La APU repudió “enfáticamente” esta “decisión arbitraria” y exhortó a las autoridades nacionales y a las del fútbol a garantizar el trabajo de “todos los periodistas”.
“Según se informó a APU, es la segunda vez que le sucede una situación de este tipo a un equipo periodístico de Canal 4 en una actividad organizada por la empresa” Tenfield.
“APU entiende y respeta los acuerdos que establecían que la empresa Tenfield tenía la exclusividad en la transmisión del evento, pero rechaza que se le haya prohibido a un equipo periodístico ingresar al predio para tomar tomas externas o cubrir una conferencia de prensa”, señaló.
Tenfield responde.
La firma replicó que “permitir o no el ingreso de un medio a un evento es de exclusivo resorte de quien ha pagado por los derechos”. Agregó: “nuestra empresa adquirió oportunamente al Club Atlético Peñarol los derechos de televisación de la fiesta y el partido inaugural del estadio ‘Campeón del Siglo’. Desde hace ya varios años los más importantes espectáculos y eventos deportivos, artísticos y musicales comercializan sus derechos de televisación, radio, prensa e imagen”.
Tenfield dijo que esto es sabido por los medios uruguayos. “Desde 1970, cuando por primera vez la FIFA comercializó los derechos de TV y radio de la Copa del Mundo, fueron ellos los adquirentes a través de la OTI, para su venta exclusiva en Uruguay. Fue pública en aquella ocasión la negativa de los referidos medios de negociar con CX 8 Radio Sarandi, para impedir que el narrador Carlos Solé pudiera emitir por radio los partidos de ese torneo”.
La empresa de Casal puso también como ejemplo el episodio de la Conmebol, cuando otorgó los derechos de venta de la Copa América de 1987 a Traffic Sports. “La misma que hoy se encuentra cuestionada por hechos de corrupción, los vendió a Montecarlo TV Canal 4. En esos momentos, dicha empresa hizo uso de los mismos y los explotó en su propio beneficio en forma exclusiva, negándose a llegar a un acuerdo con los Canales 10 y 12, los que no tuvieron en su pantalla las imágenes de esos partidos y no pudieron entrar cámaras a los escenarios de Argentina”.
Tenfield recordó lo que ocurre con las competencias deportivas. “Todos los compatriotas quieren ver jugar a Luis Suárez en su club. Sin embargo, por razones de venta de derechos exclusivos —como legítimamente ocurre con todo tipo de espectáculos— solo se pueden observar a través de un solo canal. Y si alguna televisora uruguaya desea ir con sus cámaras al Camp Nou para registrar tomas parciales del cotejo, el clima previo, etc., debe realizar en forma previa las solicitudes correspondientes, resolviendo el propietario de los derechos si las autorizaciones se otorgan”.
La empresa señaló, además, que la venta de los derechos permite a los organizadores de los espectáculos cubrir “los costos millonarios que insumen estos mega eventos”.
“Quienes no poseen esos derechos no pueden ingresar a registrar lo que sucede dentro de cada espectáculo y usufructuar indebidamente derechos de los cuales no son titulares”, insistió.
La firma dijo que “en el caso de las empresas de televisión, Tenfield otorgó el acceso al evento —cuyos derechos, reiteramos, posee— a todas aquellas empresas televisivas con las que nuestra empresa mantiene acuerdos comerciales. Nos parece importante reiterar que permitir o no el ingreso de un medio a un evento es de exclusivo resorte de quien ha pagado por esos derechos, y que impedir el acceso a un medio no representa censura alguna, sino simplemente el libre ejercicio del derecho por el que se ha abonado a quien comercializó los mismos”.
“Medida autoritaria y desmedida”.
El lunes 28, el periodista Mario Bardanca habló de lo sucedido mientras en la pantalla de Canal 4 se veían imágenes de la parte exterior del estadio con las rejas, algunos autos y personas con la camiseta aurinegra. “Esto es lo que Montecarlo Televisión puede ofrecerles: esta imagen. Esta imagen y solamente esta imagen, porque, como saben ustedes, la historia de los goles es conocida: Canal 4 no dispone de los goles porque por parte de la empresa adjudicataria, Tenfield, están secuestrados”.
Bardanca continuó diciendo que a esto se sumó el impedimento de entrar al estadio. “Esto marca una medida autoritaria y desmedida, que limita absolutamente la libertad de prensa. Esto es lo que le podemos brindar en este momento: hay un equipo móvil de Montecarlo TV trabajando, integrado por Eduardo Rivas y Leonardo Sanguinetti, y no hay acceso al predio por disposición de la empresa que hizo el acuerdo con Peñarol. Acá queda claro que los dirigentes de Peñarol no tienen derecho a opinar. Aquí vale el acuerdo comercial con Tenfield, la decisión es de Tenfield, Canal 4 no tiene acceso al predio del nuevo estadio de Peñarol ni siquiera para participar de la conferencia de prensa después que termine el partido”, puntualizó Bardanca.
El periodista señaló, además, que fue el único medio que padeció “esta medida autoritaria”.
“Para que se entienda —agregó—, Tenfield tiene dos granos en la cola, que le molestan. Uno es el acuerdo de Canal 4 con Fox. Mientras se siga emitiendo desde acá el programa Fox Sports Radio, mientras los partidos que se difunden por la señal de Fox para Latinoamérica se realicen desde Uruguay, con personal de Montecarlo TV, no va a haber goles. Y mientras yo me siente en esta silla, en este canal no va a haber goles y las medidas irán en aumento: cada vez más imperativas, cada vez más censuradoras, cada vez más autoritarias. Es así y nadie hace nada”.
