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Ideas para una agenda de políticas de drogas para los próximos años
Uruguay fue en esa dirección, oponiéndose a los intereses económicos de las tabacaleras con la prohibición de la publicidad; tal vez es hora de considerar con seriedad cómo ir en esa dirección con el mercado de alcohol
Uruguay se destaca en la región por la institucionalidad creada durante las últimas décadas en torno a las políticas de drogas. Esto no quiere decir que las políticas implementadas hayan sido las mismas a través de los distintos gobiernos, pero sí se ha mantenido cierta estabilidad en algunos aspectos clave. Uno de ellos es la generación de encuestas sobre consumo de sustancias, tanto a nivel nacional como entre estudiantes de secundaria, que realiza el Observatorio Uruguayo de Drogas (OUD) de la Junta Nacional de Drogas desde principios de los 2000. A través de estas encuestas, el país cuenta con series de tiempo de consumo de drogas legales e ilegales que nos permiten conocer los principales cambios y permanencias, y constituyen un insumo fundamental para la toma de decisiones. El pasado octubre, el OUD presentó los resultados preliminares de la VII Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Población General 2024 con algunos datos que merecen ser tenidos en cuenta en la agenda de políticas de drogas para los próximos cinco años.
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El primero de ellos es que la edad promedio de inicio de consumo de alcohol es 17 años, y la diferencia entre hombres y mujeres ha desaparecido. Mientras que entre las mujeres que hoy tienen entre 56 y 65 años, el consumo de alcohol comenzó a los 21 años y entre los hombres fue a los 17 años, es decir, tres años de diferencia, esa distancia desaparece entre la generación más joven, los que tienen entre 15 y 18 años (14,8 para las mujeres y 14,4 para los hombres). Por otra parte, aumentó el porcentaje de la población con uso problemático de alcohol, son casi tres de cada diez uruguayos/as: 28,3% (en 2018 eran 23,3%). La probabilidad de ser un consumidor/a problemática de alcohol es mayor cuanto antes se comience a consumir. En los próximos cinco años, detener la disminución de la edad de inicio de consumo de alcohol y el aumento del uso problemático deberían ser un objetivo. El programa de gobierno del Frente Amplio explícitamente hace referencia a retrasar la edad de inicio no solo de alcohol, sino también de tabaco y cannabis como parte de una estrategia de gestión de riesgos y reducción de daños.
El segundo dato relevante es la constatación de la disminución del consumo de tabaco. En 2001, un tercio de las y los uruguayos habían usado tabaco en el último mes (34,5%), en 2024 disminuyó a una cuarta parte de la población (24,2%). También disminuyó la prevalencia de uso en el último año (de 36,8% a 27,8%). Sin duda que esto es una buena noticia, e indica que aún con drogas legales, advertir sobre los riesgos que tiene su uso y dar información a los consumidores, puede tener un impacto en la disminución de uso. Uruguay fue en esa dirección, oponiéndose a los intereses económicos de las tabacaleras con la prohibición de la publicidad; tal vez es hora de considerar con seriedad cómo ir en esa dirección con el mercado de alcohol.
Un tercer dato para destacar es que el mercado regulado de cannabis actualmente cubre a casi cuatro de cada diez usuarios de los últimos doce meses (37,4%). A su vez, en diez años, ha disminuido de forma relevante el narcotráfico clásico, es decir, las compras de “prensado”, el cannabis que venía tradicionalmente de Paraguay, pasó de 58,2% en 2014 a 6,7% en 2024. De todas maneras, existe un 12,7% que compra cogollo al narcotráfico y un 29,7% que compra en el mercado no regulado. La política de regulación de cannabis ha sido estable a pesar de los cambios de gobierno, y eso es una buena noticia, pero existe mucho espacio para que el mercado legal continúe expandiéndose, para ello es importante entender cuáles son las barreras para que los usuarios se muevan a la legalidad y evaluar si es factible eliminarlas. El registro de usuarios es, sin dudas, una de las principales.
El programa de gobierno del Frente Amplio propone revisar la legislación de cannabis para reducir los impactos del tráfico ilícito, realizar cambios normativos para asegurar los principios de racionalidad y proporcionalidad en las penas relacionadas con delitos de tráfico ilegal, promover medidas alternativas a la privación de libertad, analizar y promover la regulación de los mercados de drogas a nivel nacional, regional e internacional y luchar contra el lavado de activos. Sin embargo, no hace referencias específicas a cómo aumentar el mercado legal de cannabis.
Por último, si bien la prevalencia de uso de pasta base en los últimos doce meses en la población uruguaya es baja, 0,3% en 2024, el uso de esa droga es muy alta en sectores marginales y entre la población que vive en situación de calle. Además de los enormes perjuicios a la salud, la asociación entre pasta base, situación de calle y delincuencia es alta, lo cual hace aún más urgente pensar en estrategias para la reducción de daños. Estas son solo algunas ideas para incluir en la agenda de política de drogas que surgen mirando los resultados de la VII Encuesta Nacional de Consumo de Drogas en Población General 2024, lo que resalta la importancia de contar con datos de calidad para pensar las políticas públicas.