Las fachadas coloniales multicolores se visten con detalles y umbrales de flores en los accesos, a los cuales nada más asomarse uno descubre mil escenarios distintos, todos creativos, sorprendentes, estimulantes y vibrantes. Un patio con vegetación tropical rodeado de tiendas de alta gama, restaurantes, galerías de arte atendidas por extranjeros vestidos de Massimo Dutti, bares íntimos o cosmopolitas, con servicio amable, profesional, infalible; rooftops con panorámicas que cortan el aliento, locales de artesanías de creadores emergentes, conversaciones en varios idiomas y música omnipresente que parece pautada por un director creativo.
Auspicioso: ya desde la primera hora de la recorrida inicial por San Miguel de Allende, ubicada en el estado mexicano de Guanajuato (a 270 kilómetros al norte de Ciudad de México), uno intuye el porqué de su reconocimiento por parte de la revista Travel & Leisure (en varias ediciones) como la mejor ciudad del mundo. Cada año, la encuesta World’s Best Awards de ese medio especializado pide a sus lectores que evalúen su experiencia de viaje en todo el mundo para después compartir sus opiniones. Las ciudades se clasifican por sus diferentes puntos de interés, actividades, cultura, gastronomía, amabilidad, servicio, compras y valor en general. En el caso de San Miguel de Allende, varias de sus atracciones o alojamientos también figuran en esa lista en distintas categorías como favoritos de los visitantes.
Los hoteles boutique son un capítulo en sí mismo y una vez flanqueado el acceso, casi siempre discreto, uno descubre un universo de espacios interiores y exteriores con un ensamble perfecto de contemporaneidad con herencia colonial. Recorrerlos es internarse en una secuencia de escenarios que pueden implicar un hilván interminable para el asombro. Tal es el caso del hotel La Valise, diseñado por su fundador, Yves Naman, y cuidadosamente decorado por Roberto Ayala. Allí, por ejemplo, una inmensa antena parabólica de las que ya fueron sustituidas por otras tecnologías oficia de puerta pivotante entre el hall de acceso y el patio dominado por una doble escalera chichimeca (uno de los pueblos originarios de la zona). También del hotel Rosewood, nombrado como mejor hotel de México en 2018, que emula una antigua hacienda con un patio central y cantidad de terrazas y espacios sociales donde todo sucede en medio de un lujo discreto.
Magia en cada rincón. San Miguel el Grande, como la llamaban antes, es cuna de héroes, libertadores y pensadores. Nombrada Patrimonio Mundial de la Unesco en 2008 por su aporte cultural y arquitectónico al barroco mexicano, y a su importancia en la lucha de independencia de España, está llena de tesoros arquitectónicos, desde iglesias barrocas hasta haciendas pintadas de colores vivos. En 2019, el Bureau Internacional de Capitales Culturales la designó Capital Americana de la Cultura.
Las interminables posibilidades de narrativa que esto genera es relevante y hace del recorrido algo memorable: entender la cultura local, dejarse envolver por leyendas y por la riqueza de lo que subsiste, transformado cual palimpsesto de múltiples lecturas. Desde por qué un postre local tiene determinada forma, a la identidad de figuras en el ornato público, todo allí tiene un origen —real o mitológico— sublime a los efectos del diseño de la experiencia.
Casa Armida
Magia es lo que se respira en cada rincón, gracias a un potente ensamble de arquitectura colonial, gastronomía y escena creativa, pocas veces visto en otras ciudades en esa escala. Ni siquiera en las semanas del diseño alrededor del mundo hay tal concentración de puestas en escenas sorprendentes y ese ánimo de cautivar al visitante con todos los sentidos. Esta ciudad es una clase magistral de seducción urbana, donde cada 20 metros el corazón late más fuerte, los sentidos se afinan y, en definitiva, todo queda grabado indeleble en el recuerdo.
Mercado SMA
La arquitectura colonial casi no ha sufrido modificaciones durante tres siglos, y no hay mejor forma para recorrerla que hacerlo a pie. Las licencias creativas de la ciudad se plasman desde sus orígenes, en la parroquia San Miguel Arcángel, de finales del siglo XVII. Esta construcción tiene torres de estilo gótico, una fachada barroca a la que se le superpuso en 1880 una nueva neogótica, un interior de estilo neoclásico y un campanario adjunto con relieves imitación morisco.
Ubicada en la ruta de los yacimientos de plata más importantes de América, San Miguel desarrolló ya para el siglo XVIII una estructura urbana de gran valor arquitectónico. La ciudad de esa época reflejó el apogeo económico y cultural de la Nueva España humanista, liberal y progresista. Luego de la independencia de México en 1810, sobrevino una crisis económica y social de la cual la ciudad tardó en recuperarse más de un siglo. En 1926 se la declaró ciudad monumento histórico de interés nacional por el gobierno mexicano. Para los años 1950, una política migratoria internacional promovida por los Estados Unidos, así como la existencia de actividades educativas y culturales reconocidas por el gobierno estadounidense, dieron comienzo a la presencia de poblaciones extranjeras. Esto inyectó una vitalidad económica que sentó las bases del atractivo migratorio y turístico que la ciudad ha manifestado desde finales del siglo XX y durante las primeras décadas del XXI.
