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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáEn la edición del día de hoy, jueves 26 de octubre, leo en Búsqueda dos referencias en torno al Tribunal de Nuremberg en relación con la prescripción o no de los delitos de lesa humanidad y de la propia caracterización de tales delitos como de esa naturaleza. Una es una referencia en un artículo y otra es de la carta de un lector.
El tema es enorme y de suyo implicaría páginas y páginas, con algunos asuntos colaterales interesantes como, por ejemplo, si basta una norma constitucional —sin norma legal— para aplicar ciertos criterios, tema sobre el cual, si no recuerdo mal, el Dr. Jorge Gamarra disertó, hace unos tres o cuatro años más o menos, en el Paraninfo de la Universidad.
Pero ese no es el punto. El punto es el juicio de Nuremberg (en realidad los juicios de Nuremberg) y si no estoy equivocado, el menos conocido juicio de Tokio.
Como jurista, me resulta absolutamente rechazable poner como ejemplo de justicia el o los juicios de Nuremberg. Independientemente de la enorme diferencia de posibilidades que tenían los fiscales sobre los defensores, por ejemplo, en la búsqueda de testigos o documentos, y de otras irregularidades, el simple hecho de que el vencedor juzgue al vencido impide catalogar a un proceso tal como ejemplificante. Todo lo contrario, es una barbaridad jurídica.
Esta no es solo una opinión aislada, la mía, sino que tengo algunos apoyos detrás. Me gustaría citar una ya muy antigua obra del español José A. Llorens, Crímenes de Guerra, otra mucho más moderna del también español Fernando Paz, Nuremberg, y a Danilo Zolo, La Justicia de los Vencedores. Todos ellos, cada uno a su manera, algunos poniendo énfasis en tal o cual aspecto y otros en distintas consideraciones, convergen en lo elemental: que Nuremberg ( cuya sala de audiencia Nº 600 tuve el honor de conocer) no puede ser ejemplo de justicia alguna.
No es mi deseo polemizar con nadie, pues a esta columna la entiendo fundamentalmente como una manera de expresarse cada cual, pero no deja de ser insólito, por usar una palabra un poco neutra, que el juicio de Nuremberg se siga colocando como ejemplo a seguir.
Dr. Esc. César Eduardo Fontana
CI 1.060.462-0