El gobierno —cualquier gobierno democrático— es por definición la actuación de los que ganaron las elecciones dirigida al bien común.
El gobierno —cualquier gobierno democrático— es por definición la actuación de los que ganaron las elecciones dirigida al bien común.
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáAcá por casa, la coalición ganó en las urnas, pero se supone (y se descuenta) que no gobierna para los que votaron a los blancos, colorados, cabildantes, independientes y novickistas, sino para todos.
Pero tal parece que la oposición no lo entiende así. Y menos aún cuando lo que se propone son medidas para proteger la salud de la población y combatir la maldita pandemia.
La discusión de la ley que reglamenta el art. 38 de la Constitución lo puso de relieve.
Desde decir que la medida debería ser mejor estudiada, que pone en riesgo la democracia, que debería incluirse en ella la benemérita renta popular, hasta que es mejor reglamentar el art. 44 (¿por qué no el art. 444?), que la definición de “aglomeración” es imprecisa, que el pobre Salinas debería ser el que disolviera las aglomeraciones al mando de sus 14 inspectores (que son químicos farmacéuticos, encargados de vigilar las buenas prácticas de fabricación de los medicamentos) y no el Guapo con sus 14.000 uniformados, es buscarle la quinta pata al gato o el pelo al huevo.
No se preocupen, que todavía no lo han visto todo.
Hemos tenido acceso a los borradores de algunos proyectos de ley que este siniestro gobierno piensa proponerle al Parlamento, que sin duda darán lugar a razonamientos tan iluminados como los que suscitó la ley sobre el derecho de reunión.
Uno de ellos propone que se cree una financiación especial para las ollas populares, con cargo a una línea de crédito que Azucena la Grande consiguió en la banca internacional, sin que ello implique la creación de nuevos impuestos.
Consultamos a uno de los asesores del Frente Amplio, quien desde ya adelantó que la oposición se negará a votar este proyecto de ley.
—Está claro que se trata de otro acto de entreguismo a los turbios manejos de los banqueros que le financiaron la campaña electoral a los multicolores —nos dijo Braulio Tetrán Cotodo desde su despacho ubicado en La Huella de Seregni—. Además, fijate que cómo van a hacer con los productos alimenticios destinados a las ollas. En fija que se van a acomodar con los piratas de las granjas de los amigos de ellos, la carne se la van a comprar a los estancieros de Un Solo Uruguay, y todo sin licitación, porque van a decir que es un caso de urgencia y se van a repartir la plata entre ellos, como lo han hecho siempre.
Cuando le pregunté por otro de los proyectos, que consiste en eliminar los peajes en todas las rutas nacionales, financiando las carreteras con un impuesto a las plantas de celulosa, reubicando a todos los empleados de las cabinas en el MSP para que hagan rastreos de los casos de coronavirus que se han disparado, Braulio me dijo que era un disparate.
—Desde ya que es un arreglo con UPM y Montes del Plata, andá a saber qué ventaja le estarán dando, otra ventaja más, andá llevando, para sacarles plata para las carreteras que los camiones están destruyendo, y otra cosa, mirá —agregó—, sacan los peajes para favorecer a los ricachos que se van a Punta del Este, que ahora no van a pagar nada, y mientras tanto, abusan de los compañeros del Sunca, que es el sindicato de los que cobran los peajes, poniéndolos a llamar por teléfono a los contactos de los infectados, cuando ellos lo que hacen es cobrar en sus cabinas…
—Pero no pierden el laburo, se mantienen los puestos de trabajo —le comenté.
—Sí, claro, pero el estrés que van a tener llamando por teléfono y rastreando al coronavirus…, tendrán que aumentarles el sueldo por presentismo investigativo, o algo así, y asegurarles licencias extraordinarias, no sé, me parece una barbaridad, qué querés que te diga —concluyó.
Tampoco le convenció a Braulio Tetrán Cotodo el proyecto que extiende la licencia anual obligatoria de 20 a 30 días anuales, con un doble aguinaldo a ser financiado por “el gran capital”, un término que le fascina a los Oleskers de este mundo. Me dijo que era un invento populista y demagógico, que no tomaba en cuenta que después de los 20 días de licencia los trabajadores ansían volver a sus lugares de trabajo porque extrañan a sus compañeros y que el término “gran capital” es tan ambiguo como “aglomeraciones”, que habría que ser más preciso en la definición de los potenciales financiadores de este extravagante proyecto.
Le dije que el término lo habían inventado ellos, con el que se habían pasado los 15 años de gobierno haciendo gárgaras, sin jamás animarse a hincarle el diente, y que, una vez que desde la coalición les hacen el gusto de gravar a las grandes fortunas, ahora van a estar en contra.
—Por supuesto —replicó—, imaginate que van a hacer quebrar al BPS, porque las patronales van a dejar en negro a gran parte del personal para poder financiar esos días extra, y el segundo aguinaldo vas a ver que lo van a querer pagar en cuotas, y después vienen los atrasos, y si hay paros o protestas con manifestaciones, el Guapo les va a mandar a los milicos a dar garrote para dispersarlos ahora que tiene la ley que se lo permite, y ya verás cómo muere alguno, y zas, otro mártir de las luchas populares, como tantos que han dejado su vida por defender al pueblo.
No hay caso. La oposición es la gata Flora en su mayor y más recalcitrante versión.