Desde Agatha Christie, Winston Churchill y el zar Nicolás de Rusia, a los actores Omar Sharif, Brad Pitt y Angelina Jolie, pasando por incontables reyes y presidentes árabes, son cientos las caras conocidas que han pasado por pasillos y habitaciones del Old Cataract, el famoso hotel victoriano que ha forjado su leyenda popular de la mano de la literatura pero sobre todo de la magia de su panorámica vista sobre el río Nilo y la isla Elefantina.
Allí, la novelista británica escribió su famosa novela “Muerte en el Nilo”, publicada en 1937. También se sabe que el líder espiritual de la comunidad ismailí (musulmana chií), Aga Khan, pasó largas temporadas en él para recibir tratamiento médico. Incluso su tumba se encuentra en un mausoleo frente al hotel. Pero quizás menos conocida sea la historia de que durante la II Guerra Mundial estuvo cerrado durante un tiempo para alojar a las tropas británicas.
Fue en esa época cuando el entonces primer ministro británico, Winston Churchill, visitó en dos ocasiones el hotel, lo que ha merecido una suite con su nombre, según detalla el gerente del Old Cataract, Osama Sayed Ahmed. “El hotel fue exclusivo para las tropas británicas y sus familiares, que abandonaron El Cairo y Alejandría tras el ataque de los alemanes, y que buscaron un refugio seguro en Asuán”, dijo a efe. En aquel momento, por primera vez en la historia del hotel —construido en 1899 por Thomas Cook, un año antes del también mítico Winter Palace de la ciudad de Luxor—, los trajes y vestidos de gala dieron paso a los uniformes. El esplendor luego regresó, pero no logró el brillo de antaño. Fue recién en este siglo XXI cuando un plan para recuperarlo le devolvió su natural mística y sofisticación.
Renovación siglo XXI. El Old Cataract abrió sus puertas con una capacidad de 60 huéspedes que muy pronto se duplicó. Tres años después, con motivo de la inauguración de la ahora llamada antigua presa de Asuán, se puso en marcha su famoso restaurante 1902, que toma su nombre de la fecha de su apertura.
Tras caer en decadencia a fines del siglo XX, el hotel acometió una profunda restauración, que lo mantuvo cerrado entre 2008 y 2011, para pasar a ser un Sofitel Legend y convertirse en uno de los seis establecimientos de esta gama que tiene esta firma hotelera repartidos por el mundo.
La diseñadora de interiores Sybille de Margerie se puso al frente de esta reforma, dando un nuevo brillo al estilo victoriano con atmósfera orientalista del palacio y aportando un “toque francés”.
Así resurgió el Old Cataract de sus cenizas con el objetivo de atraer a la clientela más selecta, que puede disfrutar de una de sus 138 habitaciones, incluidas las dos suites “con firma”.
Además del restaurante 1902, que propone cocina francesa, el hotel cuenta hoy con otros lugares para comer, como la parrilla oriental Kebabgy y Saraya, de cocina mediterránea a la carta. El popular restaurante 1902, con una cúpula árabe, celebra la cocina francesa y los vinos tradicionales.
Por supuesto, la experiencia se completa con servicios típicos de un 5 estrellas, como el de niñera y mayordomo, alquiler de coche, spa, tintorería, y una variada oferta de visitas turísticas.
Suites con nombre propio. El Old Cataract tiene dos suites que llevan el nombre de huéspedes ilustres: Agatha Christie y Winston Churchill. Estas habitaciones, o más precisamente apartamentos, están solo al alcance de unos pocos bolsillos al ofrecer una estancia cargada de historia.
El gerente recuerda que para la novelista británica, el Old Cataract era uno de sus diez hoteles del mundo preferidos. En él escribió la novela “Muerte en el Nilo” que narra las pesquisas del detective belga Hercule Poirot para esclarecer un asesinato ocurrido en esa zona.
