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La primera experiencia que tuve con La acción humana debió haber sido intimidatoria porque pensé que me enfrentaría tan solo a un tratado de economía, y era consciente de mis lastimosos límites para alcanzar familiaridad con esa ciencia. Aun así, me atreví a ver hasta dónde podía llegar; otros autores —notoriamente Heidegger y Wittgenstein, también Duns Scoto— me salieron al encuentro de un modo parecido, y sin embargo al final creo que pude acercarme lo suficiente como para trazar puentes de comprensión y de diálogo con sus premisas más importantes.
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Lo bien que hice en no retroceder, ya que apenas empecé a transitar por las páginas me encontré con una mezcla de varios campos discursivos operando de modo simultáneo o sucesivo: el economista, el filósofo, el publicista liberal y en cierto sentido el político fueron mostrándose sin ninguna advertencia previa, actuando con toda naturalidad y sugiriendo que el asunto tratado está muy lejos de la reducción formal a una disciplina, sino que se trata de un caso que la fenomenología habría podido afrontar de manera más completa; se trata de la mera existencia de la decisión, principio fundamental de la libertad. El concepto de acción humana de Ludwig von Mises es quizás uno de los más originales, pero por una u otra razón permanece fuera del alcance de la teoría sociopolítica normativa moderna, como, de hecho, muchos otros conceptos de la escuela austríaca de economía con la que Mises es sin dudas cercano, metodológica, biográfica e ideológicamente. La idea clave de este trabajo es dilucidar paso a paso los fundamentos básicos, el significado y la motivación de la acción humana. Mediante esta exploración Mises mostró que la teoría de la economía está por completo determinada por el concepto aceptado de acción y se deriva enteramente de ese sustento. Tal concepción —de la que sobreviene la teoría de la economía, es decir, la doctrina de los precios y los valores, los fines y los medios, la elección, la preferencia, la ganancia y la pérdida— la denomina “axioma de la acción” y explica en qué sentido debe ser considerada a priori: no se deriva de la percepción sensorial, sino sobre la base de la especulación (no podemos observar acciones directamente, sino solo interpretar ciertos fenómenos físicos como acciones). Y lo que es más importante: esta idea no puede ser refutada por ninguna experiencia, pues cualquier intento de hacerlo ya la presupone.
Habiendo construido así el edificio de la economía sobre la base de una afirmación correcta a priori, Mises afirma que ha dado su justificación última. A la economía así justificada, la llama “praxeología”, es decir, la lógica de la acción, enfatizando que sus disposiciones pueden ser probadas de forma rigurosa sobre la base de un axioma acción innegable y leyes igualmente indudables de la argumentación lógica (como las leyes de identidad y contradicción), es decir, completamente independientes de cualquier verificación empírica (que se usa, por ejemplo, en física). La originalidad del tema de la ciencia económica, según Mises, se caracteriza sobre todo por su variabilidad, desarrollo en el tiempo e imprevisibilidad. Esto se debe al hecho de que el elemento central del sistema económico es una persona con sus motivos y dirección de acción en constante cambio e inanalizables. El hombre tiene libre albedrío y por lo tanto libertad de elección. Sus acciones no son necesarias, pueden variar bajo la influencia de una infinidad de factores. Por lo tanto, el tema del análisis económico se caracteriza por un alto grado de dinámica.
Los factores que determinan el comportamiento humano son en gran medida de naturaleza psicológica y, por lo tanto, no pueden formalizarse y analizarse estrictamente, ni predecirse su influencia. Dado que es imposible prever el futuro, es imposible calcular de forma rigurosa cómo es necesario actuar para lograr ciertos objetivos. Tal cercanía del objeto de análisis es la razón por la cual el factor incertidumbre es importante en la economía. Desde el punto de vista de Mises, el hecho de que una persona actúe en condiciones de tanta incertidumbre tiene una influencia muy importante en la naturaleza de sus acciones.