calidad de vida, escalando posiciones en el ranking de medición que aparece en el Índex de “Cities in Motion”. De lo contrario seguirá estancada y sin desarrollo, viviendo de aquel florecimiento que se desvaneció.
Desde el punto de vista del transporte y movilidad urbana se debe realizar una planificación estratégica que permita generar las medidas para ejecutar los cambios, utilizando el ingenio y la innovación. La movilidad urbana (entendida como km por persona y año) se ha multiplicado en estos últimos tiempos, y para poder medirla se utiliza el índice de movilidad urbana. Este es un valor agregado de la eficacia y eficiencia con que una ciudad cumple con sus metas en materia de movilidad (como duración de los desplazamientos, emisiones de carbono y número de accidentes mortales) y de la medida en que ha implantado conceptos innovadores de movilidad (medidos, por ejemplo, por la prevalencia del uso de la bicicleta, el car sharing y el uso de las tarjetas inteligentes para todo el transporte colectivo). De esta manera evitaremos el estancamiento y embotellamiento de la circulación vehicular en horas y zonas determinadas, condicionada en parte por el crecimiento vertiginoso del parque automotor, la falta de vías rápidas y la actual demarcación de las arterias principales, tanto por la falta de inversión o la mala inversión en infraestructura, como la inversión en los corredores Garzón o el de General Flores que no alcanzaron los resultados que se buscaban, y la falta de otros medios de transporte como los tranvías eléctricos y subtes, más ágiles y amigables para el medio ambiente.
Nuestra ciudad por naturaleza es turística, pero para alcanzar la meta de ciudad modelo debemos mejorar nuestra proyección internacional, la cual es medida en términos del número de turistas que nos visitan, el número de pasajeros que viajan en avión, barco y otros medios, la cantidad de hoteles y su capacidad de alojamiento, y el total de congresos, eventos y reuniones internacionales que se realizan. Es fundamental abrir las puertas de Montevideo al mundo, ofreciéndole un mayor número de atracciones turísticas, excelentes espacios sociales, culturales, de ocio y recreación, un clima de seguridad, beneficios en sus compras y los mejores servicios gastronómicos, hoteleros y de transporte, atendidos por personal altamente calificado, capacitado y con buen nivel de educación (que es uno de los factores del índice de medición del capital humano).
Lic. Janio Paiva Delgado