Una gestión destacable

Una gestión destacable

Editorial

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Nº 2272 - 18 al 24 de Abril de 2024

Muy pocos de los ministros que asumieron en sus cargos el 1 de marzo de 2020, minutos después de que Luis Lacalle Pou se cruzara la banda presidencial en su pecho, están todavía en funciones. Más de la mitad del gabinete cambió en los cuatro años de gobierno, por distintos motivos. Dentro de los que permanecen, son menos aún los dirigentes políticos de primera línea y uno solo el referente de uno de los partidos que integran la coalición oficialista. Se trata de Pablo Mieres, ministro de Trabajo y Seguridad Social y líder del Partido Independiente.

A priori, esa característica no necesariamente es positiva. Puede continuar en funciones sin haber hecho mucho o por conveniencia política o por un simple cálculo electoral. Pero el de Mieres no parece ser el caso. Más bien todo lo contrario. Porque su figura trasciende lo electoral y lo ideológico y se hace fuerte en el ámbito de la gestión, algo destacable por fuera de su eventual apoyo en las urnas. En ese sentido, Mieres es un ejemplo y lo es por varios motivos.

El primero es porque se hizo cargo de uno de los ministerios más difíciles que tenía para administrar el actual gobierno. El ministro de Trabajo es el encargado de mediar entre empresarios y sindicatos, entre otras cosas, y ese prometía ser un terreno muy conflictivo al inicio de la actual administración. No ocurrió y eso es, en parte, mérito de Mieres.

A través de una actitud dialoguista con todas las partes y con mucha presencia y trabajo, logró correr el péndulo entre empresarios y asalariados un poco más al medio, luego de que estuviera durante 15 años inclinado hacia la parte sindical. En el primer gobierno del Frente Amplio, encabezado por Tabaré Vázquez, el entonces ministro de Trabajo, Eduardo Bonomi, ya fallecido, dijo que había llegado el momento de priorizar “el platillo de la balanza” de los trabajadores por sobre el de los empresarios, según él, los grandes beneficiarios del pasado. En los años siguientes se aprobó una serie de leyes que fue vista por el sector empresarial como a favor de los sindicatos. Ahora la balanza parece estar un poco más equilibrada.

También es destacable la labor de Mieres porque fue el ministro que asumió con menos respaldo político desde el Parlamento. De hecho, la votación del Partido Independiente en las últimas elecciones no fue buena y apenas obtuvo un representante en la Cámara de Diputados. Así que él se puso en la primera línea de fuego desde un lugar difícil y con un apoyo parlamentario muy menguado y logró superar el desafío.

Otro punto a favor de la gestión de Mieres es que su cartera participó de manera relevante en la discusión, diseño y aprobación de la reforma de la seguridad social. Puede no ser una transformación perfecta, pero al menos es un paso para enfrentar un problema que era una bomba de tiempo.

El aumento del empleo también es una buena noticia registrada en el último período, que tiene un vínculo con la gestión ejercida por Mieres en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, aunque los especialistas en la materia lo evalúan como una consecuencia de muchos factores sumados y en especial de la política económica seguida por el Ministerio de Economía. No es que en el mercado laboral todo sea perfecto y, por ejemplo, todavía persiste una proporción grande de trabajo no registrado o, como él mismo reconoció hace pocos días en el programa Quién es Quién, el régimen de unipersonales cobija ciertos desamparos.

Más allá de esta enumeración de hechos, lo que también es importante destacar es que la evaluación que realizan tanto empresarios como algunos dirigentes sindicales de la gestión de Mieres es positiva. Con quejas, por supuesto, pero todos destacan su voluntad al diálogo y a tratar de solucionar los problemas.

No es un tema menor, aunque no necesariamente se vaya a ver reflejado en votos en las próximas elecciones nacionales, uno de los temas de nuestra conversación con él ayer miércoles como invitado del ciclo Desayunos Candidatos de Búsqueda. La política tiene eso, no siempre es lineal y tiene sus razones para no serlo. Pero, pase lo que pase, lo que verdaderamente construye es el período entre elección y elección y en eso Mieres se merece un reconocimiento. Que quede el ejemplo.