Usar el celular en el trabajo, aun cuando esté prohibido, no es “notoria mala conducta”, según la Corte
REDACCIÓN
Debido a la popularidad de los smartphones, que hace años dejaron de ser un objeto de lujo y pasaron a ser un dispositivo casi de primera necesidad entre la población joven y adulta, las posibilidades de entretenimiento —y de distracción— se multiplicaron. Aplicaciones como WhatsApp, Facebook o Twitter compiten para captar la atención de los usuarios la mayor cantidad de tiempo posible, sea en el ómnibus, caminando por la calle, en los momentos de ocio e incluso en el trabajo.
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