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Ni estoicismo ni budismo: un manual moderno para aprender a soltar

Mel Robbins tiene 5 millones de seguidores en TikTok, 11 millones en Instagram y una cantidad de fotos de tatuajes que le envían sus seguidores con la inscripción “Let Them”; al parecer la teoría que da nombre a su libro ha cambiado la vida de muchas personas en el mundo

Editora de Galería

“Todo lo que dice este libro ya lo sabes”, expresa Mel Robbins, la autora del best seller La teoría Let Them. La clave está en soltar, que lleva vendidos alrededor de 6 millones de ejemplares en el mundo en solo seis meses y que acaba de publicarse en español. Le habla a periodistas de Latinoamérica en una conferencia de prensa virtual.

Lo que propone su teoría, que traducida al español sería “déjalos”, es, según ella misma, “una versión moderna de la sabiduría antigua”: “Es el estoicismo, es la oración de la serenidad, es el budismo”. De ahí surge que ya deberíamos saberlo.

Ella, que descubrió la herramienta que comparte en el libro a los 54 años (hoy tiene 56), asegura que la mayor parte de su vida vivió “al revés”, intentando controlar lo incontrolable, intentando cambiar a los demás y permitiendo que el mundo exterior la “consumiera por dentro”, la preocupara y la estresara. “Hay una manera más fácil de vivir la vida”, afirma.

En el libro, la autora recuerde la importancia del soltar para vivir en paz, cuenta su hallazgo y su proceso, comparte la mirada de expertos y proporciona una serie de herramientas para lograrlo.

El inicio de todo

“A la edad de 41 años me hallé a mí misma debiendo 800.000 dólares, sin empleo y con el negocio de mi marido —un restaurante— desmoronándose. Ambos nos sentíamos como si hubiéramos fracasado en la vida, sin perspectiva alguna de pagar aquella deuda”. Así empieza su libro Mel Robbins, con un mensaje que hace referencia a algo en lo que suele girar su discurso: nunca es tarde para empezar de nuevo.

“Tenía 41 años cuando di aquella primera charla TEDx muerta de ansiedad, y 46 cuando me pagaron por primera vez por una conferencia. Tenía 49 años cuando autopubliqué mi primer libro, y 50 cuando monté mi empresa. Y tenía 54 años cuando lancé uno de los podcast de más rápido crecimiento del mundo”, cuenta.

Lo que la ayudó en ese momento a salir a flote fue un recuerdo que llegó como un flash: el de la cuenta regresiva de un cohete de la NASA previo a despegar. Estaba tirada en la cama y la idea, que terminó llamando “la regla de los cinco segundos”, le sirvió para levantarse ese día y para avanzar paso a paso hacia el futuro que quería. “La regla de los cinco segundos me enseñó que nadie va a venir a salvarte, sino que eres tú quien debe salvarte de ti mismo”, escribe en el libro, para el que consultó a 57 expertos de distintas áreas. “Es imperativo que te obligues a dar pequeños pasos hacia delante, todos los días a cada minuto, sobre todo cuando no te apetezca”.

Esta estadounidense nacida en Kansas, sin doctorados ni los “estudios adecuados”, dice haber aprendido todo lo que sabe (y comparte) “a las malas”. Equivocándose y obligándose a seguir haciendo. “Tenía 41 años cuando di aquella primera charla TEDx muerta de ansiedad, y 46 cuando me pagaron por primera vez por una conferencia. Tenía 49 años cuando autopubliqué mi primer libro, y 50 cuando monté mi empresa. Y tenía 54 años cuando lancé uno de los podcast de más rápido crecimiento del mundo”, cuenta.

Hoy tiene 5 millones de seguidores en TikTok, 11 millones en Instagram y una cantidad de fotos de tatuajes que le envían sus seguidores con la inscripción “Let Them”. La teoría, al parecer, ha cambiado la vida de muchas personas en el mundo.

El bail de graduación que cambió todo

Robbins descubrió el poder de esas dos palabras, let them (“déjalos”), en el baile de graduación de su hijo. “Yo era la típica madre autoritaria. Quería que el moño del esmoquin quedara bien. Quería que las flores quedaran bien”, contó. Estaba preocupada porque su hijo reservara un restaurante para esa noche, quería que tomara los recaudos para no mojarse (llovía) y no paraba de opinar y tratar de que se hiciera lo que ella decía.

