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“¡Que pena presidente, este tráfico del imperio!”. Sonriente, el presidente colombiano Juan Manuel Santos se excusó por su demora y saludó así a su colega uruguayo, José Mujica, que lo esperó el lunes 23 durante quince minutos en la sede de la misión de Bogotá ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) ubicada en Upper East Side, una de las zonas más caras de Manhattan. Aguardaban en la sala el canciller Luis Almagro, el embajador uruguayo ante la ONU, José Luis Cancela, el prosecretario de la Presidencia, Diego Cánepa, y la canciller colombiana, María Ángela Holguín.
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Mientras esperaban la llegada de Santos, Mujica tomó un té y charló de política con los presentes. Holguín dio cuenta de la correcta relación de su país con Venezuela y relató cómo desde sectores opositores cuestionan a Santos por seguir ese camino. “No se preocupe, en mi país hay gente que quisiera que le declaremos la guerra a la Argentina”, la interrumpió Mujica. Ambos coincidieron que el ciclo electoral colombiano (de 2014) demanda que las negociaciones con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) produzcan resultados palpables.
Con este panorma, el presidente Santos le solicitó a Mujica que juegue un rol protagónico — “mucho más activo, preponderante”— en las negociaciones que el gobierno mantiene con las FARC ya que existe preocupación por la falta de avances concretos en la mesa de diálogo que hasta ahora se mantiene en La Habana (Cuba), supo Búsqueda. La presencia de Mujica, que es bien vista por ambos bandos en la negociación, podría actuar como un acelerador para conseguir avances y además podría servir para concretar una mesa de negociación con el otro grupo armado que persiste en Colombia, el Ejército de Liberación Nacional (ELN). Mujica ofreció a Montevideo como sede para las negociaciones.
“Santos confía plenamente en Mujica y se juega ahora todos los boletos a lo que puede hacer”, comento a Búsqueda un conocedor directo de la negociación en marcha.
En la reunión privada, Santos le aseguró a su par uruguayo que tiene “mucha tierra vacía” para repartir como parte de la salida al conflicto —que tiene entre sus puntos de negociación una reforma agraria— y le comunicó detalles de cómo será una probable creación de una “Comisión de la Verdad”, similar a la salida que tuvo Sudáfrica al conflicto racial. Santos le manifestó que allí cada uno de los actores involucrados en el conflicto asumiría sus acciones, pero luego ello no tendría “consecuencias jurídicas”.
La creación de una comisión forma parte de uno de los puntos de la negociación al que todavía no arribaron los negociadores, que trata la reparación a las víctimas de la guerrilla.
Según supo Búsqueda, durante la reunión que duró unos 45 minutos, Mujica le llevó a Santos el texto de la “ley de colonización” como un aporte a una eventual desmovilización de la guerrilla tras un hipotético acuerdo de paz. “Problemas de tierra no tenemos ninguno. Eso no es un obstáculo. Tenemos mucha tierra vacía”, le respondió Santos.
“El tiempo se agota”.
Tras el encuentro, ambos mandatarios se mostraron por primera vez juntos. El presidente colombiano declaró a la prensa que “es hora de resolver” el “conflicto más viejo de la región” porque “el tiempo se agota”. “La paciencia del pueblo colombiano y del mundo se está agotando”, añadió.
Mujica, en tanto, aseguró que “Uruguay lo que ofrece es lo mismo que ha ofrecido siempre: está dispuesto a acompañar a Colombia en aquellas cosas que los colombianos vean que podemos servir. Nuestra casa tiene las puertas abiertas, de necesitarlo”.
Durante sus discursos en la Asamblea General de Naciones Unidas, los dos jerarcas hicieron alusión al conflicto armado y a las negociaciones de paz. Aseguró que la negociación en curso es “la mejor oportunidad” para lograr la paz, “quizás la última”.
Facilitar.
En los últimos meses, Mujica introdujo en sus discursos su preocupación por el éxito del proceso de paz en Colombia. Tan es así que planteó el tema durante su charla con el papa Francisco cuando visitó el Vaticano. Pero no fue hasta su viaje a Cuba a fines de julio que se involucró directamente con la negociación del gobierno colombiano con las FARC. En esa oportunidad, se reunió con algunos de los líderes guerrilleros que forman parte de la mesa de negociación que se lleva a cabo en La Habana (Búsqueda Nº 1.724).
El mandatario se reunió en esa oportunidad con Luciano Marín Arango (alias “Iván Márquez”) y Seusis Pausivas Hernández (alias “Jesús Santrich”). Luego de ese encuentro, Mujica manifestó su intención de que “el Mercosur entero apoye”.
A partir de ese entonces, en ámbitos políticos uruguayos y colombianos se comenzó a manejar con fuerza a Mujica y Uruguay como piezas claves para “facilitar” la negociación de paz, sobre todo cuando se quiere iniciar un proceso similar con el ELN.
El gobierno colombiano comenzó hace más de 10 meses el proceso de negociación con las FARC, el grupo que surgió en 1964. Las negociaciones se están desarrollando en La Habana, y sobre la mesa hay cinco puntos. Hasta ahora solo lograron acuerdo sobre un punto, el de la política agraria. Resta acordar sobre la participación política de los líderes guerrilleros, el cese de las hostilidades y de las armas, una solución al problema de las drogas ilícitas y la reparación a las víctimas del conflicto.