En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
En Búsqueda y Galería nos estamos renovando. Para mejorar tu experiencia te pedimos que actualices tus datos. Una vez que completes los datos, por los próximos tres meses tu plan tendrá un precio promocional:
* Podés cancelar el plan en el momento que lo desees
¡Hola !
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
Un género en sí mismo. Eso es, a esta altura, la música de Nick Cave. Su recitado omnipresente y su canto grave y solemne por sobre la sinfonía eléctrica, acústica y coral que construye junto con sus socios de Las Malas Semillas. Wild God, el disco número 18 del gran cantautor australiano en los 40 años que lleva junto a la banda, marca el regreso de Cave a la luz, tras una década de duelo permanente por la muerte de dos de sus hijos y del pianista de la banda, Conway Savage.
¡Registrate gratis o inicia sesión!
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
La energía ha cambiado respecto de Skeleton Tree (2016), Ghosteen (2019) y Carnage (2021), los tres últimos —y notables— discos. Aquella trilogía fue signada por la tristeza de la pérdida, y esta obra compuesta y grabada a lo largo de 2023 evidencia un cambio radical en su estado de ánimo. Lo que permanece, tanto en las tinieblas como en este nuevo amanecer, es la calidad de sus composiciones.
El tono orquestal de la instrumentación y el carácter bíblico de buena parte de las letras trae consigo una frondosa carga de góspel —género asociado a la religión por definición—, palpable en el protagonismo que adquiere el coro en canciones como Song Of The Lake, Wild God, y la tremenda y explícita Conversion, la más rockera del disco, con ese estribillo en el que el ensamble vocal machaca con el verso que resume de qué se trata esa conversión: Tocado por el espíritu/ Tocado por la llama. La coda final de la canción, con el cantante en pleno delirio místico y el coro cantando, gritando y vociferando a la vez, es realmente estremecedor. Esa sexta canción es el clímax de este gran disco, que sigue entregando temas notablemente hondos y trascendentes hasta el final, como Cinnamon Horses, Long Dark Night y AsThe Water Cover The Sea. Un disco hipnótico, hechizante, para escucharlo en loop hasta fin de año.