La adaptación cinematográfica de esta obra de suspenso, dirigida por John Guillermin en 1978, incluyó siete semanas de rodaje en Egipto y, entre las localizaciones elegidas, estuvo el hotel.
En el pasillo principal del palacio, la imagen y el nombre de la novelista identifican su habitación, al igual que ocurre con el que fue el alojamiento de Churchill durante la II Guerra Mundial.
Su precio ronda los 10.000 dólares la noche con desayuno, según detalló otro de los encargados del hotel, Mahmud Momtez, director de Comunicación.
Representan la categoría más alta de las doce del hotel, que comienza con una habitación doble estándar por 180 dólares en temporada baja y va incrementando su valor según el cuarto es catalogado como luxury y prestige, entre otros.
En particular, la habitación Agatha Christie ocupa unos 175 m² y tiene una decoración clásica, techos altos, salón independiente con un amplio balcón con vistas al Nilo, comedor independiente, un baño revestido en mármol y artículos de baño franceses.
La Winston Churchill es un poco más reducida, pues ocupa 138m². Pero igualmente sumerge al huésped en un mundo de sofisticación, con muebles tallados a mano, terraza panorámica de 80 m² con vistas al Nilo, baño de mármol y servicio de mayordomo.
De octubre a abril, temporada alta en Asuán gracias a que las temperaturas son más suaves que el resto del año, es común que los clientes más exclusivos demanden estas habitaciones, aunque no todos. Por ejemplo, Angelina Jolie optó por la habitación 1120, cuenta Momtez.
Una gran sala con sofás y chimenea, recargadas lámparas y elegantes cortinas son algunos de los detalles que hacen especiales estas habitaciones. Algunas de las antigüedades del hotel —aquellas piezas con más de un siglo de vida— decoran estas suites, con un mobiliario original restaurado para mantener la esencia de su historia. Las habitaciones estándar del hotel ocupan una superficie de entre 36 y 53 m2, muchas tienen balcón y vista al Nilo y también garantizan una experiencia egipcia completa.
Clientela selecta. Después de la revolución de 2011, el turismo en Egipto se desplomó y la inestabilidad que reina en el país ha mantenido alejados a los extranjeros. “La situación ha mejorado en esta temporada pero no se ha recuperado del todo. El negocio no es tan bueno porque estamos seleccionando a la gente”, pues luego de la renovación quieren mantener la exclusividad de sus huéspedes, dice Momtez. “Los clientes vienen de todo el mundo y se quieren sentir únicos”, agrega. “Queremos mantener tanto el nivel de nuestro servicio como de la clientela, porque tenemos una imagen y un prestigio que conservar”, apunta, para subrayar a continuación que no tienen intención de bajar los precios como han hecho otros establecimientos egipcios.
El Old Cataract apuesta a sus encantos para convertirse en un punto de referencia. Algunos de ellos son la piscina, el paseo junto al Nilo y su terraza de granito rosado, famosa por la vista de los atardeceres. “Ahora dependemos principalmente del mercado local —porque las autoridades están impulsando el turismo interno entre los egipcios— y de clientes individuales de todo el mundo, entre ellos europeos, chinos y japoneses”, precisa Ahmed.
Hotel de novela. Su clientela fiel también puede aumentar con el más reciente espaldarazo que ha recibido el Old Cataract. En esta ocasión ha venido de la mano de la telenovela “Gran hotel”, inspirada en la serie española homónima, que se ha colado recientemente en los hogares egipcios, durante el mes de ayuno musulmán de Ramadán.
Con un reparto de lujo, que incluye a actores de renombre como Amro Yusef, Amina Jalil y Dina el Sherbiny, la novela está ambientada en 1950. Su estilo clásico y elegante y su trama de misterio y amores prohibidos entre huéspedes adinerados y sirvientes, ha cautivado a los espectadores y disparado las reservas en el hotel.
En base a EFE