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Mesa por mesa, los banqueros de las principales instituciones —públicas y privadas— de la plaza local enumeraron los mayores problemas del mercado: escala, rigidez de los costos, regulación, rentabilidad. Michael Lafferty, director del grupo consultor Lafferty, fue anotando en una planilla. Y cuando los ejecutivos comenzaron a degustar el desayuno, él tomó el micrófono para señalar que uno de los “grandes problemas” de la banca “ha sido la conducta de los banqueros”.
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Invitado por la Asociación de Bancos Privados del Uruguay, Lafferty ofreció una charla el miércoles 22 en la que auguró “el fin” de la banca universal, abogó por el regreso de los negocios con foco en el retail y aseguró que África le lleva ventaja a América Latina en inclusión financiera. Sostuvo que Uruguay fracasó en su intento de ser una plaza internacional y la “opción más lógica, como se aplica en algún país africano, es ser un centro financiero de banca personal”,
A continuación un resumen de la entrevista que el ex periodista del “Financial Times” y experto en el sector bancario mantuvo con Búsqueda.
—¿Cree que los banqueros se han olvidado de los consumidores?
—El modelo de banca universal era para hacer ricos a un puñado de banqueros, ni siquiera a todos. Era para los banqueros de inversión, que podían manipular el sistema para su ventaja personal. La banca universal corrompió al sistema. Esto no es tan evidente en un país como Uruguay, con bancos más chicos. Pero ha sucedido en los grandes países: Estados Unidos (EEUU), Gran Bretaña, Alemania.
—En la charla habló del fin de la banca universal. ¿Cuál será el modelo del futuro?
—Primordialmente retail: hacer negocios con personas y pequeños comercios y, hasta cierta medida, con grandes compañías. EEUU ya tiene entre 6.000 y 7.000 bancos comunitarios, que dan ganancias y son muy exitosos. Son amados por los clientes y no tienen problema con los reguladores. Ese es el modelo del futuro. Los grandes bancos de EEUU van a morir.
—En Uruguay ha habido un proceso de concentración de la banca, que va en contra de la existencia de más bancos
—Estas cosas toman un tiempo. Los reguladores y el gobierno deben decidir que quieren fomentar la creación de bancos más chicos, en general desestimulados por enormes exigencias de capital. Sin contar la tecnología espacial, la banca ha sido la única industria donde los emprendedores han sido prohibidos en los hechos.
—¿El sistema financiero aprendió las lecciones de la crisis de 2008?
—No lo creo. Hay muchas personas en la cima que se volvieron muy ricas, quizás 100.000 en el mundo que hicieron una fortuna corrompiendo al sistema. Y los reguladores no se dieron cuenta de lo que estaba pasando. La regulación ha atacado, pero esa cultura sigue fuerte. La ética hoy está más cercana a Wall Street que a Main Street.
—¿Cómo puede cambiar esto?
—Es una combinación de regulación y políticas. EEUU necesita reintroducir la separación, la Glass-Steagall Act (que limitaba la actividad en la banca comercial y la separaba de la banca de inversión). Si no, se necesitará otra crisis.
—Dijo que América Latina está “fuera de la vista y fuera de las mentes”. ¿Por qué?
—Otros lugares del mundo han sido más excitantes. Es cuestión de googlear historias de bancarización en África y en América Latina y ver cuántos hits aparecen en “Financial Times” y “Wall Street Journal”. El mundo no está muy interesado en América Latina. Los bancos interesados en la región venían primordialmente de Europa, ahora están en problemas y se han ido. Eso pasa porque las personas a cargo son banqueros de inversión que están buscando soluciones rápidas y no están interesados en una visión a largo plazo.
Montevideo intentó ser un centro financiero internacional, pero no ha sido exitoso. Se necesita una nueva estrategia. Una opción más lógica, como se aplica en algún país africano, es ser un centro financiero de banca personal. Hay personas viajando por todo el continente por trabajo y tiene mucho sentido para ellos tener un lugar neutro para su cuenta bancaria. Uruguay podría ser un lugar perfecto.
—A partir de la crisis financiera se generó el concepto de bancos “demasiado grandes para caer”. ¿Todavía existen? ¿Es algo positivo para una economía?
—Sí los hay y no es algo bueno. Son sistemáticamente peligrosos. Necesitan romperse, no caer, romperlos. La mejor forma sería que los acreedores lo hicieran, porque ninguno tiene una buena performance. Se mantienen inmensos bancos que no están dando un buen retorno a sus accionistas. ¿Por qué?
—En Uruguay hay un gran banco estatal y otros 10 privados que son marcas internacionales ¿Eso es un peligro?
—Sí lo es porque estamos en la mentalidad de banco de marca internacional, donde todas las decisiones se toman fuera del país. Eso no va en el mejor interés del país. Uruguay debería fomentar sus propios bancos y alejarse de la loca idea de dar préstamos corporativos.
—¿Eso es posible en un mercado tan pequeño?
—¿Me dices que los uruguayos están enteramente contentos con sus bancos? Si son como las personas del resto del mundo, no lo estarán. Eso da oportunidades para nuevos jugadores. Pueden ser emprendedores, aunque eso requerirá un cambio dramático en la mentalidad de los reguladores.
—¿Cuán avanzada está América Latina en términos de inclusión financiera?
—Está en el mismo nivel que África, aunque tienden a creer que están a años luz. No lo están. Hay cosas más innovadoras sucediendo en África que aquí. Pero ustedes tienen el potencial de moverse rápido, si logran conjugar ideas. Por ejemplo, están comenzando con licencias bancarias con menor regulación. Creo que lo están haciendo más fácil para que los bancos y las empresas de tecnología se unan. Pero necesitan un empuje político y parar de intentar que los bancos hagan lo mismo para los pobres que para los ricos. Son segmentos diferentes.