Use y abuse

Es que mañana, en forma sorpresiva, el Comando del Sí ofrecerá una conferencia de prensa, para poner en conocimiento de la opinión pública una serie de informaciones muy delicadas, que permitirán sin duda a los votantes del domingo, en especial a los indecisos, tomar la decisión final de votar por Sí, y no tener, como lo pidieron Carolina y Fernando, que anular su voto después de tanto esfuerzo.

Los datos que se revelarán mañana serán tremendos, y a modo de ejemplo señalamos algunos de ellos.

En el capítulo de los abusos policiales (en el que hay que insistir, a como dé lugar) se describirá el caso de un agente policial, quien, presenciando una trifulca en la rambla de Malvín, tras un encuentro de fútbol playa, se acercó al grupo para procurar separar a los agresores y agredidos, pidiendo calma y tranquilidad. Al separar a los que se estaban golpeando más duro —según dijo el policía, lo cual por definición no es creíble—, uno de los luchadores tropezó con el pie del agente, cayendo al piso, lastimándose la nariz y el pómulo izquierdo, y sangrando profusamente. Los futbolistas aficionados, todos ellos integrantes del grupo Futbolistas por el Sí, concurrieron a la seccional más próxima, denunciando al policía por extrema brutalidad, acusándolo de haber pateado en el piso al lesionado, provocándole las lesiones indicadas, a la vez que habiéndolos insultado a todos. No se puede pasar por alto un caso así, esto es consecuencia de la LUC, que ampara a los agentes del orden para causar más desorden.

Un profesor jubilado de la Udelar fue a buscar a su nieto a la escuela, y al salir con el niño de la mano un policía dijo que lo ayudó a cruzar la calle, viendo que el abuelo llevaba bastón y tenía dificultades para desplazarse. En medio de la calle el anciano cayó al piso, fracturándose la muñeca derecha. Una ambulancia acudió a asistirlo, y, a pesar de que los testigos del hecho no dudan en señalar la correcta y generosa actitud del policía, el profesor jubilado dijo que fue empujado violentamente por el agente, con el fin de que un camión le pasara por arriba. Todo esto fue corroborado por una declaración de la Udelar, firmada por todos los excompañeros de cátedra del exdocente, integrantes del grupo Docentes por el Sí, que no duraron en acusar al agente de brutalidad e intento de homicidio especialmente agravado. Es que la LUC permite y hasta estimula este tipo de abusos.

Asimismo, otro policía ayudó a una anciana a levantarse, tras haber tropezado con una baldosa floja en la vereda. Había agachados junto a ella dos jóvenes del barrio, que al ver acercarse al policía, se alejaron raudamente del lugar. La anciana notó al recuperar el equilibrio que le faltaba su monedero de la bolsa que llevaba en el brazo. El grupo de Ancianas por el Sí de Malvín Norte denunció al policía por rapiña especialmente agravada, por más que el agente declaró que solamente había ayudado a la señora a levantarse, y por más que la vecina dijo en el momento de levantarse que creía haber visto a los dos jóvenes metiendo las manos en su bolso antes de alejarse de la escena. Es la LUC la que ampara a los policías a quedarse con dinero ajeno procurando incriminar a los jóvenes humildes de las zonas menos favorecidas.

El Comando por el Sí declarará asimismo que es una falsedad total la acusación que realiza el oficialismo al decir que se ha abusado de los indecisos para procurar convencerlos de votar por Sí. Denegará la injusta acusación de que en la Parroquia del Cordón funcionó hasta ayer un grupo al que se habría llamado Indecisos Anónimos, al que habrían concurrido un grupo de psicólogos de la Udelar, para brindarles explicaciones de las ventajas de votar por Sí, proporcionándoles barbitúricos y ofreciéndoles ir a buscarlos el domingo para llevarlos a votar con la papeleta rosada, convenciéndolos además de que se trataba de la única opción en el referéndum. Esto es falso de toda falsedad, dirá la denuncia del Comando, por más que en la sacristía de la parroquia aparecieron listas con los nombres de los integrantes de Indecisos Anónimos, y fotografías de los psicólogos junto a los asistentes, en medio de las sesiones de trabajo.

Estos graves episodios, concluirá la denuncia del Comando del Sí, no hacen sino corroborar que esta pérfida y maldita ley, aprobada entre gallos y medias noches en los contubernios de la coalición, atropellando los derechos de los humildes y los más desprotegidos, ha dejado al Uruguay en el desierto de los derechos humanos.

Aun así, me temo que el partido del domingo les va a resultar difícil.