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Es uno de los coros amateurs más prestigiosos del mundo, y la semana próxima llegará a Montevideo de la mano de un cantante uruguayo que lo integra y forma parte de su directorio desde hace varias décadas: la Oratorio Society of New York, coro del emblemático Carnegie Hall (OSNY por su sigla en inglés), se presentará en el Teatro Solís junto a la Filarmónica de Montevideo, el miércoles 15 a las 20 horas.
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Fundado en 1873 por Leopold Damrosch, es la segunda organización cultural más antigua de Nueva York. Su primer concierto fue el 3 de diciembre de ese año en la sala Knabe Hall, ubicada en la Quinta Avenida y la calle 39. Al comienzo, la OSNY se trasladaba de sala en sala sin una sede en particular hasta que Andrew Carnegie, que presidió la sociedad entre 1888 y 1919, propuso solventar el fondo de la OSNY para construir una “sala de música” como sede permanente. Así fue que construido por el arquitecto William Burnet Tuthill, en mayo de 1891 el Carnegie Hall abrió sus puertas al público, convirtiéndose en la sede artística del OSNY. El coro mantiene en forma ininterrumpida hasta hoy una tradición nacida en la noche de Navidad de 1874, que es la interpretación anual del oratorio El Mesías de Händel.
En su larga trayectoria, el Coro estrenó obras corales y óperas en concierto como Christus, de Liszt (1876-77); Un réquiem alemán, de Brahms (1877); La condenación de Fausto, Romeo y Julieta (1882) y Te Deum (1891) de Berlioz; Parsifal, de Wagner, en el Metropolitan Opera House en su primer espectáculo fuera de Bayreuth (1886); Legend y Pater Noster, de Tchaikovsky (1891) y Sanson y Dalila, de Saint-Saëns (1892). En 1982, bajo la conducción de Lyndon Woodside, hizo su debut europeo en Munich. Dos años más tarde, OSNY cantó el Réquiem de guerra de Britten en la Catedral de Coventry para celebrar los 40 años de paz en Europa occidental. Desde entonces ha hecho giras por Europa, Asia, Centro y Sudamérica.
Dirigieron este coro célebres compositores como Peter Tchaikovsky, Edward Elgar, Virgil Thomson, Aaron Copland y Leonard Bernstein. Desde hace doce años está a cargo de Kent Tritle, destacado conductor coral de amplísimo repertorio, reconocido por The New York Times como “la estrella más brillante del mundo musical coral de New York”.
Un uruguayo en Nueva York.
Quizás no sea exagerado afirmar que el principal responsable de esta visita sea un compatriota que hace 40 años se fue a Nueva York, se integró al Coro y hoy es parte de su directorio, encargado de toda la logística de las giras internacionales. Oscar Vallejo, que así se llama este uruguayo nacido en Montevideo en 1956, conversó por teléfono desde Nueva York con Búsqueda y amablemente brindó algunas pinceladas de su periplo. Siendo niño estudió cinco años en el Conservatorio Augusto, donde se graduó en solfeo y teoría musical. Desde los siete años y en paralelo estudió guitarra con Osvaldo Abreu, Atilio Rapat y Amílcar Rodríguez Inda. El estudio de la guitarra lo hizo para poder acompañarse él mismo en el canto, porque lo que más le gustaba era cantar. Recuerda las reuniones familiares en casa de su abuela en Arenal Grande y Nicaragua, donde cantaba para toda la familia, trepado a una escalera que llevaba al altillo. Integró el Coro Suyay, formado por estudiantes de Medicina chilenos. Se fue de Uruguay en 1976 a cantar por Sudamérica con dos amigos, Eduardo Fernández y William Marichal. Anduvo por varias ciudades durante un año, sobre todo en Brasil, cantando folclore latinoamericano y uruguayo. Llegaron hasta Colombia, donde sus dos compañeros decidieron volver a Uruguay y él optó por seguir hasta Estados Unidos, donde residía una tía suya.
Sus primeras armas allí fueron en el Club Montevideo-Uruguay en Newark, Nueva Jersey, un club muy importante de la comunidad uruguaya allá, donde se realizaban actividades culturales todos los fines de semana. Allí se hizo conocer con la guitarra y el canto y también en algunos canales de la televisión hispanoparlante adonde fue invitado a actuar. En 1978 volvió a Uruguay, trabajó brevemente en publicidad, conoció a quien hoy es su esposa y volvió con ella a Estados Unidos, donde obtuvo su residencia y contrajo matrimonio. Allí nacieron sus tres hijos. De su hija mayor espera su primera nieta para el mes que viene. En 1991, trabajando en Nueva York como agente de seguros, encontró un aviso de El Mesías de Händel adherido a una fotocopiadora de la oficina. Averiguó quién cantaba allí y resultó que una compañera de trabajo era soprano del Coro del Carnegie Hall. Lo invitó a participar, cantó en tres ensayos, luego le propusieron hacer una prueba formal con el director Lyndon Woodside. La hizo y fue aceptado. “Fue uno de los días más felices de mi vida”, dice todavía hoy en un tono que no disimula su emoción.
La OSNY tiene un plantel de alrededor de 200 cantantes. A Uruguay vendrán unas 90 voces. Esta semana llega a la ciudad una suerte de “avanzada”, con el director asociado David Rosenmeyer, enviado para redondear los ensayos con la Filarmónica de Montevideo, que está preparando el repertorio desde hace unos meses. Vallejo explica que el coro tiene una vasta experiencia en cantar con orquestas extranjeras en México, Brasil, Europa y China y que las orquestas profesionales no tienen problema con unos pocos ensayos cuando se trata de obras conocidas y transitadas del repertorio.
Bajo la conducción de Kent Tritle, el programa que la OSNY hará en el Solís se integra en la primera parte con la Gran Misa en Do Menor I.K. 427, de Wolfgang Amadeus Mozart, y en la segunda parte con Te Deum, de Anton Bruckner y O Fortuna (apertura de Carmina Burana), de Carl Orff. Las voces solistas de trayectoria y prestigio que acompañarán al coro en esta visita son los norteamericanos Jennifer Zetlan (soprano) y Alex Richardson (tenor) y los argentinos Alejandro Meerapfel (bajo) y Malena Dayen (mezzosoprano). Las entradas están en venta en Tickantel y la boletería del Solís al precio de $ 550 (platea y palcos), $ 350 (tertulia alta), $ 250 (cazuela) y $150 (paraíso).