Como lado B de este single se editó Love Me Do, el primer éxito de la banda, de 1962. En este año, justamente, se cumplen 60 años del primer número 1 de The Beatles: From Me To You. Por supuesto, con ello también se registró la mayor distancia entre el primer y último número 1 de un mismo artista.
Y poca cosa se puede decir más sobre la vigencia de un grupo que se separó en 1970.
Demos y canciones. Cuando en 1975 nació Sean, el hijo que John tuvo con Yoko Ono, el mítico exlíder de The Beatles se transformó en un amo de casa. Dejó las giras y de grabar discos. De hecho, entre Rock and Roll y Double Fantasy, editado semanas antes de morir, pasó un lustro. Eso no quería decir que el tipo que cambió el rumbo de la música en el siglo XX dejara de despuntar el vicio.
En el documental de 12 minutos Now And Then de Oliver Murray, estrenado pocos días antes del lanzamiento de la canción, que trata justamente sobre el proceso de grabación, Sean Lennon recuerda que su padre dejaba registradas en cassette varias canciones que componía, solo él con su voz, su guitarra o su piano, en el mítico edificio Dakota de Nueva York. De ese período datan Free As A Bird (1977), Real Love (hay unas seis versiones entre 1979 y 1980), Now And Then (1978) y Grow Old With Me (1980).
Esas cuatro canciones fueron entregadas en un cassette por Yoko a Paul en 1994, cuando los tres Beatles sobrevivientes encaraban su proyecto Anthology, un trabajo monumental que incluía tres discos recopilatorios de versiones inéditas y rarezas, un libro y 10 horas de audiovisual documental. La viuda de Lennon había charlado previamente con George para tender puentes. Ya las heridas habían cicatrizado. La artista japonesa seguramente nunca podrá sacarse de encima la acusación de haber separado a la banda más influyente de la historia; es una acusación que puede ser justa o no: la convivencia entre los cuatro ya era insufrible más allá de ella. Pero sí se puede jactar, y de eso no hay dudas, de haber contribuido decisivamente a su sobrevida.
Grow Old With Me fue rápidamente descartada. Había formado parte del disco póstumo de Lennon, Milk And Honey (1984). Free As A Bird y Real Love sí fueron trabajadas por Paul, George y Ringo y terminaron encabezando los discos Anthology 1 (1995) y Anthology 2 (1996). Un cuarto de siglo luego de su separación, los Genios de Liverpool volvieron a tener temas nuevos. Fueron éxitos: ambos llegaron al Top 10 en Reino Unido y al Top 10 y Top 20, respectivamente, en Estados Unidos. La idea era que el Anthology 3 tuviera también su propia canción, Now And Then.
Paul McCatney y Ringo Star son los responsables de que en 2023 una canción de The Beatles alcance nuevamente la cima de los charts. AFP Sin embargo, esta idea fue abandonada luego de dos días de sesiones. El documental de Murray permite escuchar que en el demo de Now And Then hay un zumbido molesto que tapa la voz y el piano de Lennon. Era la más pobre de las grabaciones, lo que hizo que George la descartara casi que de arranque, aunque alcanzara a grabar algunas guitarras para ella. Había algo interesante en esta canción, una balada en la menor: mucho menos trabajada y acabada que las dos anteriores, meterle mano la convertía potencialmente en una canción más beatleriana que sus antecesoras, a las que básicamente alcanzaba con ponerle el resto de los instrumentos. Pero en esa época no había tecnología disponible para aislar las partes.
El álbum Anthology 3 (1996) fue publicado con una pieza instrumental de 50 segundos, A Beginning, como primer corte. Había sido compuesta por George Martin, el histórico productor del cuarteto, como introducción a Don’t Pass Me By, la canción que Ringo Starr incluyó en el Álbum Blanco de 1968, y que permaneció inédita desde entonces. A los fans eso les dejó mucho gusto a poco.
Now And Then —el demo original de John y las grabaciones adicionales de los otros tres— se retiró a cuarteles de invierno durante casi tres décadas. Cuando despertó, ya no estaba George en este plano.
