A principios de siglo XX llegó a Uruguay un pasto (Cynodon dactylon) traído del extranjero para fijar las vías de tren.
A principios de siglo XX llegó a Uruguay un pasto (Cynodon dactylon) traído del extranjero para fijar las vías de tren.
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acá“En el centro de biodiversidad de los pastos se trajo uno de otro lado que se expandió” y ahora perjudica a los campos porque no sirve para el engorde del ganado, explicó a Búsqueda la bióloga Silvana Masciadri, magíster en Botánica y estudiante de doctorado de la Universidad Federal de Río Grande del Norte (UFRN) en Brasil.
Como ese hay numerosos ejemplos en los que plantas de un lugar son trasladadas por el hombre a otro, comienzan a reproducirse en el nuevo territorio y generan problemas. El tojo es una de estas plantas invasoras que ocasionan inconvenientes para la producción agropecuaria. A medida que avanza, se pierden áreas de pastoreo para el ganado.
“Las invasiones biológicas son un proceso generado por el hombre. Se han convertido en una de las causas más importantes de pérdida de biodiversidad y tienen impactos sociales económicos y ambientales muy grandes”, destacó Masciadri. “La contaminación biológica es uno de los mayores desafíos ambientales”, aseguró.
Un estudio realizado por Masciadri junto a colegas de Brasil y Argentina reveló que ese es un problema que trasciende fronteras. Los tres países comparten la Pampa. Es el único bioma de praderas de América del Sur, un ecosistema único. En él se produce; tiene un valor económico, social y cultural muy alto. Las especies invasoras afectan el normal funcionamiento del ecosistema y, si las agresiones son numerosas, entonces enferma —como el cuerpo humano cuando es agredido por el tabaco y el alcohol—, se debilita y comienza a fallar, comparó la bióloga.
La Pampa tiene praderas naturales, que en Uruguay se conocen como campo natural, con una gran riqueza de especies. El 39,2% de las especies prioritarias para la conservación (270 en total) en Uruguay son pastos, hierbas y tréboles.
Los pastos de la pampa están siendo amenazados en la región. Los motivos son muy variados: la introducción de especies exóticas para jardinería, plantas que se introducen para la agricultura con intereses productivos, otras que llegaron en la época de las colonias. Se convierten en invasoras cuando son capaces de reproducirse en el nuevo lugar en el que se establecen, se expanden y ocupan espacios que antes ocupaban especies nativas y les ganan terreno.
El trabajo titulado “Plantas invasoras en las praderas de la Pampa: un desafío de cooperación trinacional” concluyó que en la pampa hay 356 especies invasoras de plantas, que son una “amenaza común”. El estudio fue realizado por Masciadri como representante del Instituto de Ecología y Ciencias Ambientales de la Facultad de Ciencias de la Universidad de la República (Udelar) junto a investigadores brasileños de la UFRN y de la Universidad Federal de Santa María, de la Universidad de Bristol del Reino Unido y, de Argentina, de la Universidad Nacional del Sur y del Centro de Recursos Naturales Renovables de la Zona Semiárida.
Un total de 50 especies invasoras fueron encontradas en los campos de la pampa en los tres países. Argentina compartía 48 especies con Brasil y 36 con Uruguay. Además, Brasil y Uruguay compartían 20 especies entre sí.
Las familias con un número más alto de especies de plantas invasoras fueron: Pocaceae (pastos), Asteraceae (hierbas de campo como carqueja, marcela, chirca y margaritas) y Fabaceae (tréboles). Hay margaritas nativas y otras invasoras. A primera vista las invasoras pueden parecer muy similares a las nativas (tienen parecido filogenético), pero los productores saben reconocer bien las diferencias.
La mayoría de las plantas invasoras vinieron de Europa, Asia y África. ¿Los motivos? Casi un cuarto de estas plantas están asociadas al uso humano (74 plantas), pero se desconocen los motivos de la llegada de 282 de ellas. Con fines ornamentales de jardinería registraron 43 especies. También registraron árboles, arbustos y lianas (enredaderas) que invadieron este territorio.
El número de especies invasoras conocidas es mayor en Argentina (246 especies); le sigue Uruguay (161 especies) y luego Brasil (153). Eran 50 especies las que se encontraban en los tres países. En Argentina el 30% de la vegetación natural permanece sin disturbios, en Brasil es el 48% y el mejor escenario se presenta en Uruguay, con el 70% de su territorio de pampa cubierto por campo natural, concluye el estudio financiado por el Centro Nacional de Pesquisa de Brasil.
Masciadri recordó que la primera etapa del trabajo fue generar una base de datos de todas las plantas exóticas de Uruguay. La información estaba disgregada y fue un trabajo arduo que terminó con la edición oficial del catálogo.
“El manejo de las invasiones biológicas requiere abordajes nuevos y esfuerzos coordinados, especialmente en países que tienen intensos lazos comerciales y comparten biomasa. Este es el caso de Argentina, Brasil y Uruguay, que comparten la pampa” con similaridades que transcienden las fronteras, concluye el estudio. Un abordaje local es “inefectivo” porque las plantas invasoras “no respetan las fronteras” de los países. Los científicos plantean la necesidad de “detectar, contener, erradicar y controlar” las invasiones más comunes de plantas.
Para conservar la biodiversidad es necesario realizar una planificación territorial, urbana y agrícola, comentó Masciadri. Tomar medidas apenas se detecta la invasión es lo ideal porque una vez que está instalada es muy caro y difícil erradicarla. Sin embargo, no hay capacidad para responder de inmediato a nivel nacional, informó la bióloga. Para esto se podría utilizar el Sistema Nacional de Emergencias, planteó.
Masciadri opinó que en los últimos años hay un cambio en la conciencia, en la necesidad de que existan políticas institucionales efectivas desde el gobierno mientras el país firma convenios internacionales que apuntan a proteger su biodiversidad. Pero si bien hay avances entre los investigadores, “son un debe las políticas efectivas”. Uruguay cuenta con un Comité Nacional de Especies Exóticas e Invasoras, “una buena estructura”, pero que funciona con lentitud y necesita agilidad, opinó.
Las plantas no nativas fueron motivo de estudio en todo el mundo. Un trabajo publicado en el último número de la revista científica “Nature”, titulado “Intercambio global y acumulación de plantas no nativas”, reunió información de todo el mundo e integró los datos generados por Masciadri y la Sección de Oceanografía y Ecología Marina de la Facultad de Ciencias. Este es “un broche de oro” para el trabajo desarrollado en Uruguay, opinó la investigadora. El estudio internacional fue liderado por el científico Mark van Kleunen de la Universidad de Konstanz (Alemania), primer autor del trabajo.
El análisis incluyó plantas que consideran que se han establecido en los nuevos sitios a los que llegaron. Esta categoría de plantas naturalizadas incluye todas las especies que crecen y se reproducen en la naturaleza espontáneamente, fuera de su área de origen. Dentro de la lista hay especies invasoras.
Analizaron los datos de 481 áreas continentales y 362 islas en colaboración con 33 centros de investigación de todo el mundo. Las áreas estudiadas representan cerca del 83% de la superficie terrestre. Según el estudio, la humanidad ha sido responsable del establecimiento de al menos 13.168 especies de plantas fuera de sus áreas de origen, que representa el 3,9% de la flora del mundo aproximadamente. A Norteamérica llegó el número más grande de especies exóticas, con alrededor de 6.000 plantas naturalizadas, seguida de Europa con más de 4.000.
El Hemisferio Norte ha sido el principal donante de especies a otras partes del mundo. Lideran Europa y Asia no tropical.