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Los augurios macroeconómicos moderadamente optimistas para 2013 que hacía el gobierno algunos meses atrás, tomaron ahora un sesgo más negativo, en general. Así surge del “Informe económico-financiero” incluido en la exposición de motivos que acompañó el proyecto de Rendición de Cuentas entregado por el Poder Ejecutivo al Parlamento el domingo 30.
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El consumo, las inversiones, las exportaciones y las importaciones de bienes y servicios moderarán su crecimiento, pero aún así el Producto Bruto Interno (PBI) se expandirá 4% en promedio. Se interrumpirá el proceso de creación de empleos, aunque se incrementará el poder adquisitivo de los salarios y la inflación seguirá cerca de 8% en términos anuales. El dólar subirá de precio en el mercado uruguayo, aunque un salto más significativo se dará en 2014.
A nivel financiero, el déficit en las cuentas públicas será equivalente a 2,1% del PBI, en lugar del 1,4% que había sido proyectado por el Ejecutivo cuando elaboró la Rendición de Cuentas de 2011.
La deuda pública en términos netos (descontados los activos de reserva) se reducirá en relación al Producto, aunque menos de lo esperado y este año quedará en 34,6%.
Un “cambio estructural”.
El contexto externo continuará estando caracterizado por “incertidumbres y riesgos” económicos. El gobierno espera que el mundo transite por una “senda de crecimiento menor aunque más sólida y estable” que lo visto en los años recientes. Habrá una recuperación de Estados Unidos, bajo crecimiento de Europa y desaceleración del ritmo de expansión de China, lo mismo que Argentina y Brasil.
En ese marco, asume que los precios de las materias primas retrocederán 2% este año, respecto al anterior.
En el informe se resaltan que los “avances” y el “cambio estructural” en la economía uruguaya registrados en los últimos años permitieron aumentar los niveles de ingreso, lo que “marcó una clara ruptura” respecto a décadas anteriores. El país, añade, se situó así en una “senda de convergencia” con los países desarrollados.
Desde un punto de vista sectorial, la intensificación de la producción agrícola es uno de los cambios más notorios, señala el Ejecutivo. También hubo “transformaciones profundas” en el turismo y otros servicios.
Estos cambios estructurales se dieron en parte por “políticas específicas que refuerzan los estímulos en un marco de seguridad institucional y estabilidad macroeconómica”, plantea el Poder Ejecutivo. Menciona la promoción de inversiones mediante la exoneración de impuestos, regímenes sectoriales (industria electrónica y naval, biotecnología, fabricación de maquinaria agrícola, turismo, etc.) y otros orientados a favorecer la innovación.
Respecto a los indicadores sociales, el informe resalta la reducción de los niveles de pobreza (a 13,1% en 2012) y una mejora de la distribución del ingreso a la situación “más equitativa de las últimas tres décadas”. Además, afirma que la cantidad de personas que gana menos de $ 10.000 mensuales eran 456.000, 26% menos que en 2010, según cálculos del gobierno que se contraponen con un estudio reciente del Instituto Cuesta Duarte con ese enfoque. Si se incluyen las transferencias por cobertura de salud, las asignaciones familiares y el programa Uruguay Social, esa cifra se reduce a 330.000, y cerca de 270.000 “no son pobres”, remarcó.