Nº 2170 - 21 al 27 de Abril de 2022
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En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáPreocupa que el Poder Ejecutivo aparezca como siguiendo el camino sugerido por el senador socialista Daniel Olesker cuando decide adelantar los aumentos para los empleados públicos, las pasividades y pone bajo presión al sector privado para que haga lo mismo, ante una ola inflacionaria local e internacional. Esto se suma a algunas medidas de exoneración de IVA y freno a las tarifas del combustible, con la intención de mejorar las posibilidades adquisitivas de los sectores más vulnerables de nuestra población.
Ya habíamos adelantado que con el crecimiento inflacionario, muchos lamentarían no haber hecho las reformas estatales que se anunciaban imprescindibles en su momento y ahora deben tomar decisiones sobre la marcha con la pesada carga de un Estado sobredimensionado, donde ninguna solución parece efectiva.
Las interpretaciones que realizan varios políticos y especialistas técnicos sobre este golpe de timón de la administración encabezada por Luis Lacalle Pou son que el tiempo de reformas profundas ya pasó, que comienza a jugar un papel importante la especulación electoral, que las presiones de la coalición ganan la partida y que ya no hay espacio para un combate más ortodoxo a la inflación. Lo cierto es que la hoja de ruta que proyectaban los líderes del gobierno, apoyados en el plan que habían ofrecido a la población para ser electos, parece desdibujarse ante esta nueva coyuntura.
La idea es ganar tiempo para enfrentar una situación que se ve cada vez más amenazante en términos de cantidad y prolongación. Pero si se deja de lado una propuesta más integral para enfrentar la inflación, las mejoras salariales quedarán rápidamente superadas y su efecto anulado. La respuesta que da el gobierno por ahora es más gasto del Estado y más presión sobre las empresas. Habrá que ver qué viene después.
Está claro que este tipo de acciones no tienen un mayor alcance para los sectores más pobres de la población por el sencillo hecho de que son muy pocos los empleados públicos o beneficiarios de pasividades formales entre los ciudadanos que tienen los niveles más bajos de ingresos.
Están las mediadas de exoneración de IVA a algunos productos muy básicos de la canasta familiar, pero la pregunta sería: ¿por qué solo por un mes? Da la sensación de que con este tipo de decisiones nos hacemos trampas al solitario.
Es más: con estas iniciativas se abrió la tan mentada Caja de Pandora. Un ejemplo, solo por cuestiones de espacio, es la propuesta de liberar la importación de pollos y frutas y verduras. Este caso nos recuerda que ese es un sector protegido tradicionalmente sin que haya una evaluación de los beneficios que se generan, lo que provoca un aumento en los precios en esos alimentos que perjudica a los que menos tienen.
El economista Pablo Roselli intentó con relativo éxito introducir el tema en una tertulia de colegas convocada por el programa radial En Perspectiva. El argumento principal es que una medida así no debería ser temporaria para que tenga un efecto antiinflacionario.
Dice Roselli: “¿Qué hace Uruguay prohibiendo las importaciones de pollo, limitando las de frutas y verduras? Son medidas que históricamente ha tenido Uruguay protegiendo a la granja. Esa protección eterna a la granja uruguaya no ha permitido que el sector sea competitivo, que genere exportaciones” y —remarca con acierto—“¡encarece los alimentos!”.
“No hay nada más regresivo que tener políticas que encarezcan los alimentos que afectan directamente a los hogares de menores ingresos. Creo que no puede haber un economista profesional en el mundo que pueda defender este tipo de políticas”, señala. Para Roselli el camino debería ser levantar esa protección para siempre, lo que lograría mejores resultados contra la inflación que las exoneraciones de IVA y control del precio del combustible.
El gobierno encara estos tiempos apoyado en su crédito popular y en el foco de su presidente. Enfrenta una tormenta con olas muy fuertes en un barco que lleva mucho sobrepeso. Ojalá encuentre tiempo y espacio para deshacerse de algo de la sobrecarga. Sería un cambio diferencial alentador para su futuro.