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Al respecto, González subrayó que “está bueno que el entrenamiento tenga en cuenta el ciclo menstrual y se adapte a él. Está estudiado que su incidencia es notoria”. Para esto explicó que el primer paso es que los entrenadores conozcan el ciclo menstrual de sus deportistas. “Hay algunas que tienen un ciclo de 21 días, otras de 28 y otras de 35. A partir de eso nosotros podemos saber cuántos ciclos va a tener en el año, planificar y armar los entrenamientos. Eso es lo más importante”.
Cuando el entrenador está al tanto del ciclo menstrual de sus deportistas, sabe cuando están en los momentos previos a la menstruación o menstruando, los dos momentos del ciclo en que la cantidad de hormonas desciende y, por lo tanto, es conveniente que las cargas de entrenamiento bajen también, dado que la tolerancia al ejercicio físico es menor. Por lo general, en estas dos etapas del ciclo se realizan cargas de entrenamiento de baja o moderada intensidad, se trabaja a nivel más aeróbico (ejercicios cardiovasculares) y no tanto anaeróbico (ejercicios de fuerza).
“Cuando a la mujer le está por venir la menstruación o cuando está con el período suele retener líquido, se siente más pesada, más cansada, dolorida, le dan ganas de comer cosas dulces. Es importante que el entrenador lo contemple porque no se trata de no entrenar, sino de bajar la intensidad para que a nivel de entrenamiento y de competencia puedan obtener un resultado óptimo”, manifestó González.
Por su parte, el cardiólogo especializado en Medicina del Deporte Edgardo Barboza resumió la relación ciclo menstrual y entrenamiento de esta manera: “En las mujeres regulares de 28 días, durante la primera semana (del día 0 al 7) que están menstruando no conviene cargar mucho (el entrenamiento) porque hay dificultades en la asimilación de las cargas, en la segunda y tercera semana (del día 7 al 14 y del 14 al 21) las cargas pueden ser mayores. Ya la cuarta semana (entre el día 21 y 28) las cargas deben bajar nuevamente porque la asimilación está totalmente alterada por los valores elevados de progesterona”.
El registro del ciclo
En este sentido, Barboza adelantó a Galería que hoy las deportistas olímpicas y de élite suelen utilizar aplicaciones que, a partir de la información que ellas suben y de acuerdo al día del ciclo en el que se encuentren, les sugiere cómo debería ser el entrenamiento. “Esto es lo último de lo último, adaptar el entrenamiento, alimentos y suplementos al día del ciclo”, afirmó. Este tipo de aplicaciones permite además proyectar en qué día del ciclo van a caer las competencias” y prepararse para ello.
El especialista en Medicina del Deporte, que trabajó para la empresa Orreco, especializada en deporte femenino, señaló que la app de dicha empresa, Fitrwoman, es gratuita y permite llevar a cabo este análisis. La aplicación se complementa con su par destinada a entrenadores, Fitrcoach, de forma que el entrenador pueda acceder a la información de la deportista, hacerle un seguimiento personalizado y adaptar las cargas según el día. Según Barboza, otra de las bondades de este tipo de apps es que facilitan el acceso a los datos de cada deportista sin tener que estar interrogándola. “A mí, como hombre, me han tocado selecciones juveniles y a las mujeres a esas edades siempre les cuesta hablar de estos temas, que son muy íntimos”.
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Si bien el uso de este tipo de apps está extendido en casi todo el mundo y es la nueva tendencia, Barboza se lamentó de que en Uruguay su uso todavía no esté extendido. González no coincidió con esta perspectiva y manifestó que las aplicaciones están y se pueden usar en Uruguay o donde se quiera. “Yo no las uso porque tengo una comunicación muy cercana con mis deportistas y para nosotros es muy normal hablar sobre estos temas. Las aplicaciones te dan la información que te pueden dar directamente las deportistas, solamente que la tenés toda registrada ahí. Yo llevo el registro en mi agenda”.
Control y sorpresa
La entrenadora aseguró que lo importante es llevar el registro de cada deportista y lograr que los picos hormonales se den en las competencias importantes para que los resultados sean mejores. Esto puede ser “controlable” a través de pastillas de hormonas que mantienen el nivel de estrógenos para retrasar la menstruación, de manera que no les caiga durante los días que compiten.
González explicó que se trata de pastillas recomendadas, que no se considera doping y que las debe recetar el deportólogo o ginecólogo. Se comienzan a tomar 10 días antes de la fecha en que la deportista tiene previsto que comenzará a menstruar, y se toman hasta un día después de la competencia. Una vez que se dejan, la bajada hormonal es muy abrupta e invasiva. “Las chicas se sienten muy mal y, por lo general, tienen mayores dolores menstruales”, indicó. Por esta razón no se puede abusar de ellas y lo recomendable es utilizarlas en no más de dos competencias por año. “Hay que utilizarlas de manera responsable, porque el cuerpo conserva por mayor tiempo las hormonas altas de manera artificial, lo que hace que la bajada sea más abrupta”.