“Mi hija, que había vuelto de la universidad, ya estaba harta (…). Extendió la mano y me agarró el bíceps. Creo que llevaba uñas postizas, esas uñas largas que parecen dagas. Me agarró el brazo y empezó a gritarme: ‘Mamá, para. Estás siendo pesada. Es su baile del instituto, no el tuyo. Déjalos, déjalos hacer lo que quieran. Déjalos que no lleven flores. Déjalos salir bajo la lluvia. Déjalos comer, déjalos hacer lo que quieran. Simplemente, para”.

Algo en ese “déjalos” la impactó. Pensó: “¿Por qué me importa esto? ¿Por qué me preocupa tanto lo que está haciendo? ¿Por qué dejo que esto me estrese?”. Al día siguiente, mientras hacía una cola en el supermercado, volvió a encontrarles utilidad a esas palabras. Mientras escuchaba el exasperante bip, bip, bip de las cajas, pensaba: “¿Por qué solo hay un cajero?”, y empezaba a sentirse agitada. Entonces pensó: “Déjalos”.

“Ese fue el principio. Cada vez que me sentía estresada, frustrada, preocupada, herida o molesta, simplemente empecé a decir: ‘Déjalos’”, cuenta en la conferencia.

“Si mi madre estaba de mal humor, que lo estuviera. Si mi hijo no quería hablar conmigo por la mañana porque es adolescente, que lo hiciera. Si mi marido no quería salir a cenar, que no lo hiciera”.

Compartir un video en el que explicaba su hallazgo en redes sociales fue un antes y un después en la vida de Robbins: la publicación explotó. La gente empezó a contarle cómo su teoría le había cambiado la vida y a tatuarse esas dos palabras.

“El lugar donde invierten su tiempo y en qué gastan su energía determina la calidad de su vida”, dice Robbins. La teoría del “déjalos” consiste en aprender a soltar. Es una aceptación radical. Es la teoría del desapego.

“Lo que me encanta de decir ‘déjalos’ y ‘déjame’ (así se titula la segunda parte del libro) es que estas palabras te ayudan a aplicar estas profundas enseñanzas y modalidades terapéuticas como herramienta en un momento de la vida moderna donde la vida es muy muy abrumadora”, explica Robbins vía Zoom.

Retrato Mel Robbins
El libro lleva vendidos seis millones de ejemplares desde su publicación.

El libro lleva vendidos seis millones de ejemplares desde su publicación.

El 99% del estrés proviene de otras personas, asegura la autora. Su teoría implica también poner un límite para protegerse de factores estresantes innecesarios. De esta manera “podrás gestionar tu estado de ánimo y tu energía. Te protegerás de las opiniones y expectativas de los demás. Recuperarás tu poder y aprenderás a priorizarte a ti mismo, tus pensamientos, tus opiniones, tus expectativas. Y te volverás más proactivo al tomar el control de esas áreas de tu vida en las que has estado enojado y enfadado porque la gente no se ajusta a lo que quieres”.

El segundo paso, al que le dedica la segunda parte de su libro, Déjame, alude a lo que podemos controlar: “Puedo controlar lo que pienso, puedo controlar lo que hago o dejo de hacer, y puedo controlar cómo respondo a estos sentimientos que surgen y desaparecen”.

Let them: la clave está en dejar ser

“Intentas cambiarlos, te preocupa lo que piensan, quieres controlar su estado de ánimo, crees que debes hacerlos felices; simplemente déjalos. Déjalos ser quienes son, déjalos ser quienes no son, déjalos estar de mal humor, déjalos decepcionarse, déjalos malinterpretarte, déjalos hablar de ti, déjalos, déjalos, déjalos. Ese es el primer paso, porque entonces te liberas de controlar lo único en la vida que no puedes controlar: a los demás”, sostiene la autora.

Para que alguien cambie, primero hay que dejarlo ser quien es. Y ahí algo interesante ocurre. “Creas un espacio donde se sienten aceptados. Y ahora tienen que lidiar con su propia frustración y fricción internas y organizar su motivación interna para querer cambiar por sí mismos”.

Decir “déjalos” es empezar a ver a los otros tal como son. Y decir “déjame” es permitirse el tiempo y la reflexión para decidir cuánto tiempo y energía dedicarles.

