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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáYo lo resumiría en dos aspectos básicos:
1. La dimensión predominante es la de todo conflicto empresarial: dinero. Lo ideológico es secundario. Nunca demostraron la misma indignación ante las reiteradas violaciones a la Constitución y la implacable política confiscatoria de estos gobiernos sátrapas. Seguramente, la izquierda no les ha hecho ganar harto dinero a los estancieros indicados. El último líder ruralista que tuvo la izquierda ha sido Mujica, pero seguramente no han pasado suficientes estancieros por el quincho de Varela como tantos empresarios urbanos bien seleccionados hemos visto pavonearse en sus asados. 2. La izquierda, como todos sus ¨cretinos útiles¨ (J.Lenin), no podrá jamás entender al campo, porque la revolución marxista inventó sus falsas premisas ideológicas (Materialismo histórico - K.Marx, Engels-) en una época en que su objetivo no era el campo, sino la revolución industrial.
Todas sus premisas fueron orientadas a incentivar el odio de clases entre el patrón y el obrero en las industrias florecientes de las grandes ciudades de la Europa de la época. De ahí que desde el marxi-sindicalismo y las leyes laborales de la izquierda orientadas al campo, estos gobiernos han mostrado la estúpida intención de equiparar la cultura y el pensamiento del hombre de campo, sus tradiciones y costumbres, con sindicalismo marxista militante y panfletario de la ciudad. El avance tecnológico entre el paisanaje nada tiene que ver con el acervo y verdadera herencia folclórica de nuestro gaucho, por más canto popular con que se pretenda confundirlo. Las últimas confrontaciones en el interior y las diferentes reacciones ante la patoteada sindical así lo explican.Por lo pronto no se aprecia capacidad política para liderar estos movimientos y lo que predomina, el colapso económico, ya no tiene remedio. Muchos dirigentes de los partidos tradicionales han sido atrapados por esa visión falsa del campo, subordinándose a la autoridad de los comisarios políticos del PIT-CNT y convirtiéndose de este modo en los cretinos útiles de Lenin... la fábula del sapo en la olla de agua hirviendo es implacable...
Cnel. ® Arquímedes Cabrera