Voz clara como el cristal. The Beatles —que, vale recordar, cambiaron el mundo en menos de ocho años de vida activa, en los que publicaron 13 álbumes más otras 33 canciones incluidas en discos singles— siguieron dominando el mundo décadas después de su implosión. El éxito (dispar, pero existente) de sus cuatro miembros como solistas así lo refleja. Las invariables buenas ventas de todos sus trabajos recopilatorios posteriores (los dos Past Masters, los Anthology, el Live At The BBC, los conocidos como el Álbum Rojo y el Álbum Azul, el 1 o el Love para un espectáculo del Cirque du Soleil) también lo remarcan.
Pero otro mojón fue lo que el periodista Javier Alfonso describió el 2 de diciembre de 2021 en Búsqueda como un “exceso fascinante”. Se refería al documental Get Back, de tres capítulos de dos horas y media cada uno, que presentaba el proceso histórico que vivieron los cuatro Beatles en el frío enero londinense de 1969 cuando se juntaron a grabar entre su creatividad inagotable, los restos de la química que mantenían y las tensiones internas que los tenían a un paso de implosionar, las canciones que luego formarían parte de Let It Be (1970), el último disco suyo en editarse como banda activa. Peter Jackson, el mismo de la trilogía El Señor de los Anillos, fue el encargado de darles forma a los metros y metros de cinta que habían quedado sin utilizar durante décadas. Y el resultado fue una desmesura sonora y visual que los mostraba como una banda actual, categoría a la que su música ya estaba asentada hacía mucho.
En ese documental, emitido por Disney+, Jackson apeló a softwares basados en inteligencia artificial para poder desmezclar y separar los instrumentos y voces de las cintas recobradas. El sonido obtenido fue uno de los elementos destacados de esa producción.
Sabido esto, lo que sigue son frases contiguas de la parte medular del documental Now And Then:
“Durante la realización de Get Back prestamos mucha atención a las restauraciones técnicas. Estas nos permitían tomar cualquier banda sonora y separar a los diferentes componentes en distintas pistas”, dijo Peter Jackson.
“Peter Jackson tenía esa máquina, la MAL, que podía aislar todo sonido”, continuó Ringo en ese corto. Se refería a la Machine Audio Learning, donde funcionaba ese software.
“Bueno, podríamos ver de sacar la voz de John del cassette original” donde estaba el demo de Now And Then, agregó Paul.
“A mi padre le hubiera encantado, porque él no era nada tímido a la hora de experimentar con tecnologías”, incorporó Sean.
“Y ahí estaba la voz de John, clara como el cristal”, resumió Paul.
Ahí se pudieron escuchar los primeros versos de Lennon en Now And Then. Y en este momento, así como en el videoclip de la canción también a cargo de Peter Jackson, es una proeza no emocionarse.
Armando el puzzle. “Es lo más cercano que estaremos de tenerlo de vuelta en la misma habitación, así que fue muy emotivo para todos nosotros. Era como si John estuviera allí. Fue un sentimiento muy peculiar”, dijo Ringo Starr. Para Paul no hay dudas: “Es una canción genuina de The Beatles”. La industria también lo tomó así. Las dudas y las suspicacias serán de quien las reivindique.
En los pocos días de 1995 en los que trabajaron en esta canción, George Harrison grabó algunas guitarras, eléctricas y acústicas, pensando en ella. Luego se pudrió del zumbido y la incapacidad de poder extraer la voz correctamente (Paul recuerda que su excompañero la llamó “basura”) y fue el primero en tirar la toalla. Aún así, su aporte quedó registrado y también está en el corte final. De los dos Beatles fallecidos, John aportó la idea original y la primera voz (nada menos) y George sus guitarras.
