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Más de un mes después de lo previsto, las empresas Gas Sayago y GDF Suez acordaron los términos del contrato para la construcción de una planta regasificadora de gas natural licuado (GNL) en Puntas de Sayago, cuyo texto quedó a consideración de las autoridades de las partes involucradas.
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La firma se estampó en el estudio Posadas, Posadas y Vecino, donde se desarrollaron las negociaciones durante dos meses. El contrato y sus anexos tienen más de mil páginas.
“Ahora se envía a los directorios para que se sigan los procedimientos formales. De hecho, GDF ya mismo lo entraba al primer comité interno en Europa para comenzar el procedimiento formal de información. Es un proceso que va a llevar un par de semanas”, anunció a Búsqueda el director nacional de Energía, Ramón Méndez.
La planta regasificará 10 millones de metros cúbicos de gas al día, cuatro de los cuales se usarán para abastecer el mercado interno y el resto se prevé que se exporte a Argentina, según un acuerdo firmado hace dos semanas por autoridades de ambos países.
De hecho, en un principio se preveía que la planta fuera un emprendimiento conjunto entre Uruguay y Argentina, lo que fue anunciado en el 2007. Pero a causa del desinterés del gobierno argentino, la administración del presidente José Mujica decidió seguir adelante por su cuenta.
El proyecto involucra un contrato a 20 años con un canon mensual que pagará el Estado de U$S 14 millones por una “inversión real” de U$S 1.125 millones. GDF prevé empezar a operar el 1º de marzo del 2015 y su propuesta tiene una capacidad de procesamiento de 15 millones de metros cúbicos.
El 1º de abril del 2016 estaría funcionando al máximo, con una capacidad de almacenamiento de 263.000 metros cúbicos.
Objeciones.
El contrato acordado entre GDF y Gas Sayago, empresa de derecho privado formada por UTE y Ancap para llevar adelante el emprendimiento, da “solución” a algunas objeciones planteadas antes de la adjudicación, dijo Méndez.
Ayer miércoles “El País” publicó que la consultora italiana RINA Group entregó un informe a pedido de Gas Sayago un día antes de que se adjudicara el proyecto a GDF. Decía que las propuestas de GDF-Suez y la noruega Höegh “parecen no adaptarse a las especificaciones” del pliego, por lo que sugería “solicitar a los proveedores un paso en las propuestas a fin de demostrar que las plantas son aptas”. Sin embargo, al día siguiente se adjudicó la obra.
Consultado al respecto, Méndez dijo que “en el momento que se hizo el proceso de análisis de las ofertas se pidieron decenas de informes a una cantidad de organismos nacionales, públicos e internacionales que se tuvieron en cuenta”; uno de ellos fue el de RINA, que “hizo una serie de comentarios en relación a todas las ofertas que se presentaron, y se tomó la decisión sobre varias decenas de informes que se tenían”.
“Esos comentarios se transmitieron a la empresa y se puso como condición para poder firmar un contrato que efectivamente todos esos problemas que estaban planteados por RINA se resolvieran —agregó el jerarca—. Y efectivamente logramos en el acuerdo que se está firmando incluir la solución a esos temas que se planteaban”.
