N° 2007 - 07 al 13 de Febrero de 2019
, regenerado3N° 2007 - 07 al 13 de Febrero de 2019
, regenerado3Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáUruguay Natural es una excelente idea y una buena marca. Pero… ¿tiene contenido? Y en caso afirmativo, ¿es económicamente viable ser “natural”?
La importancia del tema es crucial, ya que el mundo demanda cada vez más alimentos y que estos sean de mejor calidad, entendiendo por tal: sanos, sabrosos y baratos. ¿Cómo lograrlo?
El vínculo entre una buena alimentación y el buen estado de salud es incuestionable. Mi abuelo, Guillermo Sicardi Arosteguy, nacido en 1883, era médico de profesión y tenía dos frases favoritas: “Donde entra el sol, no entra el doctor” y “Dime lo que comes y te diré cuán sano eres”. Tenía razón.
El doctor Álvaro Ronco, oncólogo, en su libro Nutrición en el paciente oncológico (1) fundamenta detalladamente cómo una alimentación rica en vegetales, frutas, aceite de oliva, pescado y legumbres, así como reducir al mínimo el consumo de carnes, chacinados, lácteos, tabaco o alcohol, no solo ayuda a prevenir el cáncer, sino también ayuda a curarlo. Dice Ronco: “Considerar los alimentos como una clave para la buena salud representa hoy un gran desafío para la medicina convencional, que se basa fundamentalmente en los fármacos y la cirugía”.
El problema es que comer sano es caro. Por eso, la reducción de costos de producción y el aumento de la productividad por hectárea ha sido el gran tema de la agricultura de las últimas décadas. Los defensores de los cultivos transgénicos y del uso intensivo de agroquímicos sostienen que de otra manera sería casi imposible alimentar a una población en crecimiento (siete mil millones de habitantes) y que demandamos más comida. Pero ¿es realmente así?
Los estudios comparativos entre cultivos convencionales (que utilizan agroquímicos sintéticos) y los orgánicos (que utilizan métodos naturales de control de plagas y malezas y enriquecen el suelo con sustancias orgánicas), muestran diferencias de productividad variadas: en cereales, soja y hortalizas la productividad es entre un 20% y 30% mayor en cultivos convencionales, pero en frutas, trigo y legumbres las diferencias son mínimas.
Además, en el cultivo orgánico, una vez que se logran suelos bien nutridos y un control de plagas en forma natural (con cultivos complementarios, insectos y hongos), es más rentable en el mediano plazo, ya que no requiere de la aplicación de químicos, disminuye el uso de energía y genera menos gases de efecto invernadero. (2)
A igual precio, la gente tiende a preferir un producto orgánico, tanto por la calidad de sus nutrientes, su inocuidad o su sabor, aunque el doctor Robert T. Fraley, vicepresidente ejecutivo y director de Tecnología de Monsanto, diga que él prefiere comprar productos de cultivos convencionales. (3)
No tengo dudas de que la tendencia es hacia productos más naturales, con la menor cantidad de químicos posibles y cultivados en forma sustentable con el medio ambiente. La tecnología aplicada a cultivos orgánicos va a permitir en el corto plazo que estos sean económicamente tan competitivos como los convencionales. La pregunta es: ¿cómo financiar la transición?
Tal vez deberíamos hacer algo similar a lo que sucede con el cambio de los autos a combustión por eléctricos, donde todo el mundo es consciente de las ventajas del auto eléctrico, pero pocos pueden comprarlos por sus (actuales) altos costos de adquisición, aunque casi nulos costos de uso y mantenimiento. De ahí que los gobiernos exoneren de impuestos a los compradores de estos vehículos y otorguen líneas de crédito o condiciones especiales a los fabricantes.
Con los cultivos orgánicos debería suceder algo similar. Lo que paguemos hoy en financiar esa transición, seguramente nos lo ahorremos en remedios, enfermedades u hospitales. Y, además, la marca Uruguay Natural tendrá mucho más sentido y será mucho más valiosa.
(1) http://www.hahnemann.com.uy/tienda/varios/336-libro-nutricion-en-el-paciente-oncologico.html