El solo de guitarra slide, una característica de Harrison también presente en los anteriores rescates beatlerianos de los demos de Lennon, estuvo a cargo de McCartney. Lo hizo, dijo, a modo de homenaje a su compañero fallecido, que no llegó a grabar su típico destaque en guitarra. Eso fue en 2022, cuando Paul (hoy de 81 años) también agregó su bajo y el piano, respetando el tono en que había trabajado Lennon. Ringo (que tiene 83), por supuesto, incluyó su batería. Ambos (con George, desde el lejano 1995) aportaron coros.
El tema incluye una orquestación de cuerdas muy típica de The Beatles, tal como las habían usado en Yesterday, Eleanor Rigby o A Day In The Life. Trece músicos y dos arreglistas fueron convocados a los estudios de la Capitol Records. Para que no se filtrara que se estaba trabajando en un nuevo tema de los Beatles, la partitura entregada decía Give & Take, de Paul McCartney.
Si bien la canción no estaba concluida, el trabajo en los versos aún no culminados fue mínimo. Lo más notorio fue que se quitaran unas líneas del demo: “I don’t want to lose you, oh, no / Lose you o abuse you”. (No quiero perderte, perderte o abusar de vos). De hecho, I Don’t Want To Lose You era el título alternativo a Now And Then. Jeff Lynne, uno de los productores de la canción, ha explicado que esa parte está menos audible y notoriamente menos concluida.
Más allá de que John la compuso en un momento de su vida en que quería dejar a The Beatles en el pasado, que lograba hacer magia con su voz y su piano en canciones impresionantemente sencillas, que buscaba paz en su vida con su mujer y su hijo luego de su prolongado “fin de semana perdido” en la costa oeste de EE.UU., con amantes, groupies, drogas, rock y sin Yoko, hay algo mágico en el estribillo. John y Paul juntan sus voces, con casi cinco décadas de diferencia, tan armónicamente como solo ellos podían hacerlo, para cantar “De vez en cuando, / te extraño. / De vez en cuando / quiero que estés para mí”. Y eso es, como si no hubieran pocos, otro golpe al corazón. Como cada uno lidia con sus emociones como puede, hay quien asegura que esta canción de amor está destinada a sus excompañeros, sin quienes nada de lo que pasó hubiera sido posible.
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La vigencia de los más grandes
The Beatles es la banda que lideró la invasión británica a Estados Unidos a mediados de la década de 1960. Pronto fue evidente que calificarlos de “banda de rock” es lo mismo que llamar “jugador de fútbol” a Pelé. Fue un fenómeno cultural que superó en mucho su ámbito. Y es un fenómeno cultural que sigue vigente.
The Rolling Stones terminó siendo, luego de que se desvanecieron algunos efímeros embajadores de la invasión británica, la única banda que podía mirar a los ojos a The Beatles y no pasar vergüenza. Fogoneados por un aparato publicitario que los hacía ver como su némesis y mucho más influenciados por la música norteamericana (blues, country, gospel) que sus colegas, que eran y hacían cosas británicas por donde se los mirara, pronto se transformaron como en el clásico por excelencia del rock mundial, si se toma por buena (no lo es) la idea de futbolizar a la música popular.
Pasó el hippismo, la psicodelia, el hard rock, el heavy metal, el punk, la new wave, el hair metal, el grunge, el rock alternativo (paradójicamente masivo)... y The Beatles (ya fuera de carrera) y The Rolling Stones han mantenido la vigencia de los clásicos (ahora sí, por fuera del fútbol).
En las épocas en que convivían, ambas bandas programaban las salidas de sus discos para no pisarse unos a otros y afectar las respectivas ventas. Más allá de la rivalidad entre fans y promotores, el vínculo entre los músicos siempre fue más que bueno. Hoy, en 2023, el éxito del single Now And Then ocurre poco más de 10 días después del lanzamiento de Hackney Diamonds, el primer disco de los Stones con material inédito en 18 años (ver Galería del 20 de octubre de 2023). Con él, la banda de Mick Jagger y Keith Richards se transformó en la primera en tener un disco en el Top 200 de la Billboard en siete décadas distintas: 1960, 1970, 1980, 1990, 2000, 2010 y ahora 2020.