Alconada Mon, incómodo también para el Uruguay

Alconada Mon, incómodo también para el Uruguay

Editorial

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N° 1988 - 27 de Setiembre al 03 de Octubre de 2018

“No olvidemos a Uruguay, el país que durante décadas se presentó a sí mismo como la `Suiza de América del Sur´.

¿Por su neutralidad? No.

¿Por su estabilidad política y económica? No.

¿Por su precisión y puntualidad? No.

Porque los uruguayos, amados vecinos y acérrimos rivales en el fútbol, son socios en —y lavadores de— los negocios argentinos. Porque a través de Uruguay pasaron muchos de los grandes negociados, escándalos de corrupción y enjuagues de dinero negro de la Argentina de las últimas décadas.

Entre otras, las fortunas de genocidas de la dictadura, de banqueros en fuga, de los casos Siemens, Ciccone y de la ‘ruta del dinero K’, de los Panama Papers, de las coimas de Oderbrecht, de los negociados del fútbol y muchísimos episodios más”.

Así, en la página 254 de su libro La raíz (de todos los males) el periodista argentino Hugo Alconada Mon habla de Uruguay. También menciona a las SAFI, y cómo se han usado para pagar comisiones ilegales en asuntos como el tráfico de armas.

Alconada Mon tiene 44 años. Ha escrito varios libros con investigaciones serias sobre corrupción construyendo una carrera sólida: no ha tenido traspiés sobre la información que ha dado. Es abogado y tiene un contacto fluido con fiscalías de otros países. Actualmente es prosecretario de La Nación y columnista del The New York Times en español. Entre sus colegas es conocido como un perro de caza.

En la entrevista que le hizo Bernardo Wolloch para este número es muy duro respecto a Uruguay y nuestra condición de país de lavado. Que todos los grandes casos de corrupción en los últimos 20 años pasaron por Uruguay, gracias a la complicidad o la inoperancia de las autoridades uruguayas. “Claramente, Uruguay es parte del problema”, dice en la entrevista, donde señala que, no importa quién haya sido presidente, la situación es siempre la misma. El periodismo nunca debe sustituir el papel de la Justicia. Alconada no es juez ni es su intención. El grueso de su libro es sobre Argentina, donde, asegura, el sistema está roto y, aunque cambien los gobiernos, las cloacas, los sótanos, persisten. El financiamiento electoral, dice, es el “pecado original”. Allí empieza la falta de transparencia.

En varios pasajes del libro aparece nuestro país. Trae a la memoria los años 90, cuando Amira Yoma pasaba billetes escondidos en las puertas y la carrocería de un Peugeot gris e iba haciendo depósitos en bancos ubicados sobre la calle Gorlero en Punta del Este. También desfilan personajes como Jorge Corcho Rodríguez, dueño de sociedades uruguayas, Ricardo Jaime, involucrado en viajes en vuelos privados a nuestro país, y Cristóbal López operando aquí.
Un capítulo del libro está dedicado a la corrupción en la prensa (“Cómo el periodismo es parte del problema”). Se ocupa de la publicidad oficial, de Daniel Hadad, Luis Majul y Tinelli. Incluye algunas encuestas preocupantes: 91% de los casi mil periodistas encuestados por el Foro de Periodismo Argentino respondieron que conocían conductas antiéticas de sus colegas.

Aunque es escéptico respecto a la posibilidad de Argentina de cambiar, Alconada dice que la única manera es que la ciudadanía ejerza presión social; los ciudadanos no deben aceptar la corrupción como un mal necesario. Cita al experto Robert Klitgaard, que afirma que una buena cosa es “freír unos peces gordos” del partido de gobierno o cercanos al poder (“fry big fish”).

En Brasil, el Lava Jato se dio en gran parte porque la gente empezó a reclamar respuestas a sus representantes. Dice el libro: “Salieron a las calles en San Pablo, Río de Janeiro y Brasilia, así como también en Curitiba —corazón del Lava Jato— y en otras 400 ciudades y pueblos de todo Brasil. ¿Qué hubiera ocurrido si la noche decisiva la mayoría de los brasileños se hubieran quedado en sus casas, viendo un partido de fútbol o una telenovela?”. Buena pregunta.