Al día siguiente, el martes 29, el periodista deportivo Eduardo Rivas encaró también el tema en la pantalla de Montecarlo. Después de explicar en qué consiste el trabajo periodístico y decir que es usual que los cronistas realicen notas previas a los partidos o en eventos de la magnitud de la inauguración del estadio de Peñarol, resumió los hechos para que la audiencia tuviera claro qué fue lo que sucedió.
“Se hablaron muchas cosas y algunas no se ajustan a la realidad. Cuando llegamos al escenario de los mirasoles, se nos informó a dónde debíamos concurrir para terminar con el proceso de acreditación”. Se dirigieron a continuar con la acreditación que comenzó a gestionarse dos semanas antes. “Peñarol nos había informado que había un cupo para dos periodistas y un camarógrafo. Los periodistas acreditados: Leonardo Sanguinetti, quien les habla y el camarógrafo. No se retiraban las acreditaciones dentro del predio del estadio sino en una casa contigua que Peñarol había alquilado. Al decir nuestros nombres allí, se nos dio la acreditación, que no era la habitual tarjeta del fútbol, sino unas pulseras, que en los últimos tiempos se usan, por ejemplo, en los bailes”. Tras obtener la acreditación que los identificaba y les permitía circular por el predio del estadio, se dirigieron al portón de acceso. “El mismo funcionario que nos había indicado el lugar de la acreditación nos dijo, para nuestra sorpresa, que Canal 4 tenía prohibido el ingreso al recinto. (…) Grande fue nuestra sorpresa: le preguntamos qué había cambiado, porque hacía cinco minutos no nos había comunicado absolutamente nada”. El funcionario explicó que “alguien” le había dicho que no podían entrar. “Cuando lo consultamos nuevamente, no supo decirnos nada, consultó a un compañero, la respuesta no llegaba y optamos por llamar al secretario de prensa de Peñarol para que comunicara en definitiva qué estaba pasando. Llegó preocupado, trató de solucionar el tema, consultó a los mismos funcionarios de seguridad que tampoco le dieron una respuesta de quién había dado la orden”, explicó Rivas.
La gestión realizada con el secretario de Peñarol les facilitó el ingreso al predio. Rivas continuó explicando: “Nos aprestábamos a realizar las primeras notas, teníamos pactado entrevistar a un dirigente de Peñarol, el señor Ignacio Ruglio, cuando pocos minutos más tarde aparece el secretario de prensa del mirasol, Diego Pérez, quien nos habla para decirnos que lamentablemente por orden de Tenfield debíamos dejar ese recinto. Que podíamos trabajar fuera del predio, detrás de la alambrada que circunda el escenario, (…) lo que obviamente nos impedía hacer las notas correspondientes: los invitados llegaban hasta la puerta misma del estadio”.
Rivas subrayó ante cámaras que el Centro Montecarlo de Noticias pidió las acreditaciones correspondientes en tiempo y forma y que fueron otorgadas, como sucedió con otros medios periodísticos. “Que quede claro que después se nos indicó que, por decisión de Tenfield —y Peñarol pareció mirar hacia otro lado—, no podíamos realizar ese trabajo, que eran notas previas y posteriores al juego y no más que eso. Hubo otros canales que sí pudieron realizar, con las mismas acreditaciones que teníamos nosotros, el trabajo al que hacíamos referencia, y que se nos impidió”.
De esta forma, el equipo de Montecarlo estuvo en el predio, presenció el partido y asistió a la inauguración sin poder realizar el registro periodístico correspondiente. “Eso fue en resumidas cuentas todo lo sucedido, para que lo tengan claro, porque han circulado distintas versiones”, concluyó Rivas.
Redes sociales.
Las repercusiones no se hicieron esperar en Twitter, con opiniones tanto de periodistas como de políticos de distintos partidos. La diputada nacionalista Graciela Bianchi expresó: “Los negocios jamás estarán por encima de la libertad de expresión y de trabajo”. El senador del Partido Independiente, Pablo Mieres, y el diputado del Frente Amplio, Carlos Varela, también cuestionaron la decisión de Tenfield en las redes sociales.
Hubo también reacciones de periodistas profesionales. Gerardo Sotelo expresó: “Todo mi apoyo a los colegas de Canal 4. Por encima de la libertad de hacer negocios está la de informar sin restricciones”.
“Mi solidaridad con Claudio Romanoff y Daniel Castro y todos los colegas de Telenoche Online. Y que haya solución”, tuiteó Nelson Fernández. Leonardo Haberkorn, corresponsal de Associated Press, escribió: “La libertad de prensa está muy por encima de las disputas empresariales. ¿A ningún fiscal le interesa el tema?”.
Carlos Varela expresó su preocupación en una entrevista con Canal 4: “Desde mi punto de vista se podrían haber violado dos derechos fundamentales: el derecho a la información y a la libre expresión, y el derecho al trabajo. Se afecta la posibilidad de que en un medio de comunicación se pueda transmitir un evento que era realmente de muchísima importancia, generándose aparte una discriminación, porque a algunos se les permite y a otros no. No hay decisión empresarial que pueda justificar una afectación de derechos tan fundamentales”.
Pablo Mieres la definió como “una acción totalmente condenable” en el marco de un espectáculo público. “No estamos hablando de que se pretendiera filmar todo el evento, en cuyo caso corren los derechos correspondientes, sino de constatar como medio de comunicación una información importante. Lo que ocurrió afecta la libertad de prensa y merece nuestra condena, rotundamente”, concluyó el líder del Partido.Independiente.