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Es abogado con una particularidad: la pasión por la cocina. Él es Ignacio Curbelo, creador de Las diez noches, un ciclo gastronómico gourmet que organizó junto con su familia en su casona de Punta del Este. Curbelo abre las puertas de Villa Rita, la histórica construcción de fines del siglo XIX sobre la Parada 25 de la Mansa que pertenecía a su padre y que él reformó para convertirla en lo que es hoy, su casa de veraneo.
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“En Punta del Este no existe esto, es un concepto distinto: acá estacionás en la puerta, no hay horarios, no hay otras mesas, es únicamente el grupo que viene esa noche. Es una experiencia gourmet y exclusiva”, explicó Curbelo a galería la noche del jueves 11, cuando ofreció una cena para un grupo de 14 amigos.
Para todas estas instancias se prepara una mesa adentro de Villa Rita y otra afuera. De esta manera, los 14 invitados por noche pueden sentarse donde prefieran y disfrutar del lugar de la mejor manera. “Acá mandás vos, es a gusto del comensal”, dijo el anfitrión, a lo que agregó: “Esta es tu casa; por esta noche, todo es para vos”. Villa Rita es un ambiente que permite privacidad, por lo que los grupos pueden estar conformados por familias, amigos e incluso empresas que quieran agasajar a sus clientes.
De sus tres hijos, Camila es quien lo ayuda en la cocina, mientras que su esposa Carina se encarga de la decoración y las mesas.
El sistema funciona así: unos días antes se envía el exclusivo menú a los invitados, quienes deben elegir una opción entre cinco para la entrada, cinco para el plato principal y tres postres. “El día antes, tú me decís cuál elegiste, así yo tengo todo preparado, porque esto no es un restaurante a la carta”. Cuando todos llegan a Villa Rita ya tienen claro el menú. A veces, Curbelo prepara mitad de una opción y mitad de otra, para ofrecer mayor variedad si los invitados lo desean. El menú consiste en ingredientes de primera calidad y sabores originales. “La idea es que acá no falte absolutamente nada”, manifestó el cocinero a galería.
En cuanto a quienes asisten a Villa Rita, explicó que cada uno debe armar su propio grupo de entre 12 a 14 personas, y reservar la noche en la que quiera ir. El éxito de lo que en un principio iban a ser Las diez noches, combinado con el entusiasmo de la familia Curbelo por continuar con el ciclo, permitieron que el número de cenas se extendiera. El cocinero aún desconoce cuántas más realizará, pero de lo que sí está seguro es de haber cumplido su sueño de estar al mando de una cocina.