Según ella, uno de los aspectos en los que más cuesta aplicar la teoría es justamente cuando se intenta cambiar a alguien que se quiere. “Deseas que coma más sano. Deseas que deje de fumar. Deseas que deje de beber. Deseas que consiga un mejor trabajo. Todos tenemos muchas opiniones sobre lo que creemos que deberían hacer los demás. No hay nada de malo en eso. Creo que es hermoso querer lo mejor para los demás”, dice. Pero el problema es que la gente solo cambia cuando quiere cambiar. “Cuando alguien a quien amas no se cuida, te estresa porque estás preocupado por él. Eso te hace sentir fuera de control debido a su comportamiento y entonces cometes un error fatal: cruzas la línea e intentas presionarlo para que cambie. ¿Y qué crea eso? Crea tensión, resistencia”.

En la charla con los periodistas, lo ilustra con el ejemplo (que también aparece en el libro) de una pareja en la que ella quiere que él baje de peso. “Esa persona tiene la misma necesidad que tú de controlar su vida y sus decisiones. Y entonces, cuando les dices ‘¿por qué no te apuntas al gimnasio?, piensan: ‘¿Qué te crees? ¿Que soy un idiota? ¿Crees que no sé que ir al gimnasio me va a ayudar a bajar de peso? Muchas gracias, Einstein’. Y entonces los ofendiste con tu deseo de cambiarlos”, relata.

Para que alguien cambie, primero hay que dejarlo ser quien es. Y ahí algo interesante ocurre. “Creas un espacio donde se sienten aceptados. Y ahora tienen que lidiar con su propia frustración y fricción internas y organizar su motivación interna para querer cambiar por sí mismos”.

Mel Robbins Libro
La teoría Let Them. La clave está en soltar, de Mel Robbins. Planeta, 320 páginas, 890 pesos.

La teoría Let Them. La clave está en soltar, de Mel Robbins. Planeta, 320 páginas, 890 pesos.

En procesos de enamoramiento, soltar también representa un gran desafío. “Cuando estás en una relación, es muy fácil enamorarse de la fantasía en lugar de estar en una relación con la realidad. El problema eres tú, porque vives en una fantasía, justificas el comportamiento irrespetuoso y te sigues diciendo: ‘Si sigo acostándome con esta persona, aunque se escabulla por la puerta como un gato callejero por la mañana, de alguna manera esto se convertirá en una relación muy prometedora’. ‘Si sigo aferrándome, con el tiempo esto cambiará’”. La autora es categórica en su opinión: “En las citas, el comportamiento de las personas te dice exactamente lo que sienten por ti; si alguien está interesado, lo sabrás, como dice el viejo dicho”.

Decir “déjalo” en las relaciones en general es estar dispuesto a ver a la gente tal como es, y eso nunca es fácil, porque pueden aflorar verdades de las personas y de los vínculos. “Es darte cuenta de que eres el único de tu familia que organiza encuentros, y que cuando dejas de hacerlo, curiosamente, ninguno de tus hermanos lo hace. (…) Darte cuenta de que siempre estás haciendo el esfuerzo en una relación y, cuando no lo haces, la otra persona no está tratando de verte”.

Y es ahí que entra en la ecuación el “déjame”. “Déjame preguntarme: ‘¿Es este tipo de amistad lo que realmente quiero y merezco en mi vida?’. Si no lo es, deja de pasar tiempo con estas personas y haz un esfuerzo por hacer nuevos amigos. Si ves, por ejemplo, que eres el único hermano que organiza encuentros, déjame preguntarme: ‘¿cuál es mi valor?’. Quizás eres el único en tu familia que mantiene a todos unidos, y ese es un valor muy importante para ti. Así que, en lugar de ser transaccional y enojarte porque no te corresponden, puedes decir: ‘Así son mis hermanos, pero para mí la familia es importante, así que voy a esforzarme, voy a seguir haciendo planes’”. La dinámica no cambia, la diferencia es que, al no esperar un retorno, aparece un gran beneficio: se pierde el resentimiento.

Dejar ser a los otros quienes son, y también quienes no son, obliga, según Robbins, “a aprender a amarlos como son, a dejar de juzgar, a dejar de intentar que cambien”. Y esa aceptación hace más fuertes las relaciones, ya no contaminadas por el juicio y el control.