Pero para esto se deben desarrollar un montón de servicios que hagan a la accesibilidad y disfrute de estos espacios de recreación. En este sentido, Alberti señaló la falta de transporte adaptado a las necesidades de este público, que los pase a buscar, los espere, los devuelva a su casa y los acompañe hasta la puerta, con un trato más personalizado. También observó que cada vez más las entradas para los espectáculos se adquieren a través de plataformas de Internet, algo que para muchas personas mayores no resulta cómodo.
En este sentido, el especialista comentó que hoy hay personas con cierto nivel cultural que se ofrecen como compañía de estas personas para ir a los espectáculos. “Son cuasi voluntarias, pueden mantener un diálogo de calidad y establecen vínculos con la persona mayor”, indicó.
También están aquellos que organizan paseos grupales. Es el caso de Carolina Dos Santos y su emprendimiento Paseos Plateados. En conversación con Galería, Dos Santos contó que trabaja como chofer de Uber y Cabify y fue así como conoció a muchos de sus clientes. “Ellos mismos comenzaron a solicitarme paseos con acompañamiento. Ahí me di cuenta de que para ellos era una necesidad”. Al día de hoy ya ha organizado varias excursiones para personas mayores de entre 70 y 80 años, entre ellas al Museo de Arte Contemporáneo Atchugarry (MACA) en Punta del Este y a la bodega Varela Zarranz.
“Quedan energizados. Mi propuesta de valor es el trato personalizado, salir del encierro, socializar, generar vínculos, usar las neuronas, mantener conversaciones interesantes y moverse un poquito. Ellos la pasan bárbaro. Tienen una capacidad de disfrute envidiable. Una vez, en un paseo terminaron bailando tango”, contó Dos Santos, quien ya tiene varios paseos planeados para estos meses de invierno. Estos consisten básicamente en ir al cine, al teatro o algún museo y luego ir a merendar.
“Para ellos es también un momento para compartir dolores, físicos y morales, entonces desdramatizan. Si vivís el dolor en soledad, lo vivís con mucho mayor drama. Hasta terminan compartiendo información médica y haciéndose recomendaciones”, expresó.
Parte del presupuesto. Los viajes y las escapadas es otro rubro que la nueva generación de mayores de 65 años está disfrutando más que las generaciones pasadas. “Hoy es parte de sus vidas y destinan algo de su presupuesto a ello, porque viajar implica conocer gente, hacer amigos, impulsar la vida social”, señaló a Galería Marina Cantera, presidenta de la Cámara de Turismo.
“Lo que más percibimos todos los que estamos en el sector es cómo ha mejorado la calidad de vida de estas personas. Hoy una persona de 60 años o más es tremendamente activa”, comentó, al tiempo que explicó que esto ha llevado a adaptar los servicios turísticos a esta realidad.
En este sentido, existe una oferta de servicios de agroturismo, turismo enológico y hasta turismo aventura pensados especialmente para los mayores. “Hay muchas personas que están haciendo senderismo que de repente no son jóvenes de 30 años, son personas de estas edades, que buscan el contacto con la naturaleza y la vida activa”, dijo Cantera. Esto se observa también en el turismo de cruceros, el cual “antes era mucho más slow”. “Ahora hay un montón de actividades pensadas para cuando bajan del barco”, indicó.
A la hora de elegir destinos en el exterior, Cantera señaló que Europa siempre es un lugar “muy atractivo” para los mayores de 65. En el caso del turismo interno, les interesa conocer lugares nuevos o circuitos que no estén tan llenos de gente, algo que se intensificó después de la pandemia, cuando el turismo en Uruguay dejó de estar concentrado en la costa.
Además, el turismo en esta franja etaria está muy relacionado con la seguridad. “Viajen donde viajen, buscan que su viaje esté asegurado, por eso buscan siempre las marcas más renombradas, que les brinden seguridad y garantías”, apuntó la presidenta de la Cámara de Turismo.
Por su parte, Alberti señaló que los viajes grupales les empiezan a resultar más atractivos. No solo porque implica la socialización y el fortalecimiento de vínculos, sino también porque se sienten acompañados. En este sentido, diferenció a los adultos mayores jóvenes (65 a 75 años) y a los adultos mayores mayores (75 años en adelante) e indicó que a los primeros les gusta más viajar en grupos de amigos o parejas armados por ellos mismos, en cambio a los segundos les atrae más los viajes en excursión. Al respecto, Cantera expresó que los adultos mayores son más proclives a viajar por agentes de viajes e incluso con guía. “Sienten que esa tranquilidad y garantía no se la da ninguna otra forma de viajar”.
Viajar y estudiar. Hace menos de un año que Laura Díaz, CEO founder de Salto Aboard, una agencia en consultoría educativa que se dedica a organizar intercambios educativos, presentó su programa +60 Senior y se llevó una sorpresa. “Los mayores saben perfectamente lo que quieren, no andan con vueltas y vencen sus miedos. Cada cuatro que consultan, dos concretan, mientras que entre los jóvenes la concreción es de un 2%”, expresó.
Lo que Salto Aboard les ofrece son intercambios para estudiar idiomas durante un mes (mínimo dos semanas) en el exterior. Los destinos más elegidos son Italia e Inglaterra. Los programas suponen la concurrencia a clase por la mañana y en la tarde una cantidad de actividades adaptadas para estas edades, como tours, degustaciones, clases de cocina, paseos culturales, espectáculos, etc. “Alguno de los que se ha llegado a ir, tuvo la experiencia a través de sus hijos y quisieron ellos vivir ese viaje, que les había quedado postergado”, contó Díaz.
