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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáRespecto a la carta del Sr. Heraclio Lavandera en Búsqueda Nº 2.075 del 11 de junio, pág. 43, en cuanto hace referencia a: “Todo esto ocurrió unos 18 años antes de que los jóvenes Karl Marx y Friedrich Engels escribieran en Londres el famoso Manifiesto del Partido Comunista, por encargo de la Liga de los Comunistas” (sic). Me permito el comentario sig.: El Manifiesto del Partido Comunista, citado, salió a luz en febrero de 1848 y el día 24 de junio de 1872 (24 años después) Marx y Engels en el prefacio (parece que los bolches no lo leen) a la edición alemana expresan lo siguiente: “Aunque las condiciones hayan cambiado mucho en los últimos veinticinco años, los principios generales expuestos en este ‘Manifiesto’ siguen siendo hoy, en grandes rasgos, enteramente acertados. Algunos puntos deberían ser retocados. El mismo ‘Manifiesto’ explica que la aplicación práctica de estos principios dependerá siempre y en todas partes de las circunstancias históricas existentes, y que, por tanto, no se concede importancia excepcional a las medidas revolucionarias enumeradas al final del capítulo II. Este pasaje tendría que ser redactado hoy de distinta manera, en más de un aspecto. Dado el desarrollo colosal de la gran industria en los últimos veinticinco años y, con este, el de la organización del partido de la clase obrera; dadas las experiencias práticas, primero, de la revolución de Febrero y, después, en mayor grado aún, de la Comuna de París, que eleva por primera vez al proletariado, durante dos meses, al poder político, este programa ha envejecido en algunos de sus puntos. La Comuna ha demostrado, sobre todo, que ‘la clase obrera no puede limitarse simplemente a tomar posición de la máquina del Estado tal y como está y servirse de ella para sus propios fines’. (Véase Der Bürgerkrieg in Frankreich, Adresse des Generalrats der Internationalen Arbeiterassoziation, pág. 19 de la edición alemana, donde esta idea está desarrollada más extensamente.) Además, evidentemente, la crítica de la literatura socialista es incompleta para estos momentos, pues solo llega a 1847; y al propio tiempo, si las observaciones que se hacen sobre la actitud de los comunistas ante los diferentes partidos de oposición (capítulo IV) son exactas todavía en sus trazos fundamentales, han quedado anticuadas para su aplicación práctica , ya que la situación política ha cambiado completamente y el desarrollo histórico ha borrado de la faz de la tierra a la mayoría de los partidos que allí se enumeran” (sic).?Marx y Engels rematan su prefacio de esta manera: “Sin embargo, el ‘Manifiesto’ es un documento histórico que ya no tenemos derecho a modificar. Una edición posterior quizá vaya precedida de un prefacio que puede llenar la laguna existente entre 1847 y nuestros días; la actual reimpresión ha sido tan inesperada para nosotros que no hemos tenido tiempo de escribirlo. Carlos Marx. Federico Engels. Londres, 24 de junio de 1872” (sic).?Si para Marx y para Engels a los 24 años de vida del ‘Manifiesto’ necesitaba ser actualizado, ¿qué se puede decir hoy a 172 años? Y, si tenemos en cuenta la ideología marxista referente a la dialéctica materialista y, por otra, defender hoy el Manifiesto, anacrónico y totalmente perdida su vigencia es negar al propio Marx y sobremanera a su dialéctica. Entonces me pregunto ¿por qué, contra sentido, a la juventud comunista lo primero que le hacen leer es el manifiesto y no saben nada, absolutamente nada, del pacto de no agresión entre la URSS de Stalin y la Alemania de Hitler?.?En cambio, el Sr. Heraclio Lavandera nos ilustra citando a preclaros patriotas de nuestro país, herederos de Artigas, quienes como él, practicaron su humana ideología, la cual está en plena vigencia, en diferencia y contradictoria a la desgracia de millones de personas llevados a la categoría de esclavos para ser asesinados en los gulags de la URSS, practicados por los herederos de Marx y Engels como fueron Lenin y Stalin, 15 años antes que, el oprobioso de Hitler, tomara ese terrorífico ejemplo de los citados para implantar el exterminio de indefensos seres humanos en los campos de concentración del nazismo. Se defenestra a Hitler y está muy bien, pero este austríaco fue un aprendiz, muy eficiente, en copiar a sus profesores comunistas. A tono viene la frase del historiador y periodista español Néstor Luján cuando expresa: “(...) el más furibundo anticomunista, Hitler, se ponía de acuerdo con la encarnación viva del comunismo, Stalin; y el más encarnizado antinazi, Stalin, llegaba a un acuerdo con el fundador del nazismo, Hitler, el 23 de agosto de 1939” (sic).?El 1o de setiembre de 1939, Hitler invade Polonia, y Stalin, para no ser menos, invade a ese país el 17 de setiembre. ¿Quién era la izquierda y quién representaba a la derecha entre estos dos monstruos totalitarios? ¿El comunista o el nazista? El pacto nazi-soviético fue el encuentro entre dos totalitarismos, que se sentían análogos, totalmente coincidentes en los métodos para conseguir los idénticos fines ¡y qué fines! Pero, caramba, a mis 86 años he llegado a la conclusión de que la izquierda y la derecha hoy no existen en ningún país; y en nuestro Uruguay menos. Fui frentista y colaboré acompañando a mi maestro Juan Pablo Terra (el primero que habló de un Frente Amplio en un 28 de junio de 1968). El programa del Frente tenía fundamentos de izquierda, los cuales jamás se presentaron. Por tanto, y junto con mi amigo Juan Pablo, abandoné el Frente en 1984 ante la inclusión primeriza del PVP. Y, la reforma agraria del Frente ¿alguien la vio? Imposible porque no la tiene, y ¿la nacionalización del ahorro bancario?, menos aún.?Sin embargo, Ferreira Aldunate (estanciero él): “En Mi Compromiso con Usted” presentaba una reforma agraria, la cual, si era elegido presidente, y la hubiere llevado a cabo, hubiese sido considerado un izquierdista como lo fue Artigas.?Pero, Vázquez, Astori y el “filósofo” del impresentable de Mujica ¿de qué izquierda son? Este último, y la banda de ladrones y asesinos tupamaros, ¿cuál era su ideal? Lo único que hicieron fue robar y matar gente y ¡qué gente! Y para muestra presento a una señora que limpiaba el bowling de Carrasco y a aquel indefenso peón, Pascasio Baéz Mena, de allá de Pan de Azúcar, asesinado cobardemente porque descubrió la “tatucera” en la estancia Espartacus de los tupas. Esas vidas, de la señora empleada doméstica y del señor peón, eran vidas de gente humilde, de trabajadores pobres, ¿qué les podía importar a esos “izquierdistas”? Pero me estaba olvidando de Raulito, ¡qué “personaje”!, ¿eh? Por lo que sé, sigue muy campante en el Frente. Y, ¿es de “izquierda”? ¿De cuál de ellas, de la de la izquierda o la de la derecha? Pregunto porque para mí son una misma cosa, gemelas, ¡la misma cosa!
Termino y muy satisfecho por haber votado a Luis Lacalle Pou, una persona que ya está demostrando que, si sigue como hasta ahora, le augurio será el presidente mejor que haya habido en nuestro país. Lástima que, por mi edad, lo más probable, y muy seguramente, no podré ver el final feliz de mi país.
Esteban G. Los Santos
CI 956.521-7