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Pese a anuncios para mejorar la seguridad en centros de Inisa, desde el sindicato acusan que “fueron solo bombos y platillos”
La presidenta de la institución dijo meses atrás que se reforzaría la vigilancia en la ex Colonia Berro, que se compraría un escáner y que se cerraría una de sus entradas
De Olivera planteó comprar un escáner para registro. Foto: Nicolás Der Agopián
Al asumir la presidencia del Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Inisa), la dirigente de Cabildo Abierto Rosanna de Olivera se propuso revisar los 14 centros para saber dónde estaba parada antes de comenzar su gestión. Lo hizo, y en varios de ellos identificó diferentes situaciones para mejorar, como reformas edilicias y la necesidad de incorporar a profesores de educación física con el fin de que los jóvenes recluidos tengan más horas de ejercicio, entre otras.
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También la alarmó el alto nivel de consumo con el que llegan los adolescentes a cumplir sus condenas e incluso que hubiera droga dentro de los centros, como surgía en las requisas. Es por eso que uno de los focos estaba puesto en reforzar la seguridad. En especial en la ex Colonia Berro, un espacio de 250 hectáreas a pocos kilómetros de Pando donde se encuentran siete centros diferentes. Allí se puede ingresar por dos entradas diferentes e incluso una línea de ómnibus de la empresa Copsa atraviesa el predio.
De Olivera se percató además de que la revisoría allí no funciona todos los días, por lo que los controles se realizan solo los jueves, sábados y domingos, cuando asisten las visitas para los adolescentes recluidos. Ante este escenario, la presidenta del Inisa se propuso hacer varios cambios y en una entrevista con Búsqueda publicada el 1º de julio de 2021 detalló su plan.
“La idea es que la revisoría sea permanente. Hay que tener las garantías de que el control se haga permanente”, dijo De Olivera. “Hasta un ómnibus de Copsa pasa por el medio. Es insólito pero real. Atraviesa por el medio de la colonia, que tiene dos entradas. A largo plazo lo que pensamos es hacer una sola entrada, si no, ¿cómo controlás? Que el ómnibus haga otro recorrido. Y comprar un escáner que detecte todo en una de las entradas. Eso se planteó y somos conscientes de que sería dar más garantías de que se vigile, se controle y que no entre nada que sea prohibido”, señaló.
El planteo de reforzar los controles al ingresar a la ex Colonia Berro, según lo que relataron fuentes del Inisa a Búsqueda, implicaría un aumento en la cantidad de personal, ya que se deberían incrementar las horas de funcionarios dedicados a la vigilancia, pero no sería necesario invertir en reformas edilicias. Donde sí se requiere dinero es en la compra de los equipamientos de vigilancia y en la reestructura que se pretenda realizar con el objetivo de cerrar uno de los accesos y en su lugar construir vías alternativas para el tránsito de pasajeros.
Al mismo tiempo, De Olivera adelantó en la entrevista que para finales de 2021 contaría con el Sistema de Gestión Carcelaria que le brindó el Instituto Nacional de Rehabilitación en funcionamiento. “A fin de año va a estar instaurado, y eso nos va a ordenar con datos científicos. Con este sistema desde que un joven entra ya vamos a saber de qué barrio viene, edad, sexo, orientación sexual, nivel educativo, consumo, absolutamente todo”, dijo en aquel entonces.
Búsqueda intentó sin éxito comunicarse con la presidenta del Inisa para consultarla sobre el avance de estos anuncios.
Desde el sindicato de trabajadores de la institución fueron muy críticos al afirmar que se trató “solo de bombos y platillos, porque hasta ahora no hay nada”. En diálogo con Búsqueda, Víctor Mango, presidente de la mesa sindical del Inisa, dijo que “no solo no se avanzó, sino que a los trabajadores no se les comunicó que vaya a haber ninguna reestructura de este estilo”.
“Por ejemplo, implementar un sistema como este implicaría cursos de formación para que los trabajadores sepan manejarlo”, agregó.
Mango reconoció que está al tanto de “lo anunciado públicamente” por la presidenta “pero en los hechos no hubo nada en concreto que augure que se vaya a hacer”.
“Hasta ahora se sigue trabajando en la institución de la misma forma de siempre y no hubo ninguna señal ni en ámbitos bipartitos o de resoluciones del directorio en esa dirección”, sostuvo.
Por otra parte, el dirigente sindical mostró su preocupación por las modificaciones anunciadas para la revisión en los puntos de entrada. No porque esté en contra de que se aumenten los controles y así evitar que ingresen a los centros de reclusión elementos que están prohibidos, sino porque entiende que puede haber una persecución sobre los funcionarios. “En Berro las visitas son jueves, sábados y domingos. O sea que lunes, martes, miércoles y viernes solo ingresa personal. La presidenta dijo que va a cambiar la revisoría, pero es apuntando a los funcionarios y no a la visita porque quiero creer que sabe que la visita son esos días”, afirmó.
Por último, reconoció que escuchó sobre la opción de comprar un escáner con alta tecnología, pero aseguró que hasta el momento no se adquirió ni se discutió opción alguna. Y planteó que la posibilidad de cerrar uno de los dos puntos de ingreso a la ex Colonia Berro “no es algo tan fácil” porque, en su opinión, hoy los funcionarios pueden ir de un centro a otro gracias a que un ómnibus atraviesa el predio. “Es medio increíble que pase un ómnibus, sí, pero también sería increíble que los trabajadores tengan que caminar dos kilómetros”, concluyó.