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    Por su perfil agroexportador, Uruguay debe avanzar más en la gestión ambiental antes de que “se vuelva una amenaza” comercial

    Si bien aún no son requeridos por los clientes de Conaprole, el cálculo y la gestión de la huella de carbono podrían ser exigidos en un futuro próximo y la cooperativa se está anticipando a esas potenciales demandas

    Conaprole, la mayor industria láctea de Uruguay y la principal exportadora del país, “se está anticipando” a las potenciales demandas relacionadas con la gestión de la huella de carbono. Otras empresas van por el mismo camino, pero no es una situación generalizada.

    Según técnicos del Laboratorio Tecnológico del Uruguay (Latu) y de Conaprole, el “perfil de país agroexportador obliga a Uruguay a la toma de conciencia en lo que refiere a la gestión ambiental y a fortalecerla como una oportunidad de consolidación y ampliación de los mercados, previo a que se vuelva una amenaza”.

    La experiencia en esa cooperativa en la implementación de una herramienta de cuantificación de la huella de carbono fue comentada, junto con una visión más general sobre esta temática en el país, en una revista del Latu de reciente publicación. Los autores son Andrés Olivera, Carlos Saizar y Guadalupe Martínez, de ese organismo, y Mariana Scala, Cynthia Lima y Edith Armanetti, de Conaprole.

    “Un buen desempeño desde el punto de vista ambiental se ha convertido en un diferencial para las organizaciones y en muchos casos el anticiparse a los requerimientos locales o regionales les ha brindado ventajas competitivas”, explican en el artículo. En Uruguay, Conaprole las ha incorporado con el apoyo del Latu dentro de una serie de acciones orientadas a una gestión ambiental responsable, la optimización de los recursos y adelantándose al cumplimiento de los requisitos que puedan establecer sus clientes.

    El cálculo y gestión de la huella de carbono y el análisis del ciclo de vida se realizaron basándose en el estudio de tres productos de exportación (leche en polvo, manteca y queso mozzarella), y el impacto y las mejoras incorporadas en la gestión integrada de la cooperativa centrados en cinco de sus plantas.

    Los autores remarcan que a nivel internacional, en la industria láctea se transitó por un proceso de mejora de la gestión ambiental a conciencia del impacto climático causado por las emisiones de gases de efecto invernadero. Países como Nueva Zelanda cuentan con una “vasta experiencia ligada a la cuantificación y gestión de las emisiones asociadas a la actividad lechera”.

    Las causas identificadas como responsables del fenómeno del efecto invernadero son el aumento de las emisiones antropogénicas (básicamente por el consumo de combustibles fósiles), la disminución de la eficiencia de los sumideros naturales (bosques, océanos) y los cambios en el uso de los suelos (cultivos y deforestación).

    La medición de la huella de carbono consiste en la cuantificación del volumen de las emisiones de gases de dicho fenómeno. Esta información sirve para determinar la incidencia en el calentamiento global por las actividades de una organización o por el ciclo de vida de un producto o servicio.

    “Señales claras”

    En Uruguay, desde el Estado “se vienen dando señales claras dirigidas a la eficiencia energética tanto a nivel doméstico como industrial. Esto se sustenta en una planificación con foco en el cambio de la matriz energética nacional basada en el uso de recursos renovables con un horizonte a mediano plazo”, sostienen los investigadores.

    A su entender, el “perfil de país agroexportador obliga a Uruguay a la toma de conciencia en lo que refiere a la gestión ambiental y a fortalecerla como una oportunidad de consolidación y ampliación de los mercados, previo a que se vuelva una amenaza”.

    En esa línea, señalan que “las empresas locales ya han comenzado a gestionar su impacto ambiental en forma voluntaria o por exigencias de los mercados, pero todavía es necesario generar a nivel local información relevante (...)”.

    Pero advierten que quedan desafíos significativos por delante. “Datos como los factores de emisión acordes con las características de Uruguay y sus recursos todavía son escasos, un hecho que obliga a tomar referencias de contextos diferentes, poniendo en riesgo la objetividad de los estudios y reportes que se emitan desde las organizaciones nacionales. Si bien ha aumentado la oferta de software que permite el cálculo y la parametrización en función de las condiciones propias de cada país o región, al no disponer de los datos no se puede hacer un aprovechamiento cabal de las prestaciones que brinda este tipo de software”, dicen. “Esto —agregan los autores— se convierte en un desafío adicional para profundizar en estas sistemáticas y alentar a la cuantificación y gestión de emisiones de gases de efecto invernadero partiendo de datos confiables, accesibles y vigentes”.

    El caso de Conaprole

    El Latu integra junto con otras instituciones (Instituto de Investigaciones Agropecuarias, la Facultad de Agronomía y el Plan Agropecuario, entre otras) el equipo de trabajo conformado bajo la órbita del Ministerio de Ganadería para el cálculo de la huella de carbono de las cadenas productivas de lácteos, arroz y cárnicos. También es el responsable de la estimación para la fase industrial de dichas cadenas.

    En ese marco ya se ha trabajado con Conaprole y otros actores en el cálculo de la huella de carbono de la leche.

    Según los investigadores, este proyecto “está logrando una serie de impactos positivos en la gestión sustentable de Conaprole y ha sido uno de los principales logros del año” en esa área. El impacto de mayor proyección en el tiempo tiene que ver con el fortalecimiento del trabajo en equipo dentro de la organización. Esta modalidad promueve a su vez la integración de los datos e información de los procesos productivos y de apoyo para lograr el uso eficiente de los recursos y la gestión ambientalmente amigable, explican en el artículo. “Si bien aún no son requeridos por los clientes de Conaprole, el cálculo y la gestión de la huella de carbono podrían ser exigidos en un futuro próximo. Mediante este proyecto la cooperativa se está anticipando a esas potenciales demandas”, destacan.