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Carlos Negro: “La seguridad no se mejora con discursos, sino con evidencia y trabajo”

El ministro del Interior subrayó, en Desayunos Búsqueda, que el trabajo en equipo y la innovación tecnológica son pilares fundamentales de su gestión

Redactora de Sociales de Galería

En una nueva edición del ciclo Desayunos Búsqueda, el ministro del Interior, Carlos Negro, conversó con el director periodístico de Búsqueda, Andrés Danza, y el periodista de política Juan Francisco Pittaluga sobre su historia personal, su llegada al gabinete y los desafíos de liderar una de las carteras más complejas del país. Durante más de una hora, habló de sus orígenes, de su vocación jurídica, de su paso por la Fiscalía y de la visión que hoy orienta su gestión en materia de seguridad pública.

Negro recordó que su padre fue un abogado frustrado y militante político que formó parte de la fundación del Frente Amplio junto con Liber Seregni. Creció en un hogar donde la política era parte de la vida cotidiana, sobre todo durante los años de dictadura. “En mi casa todo se debatía puertas adentro, y eso me marcó. Creo que de ahí vino mi inclinación hacia el derecho, que en aquel tiempo era la carrera más vinculada a la justicia social y al compromiso político”, explicó. Esa formación, dice, lo acompañó toda la vida. Su paso por la universidad lo acercó a la militancia estudiantil y, más tarde, al ejercicio de una profesión que le permitió “entender al país desde adentro, con sus virtudes y sus miserias”.

Durante más de tres décadas trabajó como fiscal en distintas ciudades del interior y en Montevideo, en áreas tan sensibles como homicidios, crimen organizado y violencia de género. “Nunca tuve una carrera aburrida. Pude dedicarme a lo que me apasiona: el derecho penal. Y no me puedo quejar, lo disfruté y lo sigo disfrutando”, comentó.

En diciembre del año pasado, la llamada del presidente de la República, Yamandú Orsi, le cambió el rumbo. “Me sorprendió, sinceramente. No lo esperaba. Pero sentí que era el momento y el lugar donde podía aportar más. El día que firmé la renuncia a la Fiscalía fue muy duro, sabía que estaba cerrando una puerta para siempre”, contó.

Consultado sobre su relación con el Frente Amplio, en el que no integra ningún sector particular, reconoció que esa condición puede tener ventajas y desventajas. “No tengo el respaldo orgánico de una corriente, pero sí el apoyo de todos. Los compañeros me han llamado, se han reunido conmigo y me han ofrecido colaboración. Eso me da libertad y, a la vez, un sentido de responsabilidad colectiva”, sostuvo.

Durante la entrevista, el ministro respondió con calma a las críticas sobre la supuesta falta de respaldo a la Policía y los cuestionamientos sobre la gestión de la seguridad. “Tengo un vínculo con la Policía desde hace más de 30 años; no necesito demostrar nada. No se trata de posar ni de mirar más o menos a los ojos a un policía, sino de trabajar con profesionalismo y respeto. Ellos saben que cuentan conmigo”, señaló. Explicó, además, que mantener a algunos jerarcas del período anterior no significa continuidad política, sino reconocer méritos personales y técnicos: “La capacidad no tiene color partidario”.

Uno de los temas centrales fue el aumento de los homicidios y el desafío de revertir esa tendencia. Negro afirmó que reducirlos “es posible y urgente” y que los primeros meses de gestión ya muestran señales positivas. “Ingresamos a la cancha con un partido controlado. Ahora toca construir una gestión basada en evidencia y datos, no en relatos ni consignas”, dijo. Criticó la idea de que la seguridad se soluciona mediante el endurecimiento penal o la creación de nuevos delitos. “Esa visión mágica se agotó. No se combate el crimen con decretos, sino con planificación y trabajo cotidiano”, subrayó.

Sobre el narcotráfico, retomó una frase que había causado polémica: “La guerra está perdida”. Aclaró que no se trataba de una declaración de derrota, sino de un cambio de enfoque. “Esa guerra fracasó en todo el mundo. El narcotráfico no se combate con discursos bélicos, sino con inteligencia, tecnología y políticas de Estado. Cuantos más acuerdos políticos haya, más seguridad tendrá la gente”, afirmó. Insistió en que el problema debe abordarse también como una cuestión de salud pública y de corrupción estructural: “El narcotráfico se alimenta del látigo que lo castiga. No se gana con represión, sino con inteligencia”.

El ministro advirtió sobre la necesidad de reformar el sistema penitenciario y evitar que las cárceles sigan funcionando como “fábricas de reincidencia”. “Tenemos una tasa de prisionización altísima. Llenamos las cárceles con infractores menores y los devolvemos a la calle más violentos. Las cárceles deben ser para los delitos graves, no para los hurtos menores. Lo que se necesita es una política penal racional y humana”, señaló.

La incorporación de tecnología, dijo, es otro de los pilares de su gestión. “Estamos integrando drones, sensores de disparos y sistemas de rastreo en tiempo real. El objetivo es anticipar los delitos, no reaccionar después. La tecnología es una herramienta clave para modernizar la seguridad”, explicó. Anunció, además, que el ministerio trabaja en la creación de un cuerpo policial especializado, “altamente entrenado y jerarquizado, capaz de actuar en situaciones críticas y con una preparación técnica de primer nivel”.

Consultado sobre la posibilidad de alcanzar una política de Estado en materia de seguridad, el ministro se mostró optimista. Destacó el funcionamiento de las “mesas de encuentro por la seguridad pública”, donde confluyen representantes de todos los partidos, empresarios, académicos y organizaciones sociales. “Afuera de las reuniones se habla de una forma, pero adentro el diálogo es serio y respetuoso. Hay conciencia de que este problema no lo resuelve un solo gobierno. O lo enfrentamos juntos, o no lo resolvemos nunca”, afirmó.

Sobre el final, Negro evitó pronunciarse sobre su futuro político. “El desafío del ministerio es tan grande que no deja tiempo para pensar en el después. Toda mi energía está puesta en esta tarea y en cumplir los objetivos. Lo demás lo dirá el destino”, expresó. La charla terminó con un gesto distendido: los periodistas le entregaron una caricatura del dibujante de Búsqueda, Junior, a quien el ministro, según dijo, sigue desde hace años. Con una sonrisa, agradeció el obsequio y concluyó la conversación reafirmando su idea central: “La seguridad no se construye con consignas ni con anuncios, sino con trabajo, planificación y evidencia”.