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Alexandr Wang, el nuevo prodigio de la IA que tiene una imagen (demasiado) perfecta
Alexandr Wang, CEO de Scale AI, está despertando el interés de Meta, que se espera que invierta casi 15 000 millones de dólares en esta startup de análisis de datos para modelos de lenguaje como ChatGPT. Esto sería un éxito rotundo para este joven CEO, quien en su día fue uno de los multimillonarios más jóvenes del mundo. Parece tener el perfil perfecto para representar la cara pública de la IA. Pero las apariencias engañan
Meta, la empresa matriz de Facebook, ha adquirido a la nueva “prodigio” tecnológica, comparada con una fusión entre Steve Jobs y Mark Zuckerberg e impulsada por la inteligencia artificial (IA). Se trata de Alexandr Wang, CEO de la startup Scale AI, quien se integrará al gigante tecnológico. La operación, revelada este martes 10 de junio por medios como The New York Times y The Wall Street Journal, implica una inversión de 14.800 millones de dólares por parte de Meta en esta compañía fundada en 2016.
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Según reportes, Meta no solo está haciendo en Scale AI —especialista en verificación de datos para chatbots— su mayor inversión desde la compra de WhatsApp por 19.000 millones de dólares en 2014, sino que también ha designado a Alexandr Wang como director de una nueva división encargada de desarrollar “superinteligencia”: una IA que supere a los humanos en la mayoría de las tareas.
Meta acelera su apuesta por la IA con esta megainversión, intentando cerrar la brecha con competidores como OpenAI y Microsoft. El movimiento llega después de que su último intento por destacar en el campo —el lanzamiento en abril de una aplicación dedicada a su chatbot— fracasara en ganar tracción entre los usuarios. Según The Washington Post, la app apenas ocupa el puesto 17 en la categoría de productividad de la App Store de Apple.
Con Wang, Meta apuesta por la estrella emergente de la IA que, con tan solo 27 años, ya es descrito como “uno de los individuos más influyentes de Silicon Valley”.
Aún desconocido para el gran público hasta hace poco, el CEO de Scale AI “tiene todos los activos para convertirse en la nueva cara de la IA para el gran público”, dice Alison Winch, investigadora del Goldsmiths College, Universidad de Londres, quien coescribió un libro sobre los nuevos “patriarcas” del capitalismo digital.
Empezó con un éxito rotundo. A los 25 años, se convirtió en el multimillonario autodidacta más joven del mundo gracias a Scale AI, según la revista Forbes, que estima su fortuna (antes de la inversión de Meta) en más de dos mil millones de dólares.
De hecho, Wang no se benefició de una fortuna familiar: sus padres son inmigrantes chinos que trabajaron como ingenieros físicos en laboratorios estadounidenses vinculados al Departamento de Defensa. Además, se formó en el trabajo, tras haber dejado la universidad incluso antes de completar su primer año en el prestigioso MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts). Cuenta la leyenda que estaba demasiado ansioso por iniciarse como empresario como para terminar sus estudios... para gran consternación de sus padres.
Wang se une a una prestigiosa lista de estrellas tecnológicas que dejaron la universidad prematuramente, como Bill Gates , Steve Jobs y Mark Zuckerberg. Quizás por eso Bill Gates dijo en una entrevista que no veía a ningún joven lobo de Silicon Valley con la misma complexión que él o Steve Jobs... excepto quizás a Wang.
“El mito fundador del CEO de Scale AI toma prestados muchos elementos de narrativas similares que han servido para establecer la legitimidad de Mark Zuckerberg, Elon Musk y otros en Silicon Valley”, señala Winch.
De hecho, no solo dejó la universidad prematuramente, sino que también es un auténtico “creador” de negocios... una especie cada vez más escasa en un Silicon Valley dominado por financieros y otros comunicadores. Wang también es presentado como un “pequeño genio” que aprendió a programar de forma autodidacta y participó en concursos de matemáticas en la escuela.
Rasgos de carácter y una trayectoria profesional que conectan a Wang con los padres fundadores de la tecnología (Microsoft, Apple y Google) y con una época en la que Silicon Valley era más un sueño de lo que es hoy.
Wang “también pertenece a la Generación Z, lo que podría jugar a su favor entre los jóvenes que desconfían de las actuales figuras tutelares de la tecnología estadounidense como Mark Zuckerberg o Elon Musk”, afirma Alison Winch.
Sus orígenes chinos “también contrastan con el arquetipo del hombre blanco que domina Silicon Valley”, afirma este experto. “Todo esto le da una apariencia de novedad” a esta estrella emergente de la IA, añade Alison Winch.
Pero todo es cuestión de apariencias. “Se trata esencialmente de comunicación, porque el tan criticado sector estadounidense de la IA necesita mejorar su imagen con nuevas caras como esta”, asegura Alison Winch.
Porque Wang también tiene su lado oscuro. En primer lugar, nadie conoce realmente las circunstancias que rodearon la salida de Lucy Guo, cofundadora de Scale AI, en 2018. Las descripciones más halagadoras del “pequeño genio” de Scale AI hablan de una separación amistosa, pero la mayoría de los artículos, como la investigación de The Information sobre Wang, se centran más en un conflicto de egos ganado por un macho alfa que no quería compartir los laureles de Scale AI.
Estos no son precisamente los premios que se les han concedido. Scale AI se describe a menudo como la columna vertebral de la revolución de la IA, pero algunos ven a esta startup más como una fábrica clandestina de chatbots.
De hecho, la actividad principal de Scale AI es ofrecer a los gigantes de la industria personal cualificado que verifique los datos que proporcionan para entrenar la IA y minimizar el riesgo de errores. Esta labor suele ser realizada por mano de obra barata en países en desarrollo, como Kenia.
Embed - War, AI and the New Global Arms Race | Alexandr Wang | TED
Por ello, se ha acusado a Scale AI, a través de estas filiales, de pagar salarios insuficientes a estos trabajadores de datos y de proporcionarles malas condiciones de trabajo.
Wang también fue uno de los primeros en promover una colaboración más estrecha entre las empresas de IA y el complejo militar-industrial. Una colaboración que a menudo sigue siendo tabú en Silicon Valley, donde la ideología libertaria no encaja con la idea de usar la tecnología para apoyar a las fuerzas armadas.
Wang “no debe ser visto como fuera de un sistema en el que está perfectamente integrado, porque no olvidemos que era muy cercano a Sam Altman y que todos los grandes nombres de Silicon Valley han invertido en Scale AI”, resume Alison Winch.