En este sentido, la especialista sostuvo que no es recomendable usarlas en chicas que recién comienzan a menstruar; tampoco en alérgicas ni en aquellas que toman anticonceptivos. En este último caso, lo mejor es regular el ciclo, según las competencias, con la guía del ginecólogo.
En los otros dos casos, no queda más remedio que competir con la menstruación. “Sabemos que no están óptimas a nivel hormonal, pero hay chicas que se preparan muy bien emocionalmente y psicológicamente para eso. A veces los resultados de la competición no se ven alterados, aunque estos casos no son la mayoría”, dijo la entrenadora.
Incluso, como la incidencia del ciclo menstrual varía en cada mujer, puede pasar también que el competir con la menstruación ayude a obtener mejores resultados. Tal es el caso de la atleta Pía Fernández, quien en declaraciones a Telemundo señaló que “la mejor carrera de su vida”, en la que logró el récord nacional en 1.500 metros, estaba con el período. Esto fue en 2019, en el Campeonato del Mundo de Doha, y desde ese día dejó de tomar pastillas para regular el ciclo.
Algo parecido le pasó a una de las deportistas que entrena González: “Su mejor marca en la combinadas la hizo con la menstruación”. En tanto, la entrenadora recordó que cuando ella era deportista, la menstruación la “potenciaba”. “Sentía que estaba para romper todo. Los días previos, sí, me sentía pesada, pero los días que estaba menstruando no pasaba nada”.
El cambio
Otra historia es la de Manuela Villar del Valle, de 30 años, integrante de Las Cimarronas, que actualmente también juega en KHC Dragons de Bélgica. Según comentó a Galería, el ciclo menstrual jamás fue para ella un problema. “No me afecta mucho y tampoco adapto el entrenamiento, la alimentación y la suplementación a las etapas del ciclo. Obviamente, alguna vez sí, siento dolor, pero igualmente entreno normal”. Incluso señaló que, como juega todas las semanas, ha competido con la menstruación o en sus días previos, pero no observa mucha diferencia en su rendimiento respecto al resto de los días.
Villar del Valle también manifestó que durante unos años tomó pastillas anticonceptivas, pero nunca con el objetivo de regular el ciclo menstrual, según las competencias. Hace dos años que no toma anticonceptivos y utiliza una aplicación para registrar y monitorear el ciclo, de forma que el entrenador también tenga esa información.
Por su parte, González, de 36 años, recordó que en sus épocas de deportista nunca le regularon el entrenamiento al ciclo menstrual. “Nunca tomé pastillas y nunca tuve entrenamientos más leves cuando estaba menstruando. Mis entrenadores no lo tenían en cuenta. Lo único era: ‘Si te duele, pará’”. Al respecto, la entrenadora manifestó que en aquel momento era algo a lo que no se prestaba atención, ni siquiera desde el punto de vista médico.
Los grandes avances de los últimos tiempos han sido la adaptación de los entrenamientos de cada deportista a las etapas de su ciclo menstrual y la conversación sobre las medidas a tomar antes de la competencia, que pueden contemplar pastillas o no.
“Ahora los ginecólogos entienden que se pueden hacer cambios hormonales porque se trata de una deportista”, explicó González. “Tomar a la mujer deportista como alguien especial, con la que hay que tomar los recaudos que se necesitan, es algo muy contemporáneo”, remató.
Embarzos, guardería y salas de lactancia en París 2024
Los Juegos Olímpicos de París 2024 están haciendo historia al dar lugar a la competición a mujeres embarazadas. La primera en conocerse fue la esgrimista egipcia Nada Hafez, quien llegó a cuartos de final con un embarazo de siete meses. La segunda fue Yaylagul Ramazanova, arquera azerbaiyana que compitió con un embarazo de seis meses y medio. Ramazanova, primera mujer de Azerbaiyán en clasificar en su disciplina, manifestó que durante el entrenamiento para los Juegos Olímpicos nunca se sintió incómoda con el embarazo. “Al contrario, sentí que no estaba luchando sola, sino que luchaba junto con mi bebé”.
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Estas historias contrastan con la de la atleta estadounidense Allyson Felix, ganadora de 11 medallas de oro en la historia de los Juegos Olímpicos. Durante toda su carrera, Felix contó con la marca Nike como sponsor. Sin embargo, cuando en 2017 manifestó sus deseos de ser madre, la marca amenazó con sacarle el apoyo. Esto llevó a la atleta a entrenar durante nueve meses a escondidas, a horas inapropiadas, para ocultar el embarazo. Cuando nació su bebé, la marca redujo su patrocinio en un 70% y advirtió que le sacaría todo apoyo si su rendimiento disminuía. Esto llevó a Felix a no renovar el contrato con Nike y crear su propia marca de championes, Saysh. La atleta compitió con ellas en Tokio 2020 y ganó dos medallas más antes de retirarse. En París 2024, fue un poco más allá y logró instalar la primera guardería y las primeras salas de amamantar en una villa olímpica. La lucha de Felix deja en evidencia que es posible combinar una carrera deportiva con la maternidad