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Ulises Beisso nació en 1958 y murió en 1996. Se fue de este mundo con la tristeza de un artista sin reconocimiento. Su arte era demasiado diferente para la época, disruptivo, homoerótico
Y resulta que hubo un gran artista uruguayo que por haber sido homosexual y transmitirlo en su obra fue ignorado y escondido, y por esa razónes casi desconocido. Ante este descubrimiento, es inevitable la pregunta: ¿cuántos otros talentos habrán sido silenciados? ¿De qué nos habremos perdido por haber sido una sociedad que, ajustada a los cánones de su tiempo, se manejaba con tal hipocresía y autoritarismo? Cuando uno se cruza con historias como estas, impresiona la impunidad con la que la sociedad, por demás estructurada, se apoderaba de la vida de las personas y las sometía a existencias carentes de libertad, y por ende, desdichadas.
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Ulises Beisso nació en 1958 y murió en 1996. Se fue de este mundo con la tristeza de un artista sin reconocimiento. Su arte era demasiado diferente para la época, disruptivo. De adolescente estudiaba en el taller de José Luis Montes, discípulo de Torres García. En la preparación para una exposición del taller, ya se notaba que lo suyo era distinto. “Todos los cuadros eran absoluta y totalmente Torres García y los míos no tenían nada que ver. Eran unas caras de mujeres, con pedazos de trapos pegados como si fuera el vestido”. A otros artistas, eso les resultaba un horror, según las propias palabras de Ulises.
Su formación continuó en México, terreno fértil para que muralistas como Diego Rivera y pintoras como Frida Kahlo expresaran su mundo interior. Además de que se apoderó del color, empezaron a aparecer en sus pinturas referencias a su sexualidad, como genitales mutilados o cosidos. Más adelante surgieron figuras travestidas o seres sin género, más color, humor, lecturas muy directas. Eran mensajes bien distantes de los paradigmas del arte de entonces en Uruguay. Hablaba a las claras de la experiencia de ser homosexual en una sociedad que no daba espacio para eso.
Cuando Ulises murió, su madre, avergonzada por las características de la obra de su hijo, la guardó completa, casi 300 producciones, bajo llave, en una habitación de su casa. Todo estuvo allí durante casi 25 años. Cuando Ulises murió, su madre, avergonzada por las características de la obra de su hijo, la guardó completa, casi 300 producciones, bajo llave, en una habitación de su casa. Todo estuvo allí durante casi 25 años.
Cuando Ulises murió, su madre, avergonzada por las características de la obra de su hijo, la guardó completa, casi 300 producciones, bajo llave, en una habitación de su casa. Todo estuvo allí durante casi 25 años. Al fallecer ella, sus hermanos decidieron redimirlo. En 2022 se realizó la primera exposición post mortem en el Centro de Exposiciones Subte, y con eso empezó a desatarse la madeja. A esa muestra asistió una curadora del Malba, que se interesó por el artista y logró montar la exposición que ocupa hoy ese prestigioso museo de Buenos Aires. Y ya está previsto que el año que viene sea expuesta en Nueva York.
¿Qué diría la madre de Ulises si supiera esto? ¿Y todos los artistas que lo criticaron e ignoraron? El tiempo generalmente se encarga de poner las cosas en su lugar, aunque a veces hay que pagar un precio alto. Esta historia triste con final feliz deja un mensaje con cierto optimismo: la sociedad ha avanzado lo suficiente como para dar lugar a los que sienten y piensan diferente.
Sigue existiendo el racismo, el machismo, la homofobia, la discriminación, pero hay personas en lugares de decisión que valoran a otras por quienes son, que dan espacio a las expresiones libres, que dejan ser.
En la obra que Ulises Beisso dejó se ve el dolor de no ser comprendido en su condición sexual ni valorado en su producción artística. Pero también se ve su mirada crítica hacia esa sociedad que lo discriminó. Y como dice el curador de la muestra, Martín Craciun, esta posibilidad de enfrentarnos a su obra, que fue censurada por más de dos décadas, es una oportunidad para reflexionar: “¿Cómo es la capacidad de las personas de ser y sentir hoy? ¿Cómo estamos en términos de libertades individuales y colectivas? ¿Cómo transmitimos eso que queremos y no podemos?”.
En este Mes de la Diversidad, colectivos organizan actividades inclusivas, integradoras, reivindicativas, en su lucha por que a nadie más le pase lo que le pasó a Ulises.