Las condiciones políticas y económicas de México como la entrada al modelo neoliberal y la decisión de gobiernos locales y nacionales de especializar la economía urbana de la ciudad en el sector turístico aceleraron el resurgimiento de San Miguel. Eso implicó una importante inversión pública en renovación espacial (patrimonial y urbana), además de infraestructura de comunicaciones que activaron la llegada de inversiones privadas al centro patrimonial.
Con tan solo 80.000 habitantes, la ciudad no tiene aeropuerto (lleva cuatro horas de ómnibus desde Ciudad de México o dos si se hace escala en la terminal aérea más próxima en León) y uno intuye que no tiene la menor vocación por tenerlo.
El lado B. La contraparte es la progresiva elitización de los servicios de alimentos y hospedaje. A partir de las políticas de conservación patrimonial nacional e internacional, se incentivó la llegada de población de mayores recursos económicos, inversionistas que inyectaron capital a la ciudad, así como la creación de establecimientos de alta gama en el sector hotelero y de restaurantes. Este fenómeno desencadenó un proceso de desplazamiento comercial y potenció la gentrificación turística, conducida principalmente por la clase media estadounidense en calidad de jubilados en segunda residencia o en residencia permanente.
Sobre el perfil de la población extranjera, a falta de estadísticas disponibles más actuales para el estado de Guanajuato, en 2009 el Instituto Nacional de Migración estableció que se trataba esencialmente de norteamericanos (Estados Unidos 40% y Canadá 3,5%), 18% eran sudamericanos, les seguían los de origen europeo con 14%, luego los asiáticos (11%), y el resto se dividía en otras regiones del mundo.n El rango de edades dominantes era de más de 60 años (36,5%), y le seguía el de 50 a 60 años (15%). En total, más de la mitad de la población extranjera era mayor de 50 años. El género estaba compuesto por un 58% femenino y un 42% masculino. En cuanto a sus actividades, 36% eran jubilados, 25% trabajaban, 4% estudiaban y el resto no especificó su labor. Así, el perfil dominante de estos migrantes en la primera década del siglo XXI es el de mujeres estadounidenses de la tercera edad y jubiladas.
La gentrificación trasnacional se puede vincular con las formas de consumo, de movilidad y de habitar de clases de ingreso medio y alto a nivel internacional (principalmente baby boomers y creativos), y con la popularización de las redes de comunicación y transporte (internet, trenes de alta velocidad, vuelos de bajo costo, así como telefonía móvil, computadoras, aplicaciones digitales y redes sociales, entre los más importantes).
Si bien este es un caso sobresaliente, el país tiene una red de más de un centenar de pueblos mágicos, reunidos en una plataforma del gobierno de México que develan la riqueza interminable de las opciones turísticas del territorio. Después de todo esto, el lector ¿todavía sigue asociando México a playas y eligiendo siempre el mismo destino all inclusive?
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ACCIONES DEL GOBIERNO
A escala local:
Bosques Urbanos de Alta Densidad: un proyecto innovador que trata sobre una técnica de forestación aplicada en Europa, basada en la competencia biológica de las especies plantadas.
El HUB Creativo San Miguel de Allende es el nuevo espacio de la Universidad Vasco de Quiroga, en Guanajuato, gracias al convenio con la Casa Europa México.
El Ayuntamiento exhorta a las empresas de telecomunicaciones a evitar la instalación de cableado aéreo para mejorar el paisaje urbano.
Políticas de hermanamiento con ciudades como Palm Springs con énfasis en promoción de intercambios educativos y turísticos.
Políticas públicas de contención de la presión inmobiliaria que prevalece en los últimos años, por parte de fraccionamientos y condominios horizontales y verticales que se hacen con las tierras más favorecidas para uso residencial de clases medias y altas, generando gentrificación. En ese sentido se coordinan comisiones técnicas integradas por dependencias involucradas en autorizaciones de permisos de uso del suelo, revisando en conjunto las restricciones y encontrando, junto con desarrolladores, las soluciones óptimas para mitigar los impactos sociales, ambientales y urbanos generados por los proyectos. Esta práctica proporciona certidumbre jurídica y técnica para los desarrolladores e inversionistas que pretenden edificar en el municipio.
A escala nacional:
Implementación desde 2013 de las Agendas de competitividad de los destinos turísticos de México, directrices de la nueva Política Nacional Turística, una metodología uniforme con el liderazgo de Secretaría de Turismo y el involucramiento de los gobiernos estatales y autoridades locales, así como de la participación de 33 instituciones de educación superior, y de más de 600 académicos e investigadores, para asegurar la calidad de las investigaciones.
El propósito de focalizar los esfuerzos analíticos y de políticas públicas, en polígonos de actuación específicos, ha sido el poder identificar soluciones prácticas e impactos visibles entre los diferentes actores, que son protagonistas de la denominada industria de la hospitalidad.
La elaboración de 44 Agendas de Competitividad identificaba el problema de los principales destinos turísticos del país, que enfrentan severas reticencias para generar un valor agregado creciente que favorezca y mejore sustantivamente el bienestar de la población local y las condiciones de rentabilidad de las empresas prestadoras de servicios turísticos. Cada destino cuenta desde allí con un portafolio de proyectos de inversión.