• Cotizaciones
    jueves 27 de marzo de 2025

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
    $ Al año*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
    $ por 3 meses*
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá
    * A partir del cuarto mes por al mes. Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
    stopper description + stopper description

    Tu aporte contribuye a la Búsqueda de la verdad

    Suscribite ahora y obtené acceso ilimitado a los contenidos de Búsqueda y Galería.

    Suscribite a Búsqueda
    DESDE

    UYU

    299

    /mes*

    * Podés cancelar el plan en el momento que lo desees

    ¡Hola !

    El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
    En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] o contactarte por WhatsApp acá

    Vivir como P. K. Dick

    N° 1979 - 26 de Julio al 01 de Agosto de 2018

    , regenerado3

    El mundo se ha enrarecido. Mejor dicho: la realidad parece otra, como si alguien la estuviese manipulando de un modo evidente, desconsiderado, tosco. Así son las historias de ciencia ficción de Philip K. Dick. En cierto momento, al protagonista le llega la intuición de que las cosas que lo rodean son un engaño, un implante hipnótico. Tengo la intuición y debo probarlo, piensa el protagonista, pienso yo ahora, de que la realidad circundante, la Redacción del semanario, por ejemplo, la pantalla que tengo frente a mis ojos, los periodistas que me rodean, la luz gris de la tarde que se apaga paulatinamente, los autos y camiones que pasan por la calle, todo es artificial, una alucinación confeccionada para provocar mi único engaño. Alguien o algo está moviendo unas fichas, lo escucho de una punta a otra de la Redacción. Debe ser en la Tierra el puerto terminal de mensajes que se originan en un remoto lugar del universo, tal vez en otra galaxia: Andrómeda, por ejemplo. Y la consecuencia —que llega del espacio exterior por ondas infinitoenergéticas de una inteligencia alienígena a doscientos veinte mil años luz— es este teatro monstruoso de marionetas que se ha desplegado ante mí. Veo una realidad de gobernantes cada vez más viejos y cada vez más empecinados. Discuten y pierden mechones de pelo, se les caen las dentaduras postizas; realizan movimientos discordantes y en lugar de tomar el vaso de agua para beber, arrojan en él un ojo de vidrio que se han sacado, porque estos viejos discuten con las cuencas vacías. Veo un sindicato de furibundos ferroviarios que hablan de trenes que no existen. Veo a unos payasos deliberar acaloradamente y golpear una mesa a propósito de un presunto lenguaje inclusivo, mientras cruje y se agrieta su maquillaje de empaste blanco y pompón rojo. Claro, la vida inteligente en Andrómeda ya ha superado esta tonta cuestión del género y las diferencias: son todes y tod@s porque son hermafroditas, etéreos y desclasados, que es lo más nivelador e igualitario que hay. Ninguna característica sexual secundaria, nada material que los separe: solo gases en la galaxia. Veo un mundo enrarecido, y aunque soy el único testigo, creo que no es para mí. Lo único real es mi gato. Intuyo que soy un androide.