En el país de destino suelen quedarse en casas de familias. No solo porque es lo que les provee el colegio donde estudian, sino también porque es lo que ellos más piden. Díaz explicó que si bien depende mucho de la persona, quedándose en casas de familias se sienten más seguros y acompañados. Al igual que Alberti y Canteras, Díaz señaló que la seguridad a la hora de viajar es algo muy importante para estas personas. Por esta razón, indicó que ella los acompaña muy de cerca en todos los preparativos. “De repente son personas que hace tiempo no viajan, entonces hasta les he llegado a hacer las maletas por teléfono”, comentó. También les explica las mejores formas para moverse en la ciudad donde van a estar y hasta les hace un recorrido por el barrio a través de Google Maps.
El costo de un mes de intercambio asciende a los 1.000 euros aproximadamente. Por ejemplo, un curso de italiano con inscripción incluida ronda los 870 euros, a lo que hay que sumarle el alojamiento con media pensión, que sube a los 240 euros.
No quedar excluidos. “Hoy las personas mayores tienen ganas de aprender, de estar al tanto de lo que pasa en la sociedad, no quieren quedar excluidos”, comentó a Galería Lucía Herbin, quien se apresta a lanzar en los próximos meses su emprendimiento Comunidad Silver, una plataforma web de cursos y talleres para personas mayores de 50 años. Los cursos que tiene pensado ofrecer en primera instancia son Desarrollo Personal y Tecnología.
Cada vez más personas mayores de 65 años se interesan por aprender a utilizar las nuevas tecnologías. El primero está pensado para aquellas personas que se jubilan y les cambia la rutina. La idea es ayudarlos a descubrir lo que les gusta y aprender a disfrutar de lo que les toca en esta nueva etapa, que no es tan fácil para todos. Sobre el curso de Tecnología, comentó que es el más solicitado, dado que estas personas quieren aprender y actualizarse. Más a futuro tiene pensado ofrecer también algún curso de Arte y Creatividad y otro de Escritura Creativa.
“Mi objetivo no es solo que aprendan, sino también que generen vínculos”, dijo. Por eso, al finalizar cada taller (de 3 meses máximo), se propone organizar un encuentro presencial, donde puedan conocerse de forma personal, compartir experiencias e intereses”.
El interés de la nueva generación de mayores de 65 por aprender sobre nuevas tecnologías es una realidad también en el curso de Informática para adultos mayores, que se dicta en Taller de Informática. Marcela Ferra, administradora de la institución, dijo que si bien años atrás el curso no tenía muchos alumnos, en los últimos años ha tenido muy buena inscripción. En tres meses se les enseña desde utilizar algunos programas de Microsoft, como Windows y Power Point, hasta navegar por Internet, usar una cuenta de correo electrónico y aplicaciones de Google. Además, aprenden a utilizar algunas redes sociales, a comprar por Internet, utilizar las tarjetas de crédito y obtienen conocimientos sobre seguridad digital.
“En el curso se avanza de acuerdo al grupo y sus intereses. A veces, se les enseña hasta a sacar fotos y luego bajarlas del celular. Ellos quieren estar en el mundo virtual, no quieren quedarse afuera”, apuntó Ferra. “Terminan fascinados y quieren seguir aprendiendo”, agregó.
Abuelo gamer. Las ganas de aprender y de no quedarse afuera fue lo que llevó a Robertson Escoutto a meterse en el mundo de la tecnología e Internet y convertirse en el abuelo gamer uruguayo. “En 2010 mi hijo me regaló una computadora y ahí aprendí a usarla. Lo mío era Facebook y sus jueguitos. Hasta que vi a mi otro hijo jugando a League of Legend (Lol), y le pregunté si yo también podía jugar. Me lo descargó y ahí empecé”. Diez años después, su nieto le propuso convertirse en streamer y comenzar a transmitir en vivo sus partidas por Twitch. Si bien al principio lo dudó, pues no tenía mucha idea de qué se trataba todo eso, finalmente aceptó el desafío. A los pocos días le estaba diciendo a su hijo: “Esto me está gustando, que me llamen Tata, abuelo. Me llena de cariño”. Así se convirtió en Tellier. Hoy tiene como seguidores a los mejores gamers a escala mundial.
“La tecnología me cambió la vida. Cuando digo que tengo 72 años nadie me cree. Pero hay unas cuantas personas mayores gamers, tanto en Uruguay como en Argentina. Algunos me dicen que gracias a que yo estoy en esto, ellos se dieron cuenta de que la edad no es motivo para no divertirse y se animan a meterse ellos también”, expresó.
Pero esto no es todo. Como abuelo, suele aconsejar a sus seguidores jóvenes sobre estudios, familia y drogas, entre otros temas importantes de la vida. “Me acuerdo que uno me contó que sus padres se habían separado y que el padre no quería saber nada sobre él. Entonces, le aconsejé que fuera a la salida del trabajo del padre, lo esperara allí y le dijera que lo quería, luego se diera media vuelta y se fuera. Al mes volvió a mi canal a agradecerme: Gracias, Tata, hice lo que me dijiste y mi padre me invitó a conversar. Ahora son excelentes amigos”, contó.
Consultado sobre si recomendaría el uso de las nuevas tecnologías a sus pares, Escoutto manifestó: “Sí, claro. Esto nos incentiva la mente, las pocas neuronas que nos quedan. Hay gente, incluso, que me dice que estoy rejuvenecido. Y yo también me veo más joven, me veo diferente”.