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El senador del Partido Colorado, Pedro Bordaberry, analizó en los Desayunos Búsqueda los desafíos de la oposición ante el nuevo gobierno. ¿Podrá articularse una coalición fuerte o enfrentará divisiones internas? Claves de la estrategia y los próximos pasos
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Tras cuatro años alejado de la primera línea, Pedro Bordaberry volvió al ruedo político con 17 proyectos de ley que buscan redefinir su rol como líder opositor. Desde reformas parlamentarias hasta la prohibición de motores a combustión en 2045, el senador colorado apuesta a marcar agenda frente al nuevo gobierno.
Este retorno se produce en un momento donde la oposición manifiesta dos posturas diferenciadas: mientras algunos sectores muestran disposición al diálogo con el discurso presidencial, otros adoptan una línea más confrontativa. Líder político indiscutible, el futuro más cercano marca unas elecciones departamentales donde la coalición republicana se juega mucho.
En este escenario complejo, Bordaberry protagonizó el segundo encuentro del ciclo de entrevistas de Búsqueda.
“Sobre (Luis) Lacalle Pou tengo tremenda relación y fue un gran presidente, pero al Partido Colorado el Partido Nacional no nos dice lo que tenemos que hacer. Tengo un gran respeto, coordinaremos lo que sea, pero vamos a tratar de ganarle”.
“Imponer cuotas de género en las prisiones no soluciona el problema ni es justo para esas personas. No es algo nuevo; el FA dice que 'debe haber la misma cantidad de mujeres que de hombres'. Muy bien, paridad: 50 y 50. Pero es muy fácil imponer algo así, y la discriminación seguirá existiendo. Puedes garantizar a la población trans puestos en el Estado, ¡pero la discriminación persistirá! Lo que realmente hay que hacer es impedir el acoso, la persecución y la falta de respeto hacia ellos. Eso es lo que se debe evitar. Se creen que están haciendo lo correcto al usar términos como 'niñes' y otras expresiones, pero con eso no están solucionando el problema, porque no abordan su raíz. Ellos duermen tranquilos en la zona costera y hablan del desastre del Estado, pero viven de esa manera y no trabajan por aquellos que menos tienen”.
“Creemos que necesitamos un shock en las políticas inmigratorias, tanto hacia el país como dentro de él. Si mirás los números, en Uruguay hay 1.400.000 personas cotizantes al BPS, pero 700.000 jubilados y 330.000 funcionarios públicos. Esto representa un problema para el futuro del país, ya que mueren más personas de las que nacen. Necesitamos más cotizantes, y eso se puede lograr a través de una inmigración de calidad, como hicieron Nueva Zelanda, Australia y Canadá. Ese es el futuro de Uruguay. Para que en 10 años los uruguayos en vez de tres millones seamos cinco millones”.
“Vamos a votar lo que es bueno y no vamos a votar lo que es malo. Ya estamos trabajando con nuestros técnicos para hacerle llegar al gobierno las cosas que queremos abordar. En el análisis macroeconómico, no habrá discrepancias; vamos a apoyar. Sin embargo, el peso del Estado no lo veo viable para trabajar. Dicen: 'Fíjate en el aumento que hizo el Frente Amplio en educación, seguridad y salud'. Muy bien. Aumentamos el presupuesto en esos tres sectores como nunca antes. Pero pregunto: ¿cuáles son los sectores en los que estamos peor y hemos retrocedido? ¿Qué es lo que está en peores condiciones en Uruguay? Precisamente en los sectores a los que hemos destinado más dinero. Esa idea mágica de quienes no entienden cómo funciona un sistema capitalista es que solo con poner más dinero se soluciona todo. En la rendición de cuentas vamos a poner el foco en la gestión”.
“En una coalición, lo fundamental es no perder tu identidad y sentarte a conversar, siendo siempre leal. Si te digo que voy a votar algo, debo hacerlo. Y si siento que estoy por hacer algo que te pueda afectar, debo avisarte. De eso se trata: generar confianza. Es más fácil en el Senado, porque solo pertenecemos al Partido Nacional y al Partido Colorado”.
“En estos momentos, hay grupos que dicen: 'No le voten nada al Frente Amplio', 'Pónganle todos los palos en la rueda'. No creo en esas actitudes. Si el FA presenta algo bueno para Uruguay, ¿debería negárselo solo porque quiero ganar la elección mañana? Algunos lo harán, pero nosotros no”.
El partido colorado es muy horizontal y le hace bien tener muchas opciones y muchos liderazgos. Todas las opiniones pesan, pero lidera el que propone, el que hace, el que trabaja. No se lidera con el cargo. Ojo, el titular no es 'Andres Ojeda no es el líder'.
“¿Quién soy yo para puntuar a un presidente? Al analizar la historia, todos los presidentes han tenido logros importantes. Como comparar la salida de la dictadura en el año 1985 y la necesidad de poner en funcionamiento un montón de instituciones, o la cirsis de 2002 de (Jorge) Batalle con el de (Tabaré) Vázquez que agarró los commoditoes de Batlle y le fue bien. Nadie puede negar lo positivo que fue el cambio pacífico en Uruguay en comparación con otros países: Chile, con una democracia tutelada, y Argentina, con lo de La Tablada. Luego vino el gobierno de (Luis Alberto) Lacalle, que hizo un gran esfuerzo por modernizar el Estado uruguayo. Había que afrontar el plebiscito de 1989 sobre los jubilados, que explotó en el segundo gobierno de (Julio María) Sanguinetti. La reforma de 2008 de (Danilo) Astori estalló en el gobierno de (Luis) Lacalle Pou. Respecto a (José) Mujica, creo que comunica muy bien, pero su gestión fue ineficiente. Tuvo problemas en Ancap, con el caso de Gas Sayago, Aratirí, entre otros. Sin embargo, también hizo cosas bien. Nadie hace todo mal ni todo bien“
“La semana pasada, en el Parlamento, se debatió el ingreso de 10 militares de Estados Unidos al país para realizar maniobras. ¡A eso le dedicamos tres horas! Y surgió el tema del 'imperialismo yanqui', 'las invasiones', etc. Del otro lado respondieron: 'sí, pero (Tabaré) Vázquez le pidió ayuda a Bush…'. Ese mundo que se enfrentó en la Guerra Fría contra el comunismo internacionalizado, que el tiempo ha demostrado ser erróneo, ya no tiene defensores. Aquí, algunos tomaron las armas para imponer esa ideología, lo que desembocó en el dolor que todos conocemos. Y nos preguntamos: ¿por qué? Porque no podemos dar vuelta la página de una vez. Cincuenta años después, seguimos discutiendo cosas que nadie cuestiona. ¡Aquí seguimos peleándonos por el imperialismo yanqui! A nosotros, como familia, nos tocó sufrir mucho y no nos quejamos. Nos enseñaron a poner la otra mejilla y a mirar hacia adelante, y es lo que los uruguayos deben hacer: mirar hacia adelante”.
