Con funcionarios envejecidos para controlar más frigoríficos, que exportan a más mercados y que requieren habilitaciones para diferenes productos, los servicios sanitarios oficiales concentrados en la División de Industria Animal del Ministerio de Ganadería (MGAP) registran “un deterioro que es resultado de la no reposición en tiempo y forma” del personal jubilado, “generando una clara contradicción entre las obligaciones, controles y certificaciones que deben realizarse, según la legislación vigente, y el personal necesario para cumplir esa tarea”.
Así lo indica un informe elaborado por la Mesa de Industria Animal, en el marco de las negociaciones salariales para el presupuesto 2015-2019, al que accedió Campo y que será entregado a las comisiones de Ganadería del Senado y de Diputados, a las gremiales de productores y de la industria frigorífica.
Esa agremiación de veterinarios que integra la Asociación de Funcionarios del MGAP, cuestiona la “decisión política clara de no proveer las vacantes” generadas, “debilitando los servicios y empujando hasta la frontera del incumplimiento de funciones”.
Considerando que 136 funcionarios (34%) tienen causal jubilatoria al tener más de 61 años, la situación de los servicios inspectivos se ve “comprometida”, sostiene y reclama la necesidad de aplicar medidas urgentes y otras de largo plazo”.
El proceso de “desestructuración” de los controles de planta por el retiro de funcionarios “se agudizará drásticamente” en el período 2015 a 2019, advierte.
Señala que es “técnicamente imposible realizar los controles que la legislación exige” que hagan los inspectores “con las técnicas y la dotación actual de personal en la mayoría de los establecimientos”. “Por supuesto que hay algunos que se encuentran en una situación escandalosa”, advierte.
Tras el último foco de fiebre aftosa, registrado en 2001, el rodeo vacuno local no evidenció mayores problemas y Uruguay mantuvo el estatus sanitario de país libre de esa enfermedad con vacunación y el de riesgo insignificante de encefalopatía espongiforme bovina (vaca loca), reconocidos por la Organización Mundial de Salud Animal (OIE). Con ese logro, sumado a las gestiones oficiales en un contexto de creciente demanda de alimentos, las exportaciones de carne bovina uruguaya accedieron a los principales mercados del mundo.
Para mantener esos destinos habilitados y aumentar el abanico de opciones para colocar ese producto tradicional uruguayo, los servicios sanitarios locales deben superar auditorías que realizan los mercados compradores, figurando entre las más exigentes la Unión Europea, Estados Unidos, Israel, Corea del Sur y otras. De allí la importancia de la labor de los inspectores veterinarios del Ministerio de Ganadería que realizan los controles pertinentes en las plantas de faena y en los depósitos de carne.
Días pasados, los servicios sanitarios recibieron una auditoría de Venezuela y actualmente está en proceso otra del gobierno de Israel.
Consultado sobre el tema, el vocero de Industria Animal, Gustavo Castro, señaló a Campo que “llama la atención que el MGAP, teniendo vacantes y financiamiento presupuestal no recorra los caminos para la incorporación de funcionarios jóvenes”.
“Hay una visión política de degradación de los servicios de inspección oficiales a que se desgasten y se caigan para hacer lo mismo que en otras unidades y direcciones, donde contrataron proyectos y montaron grupos de trabajo fuera de la administración, como el SNIG (Sistema de Información Ganadera), aunque se diga todo lo contrario”, cuestionó.
Medianamente seria
“Pese a que la administración se comprometió en julio de 2013, durante las negociaciones junto a la Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (Cofe) en el Ministerio de Trabajo, a finalizar las calificaciones y realizar los concursos de ascenso y luego los de ingreso, esto no sucedió”, señala en el informe.
Detalla que la edad en promedio de los inspectores es de 53 años, siendo de 51 para el caso de los profesionales universitarios, 50 para los técnicos profesionales y 55 para los técnicos terciarios. “Eso significa que cerca de 200 funcionarios, que representan casi el 50% del total, tienen más de 55 años y en la próxima década dejarán vacantes sus puestos de trabajo”, argumenta.
El sindicato en cuestión critica al gobierno al considerar que “para cualquier organización humana que se tilde de medianamente seria, esto es un problema a resolver, con la planificación y antelación necesarias, antes que el proceso se torne algo inmanejable, como ha sido hasta el momento”.
“La administración no se ocupó de este tema de vital importancia para la economía del país llegando a una zona de riesgo del negocio”, fustiga.
Sostiene que “los recursos humanos de Industria Animal ya no resisten seguir manteniendo la actual situación” de falta de renovación de recursos humanos.
Por eso reclaman al MGAP “la inmediata instrumenación de los mecanismos necesarios para iniciar los llamados a concurso para la provisión de 140 vacantes”, además de “planificar con detalle y constancia un programa de ingresos hasta el final del período de gobierno”.
En cuanto a las características de la operativa de los inspectores veterinarios, la Mesa de Industria Animal sostiene en el informe que se trata de un sector de trabajo que implica “un esuferzo físico y una tarea manual, como la autopsia sistematizada en línea de producción, de mediana a alta intensidad”.
La gran mayoría de los inspectores veterinarios extienden su jornada laboral “más allá de las ocho horas hasta un máximo de 12 horas diarias, teniendo la obligación de trabajar sábados, domingos y feriados”, por lo que reciben una partida especial, indica. Agrega que los controles de esos funcionarios comprenden horarios nocturnos, cuando se concentran las actividades de recepción de ganado, el abasto y los embarques de productos para su exportación.
En los últimos años, varios de los veterinarios con mayor experiencia y que ocuparon cargos de dirección en el MGAP se jubilaron, como el ex director de Industria Animal, Héctor Lazaneo, la subdirectora de esa unidad, Ana Robano, el ex titular de la Dirección Contralor de Semovientes, José Sosa Díaz, y este año también se retira el actual director de los Servicios Ganaderos, Francisco Muzio.