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Al asumir como consejero de Educación Inicial y Primaria, el 4 de febrero de 2016 en el Museo Pedagógico José Pedro Varela, Pablo Caggiani afirmó: “Lamentablemente, salvo por algunos chispazos que aparecen desde algunos sectores sociales, algunos académicos o algún viejo sabio, los debates sobre educación son extremadamente pobres, guiados por intereses muy pequeños. Y los debates pobres arriban necesariamente a conclusiones pobres, y no estamos en condiciones de darnos ese lujo”. Consultado al respecto por Búsqueda, Caggiani dijo detectar “un coto de caza”, según el cual en el debate “está todo bien o todo mal”, y esa lógica se refleja en una discusión “politiquera” que no aborda los temas de fondo.
Entre esos temas “de los que nadie habla”, agregó el consejero, está que el Estado subvenciona a la educación privada y “ahí hay mucha tela para cortar”. Dijo que “hay colegios de barrios —La Teja, Sayago o Peñarol— que efectivamente cumplen una función social y necesitan una subvención, pero hay otros que son verdaderas empresas educativas. Hablo de colegios que tienen listas de espera y cobran unas cuotas que son como dos salarios mínimos —unos $ 26.800—, y allí, como Estado, estamos poniendo bastante plata, sea por renuncia fiscal o lo que sea”.
“Yo había hecho una cuenta que me daba que con lo invertido en dos niños que van a colegios de élite, perdemos uno de escuela de tiempo completo”, que atienden sobre todo a aquellos que presentan condiciones socioculturales más desfavorables. “Sobre eso no hay ningún planteo”, observó Caggiani.
Otro tema “preocupante y del que nadie habla —agregó el consejero— es que “en términos de aprendizajes, la enseñanza privada es una estafa”.
“Esto lo muestran los resultados de las pruebas PISA. Desde el punto de vista socioeconómico nuestra educación privada supera el promedio de los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico), pero los desempeños están por debajo del promedio de la OCDE, según el último informe Pisa”, dijo Caggiani, para concluir: “Esto evidencia que el problema de los aprendizajes no es exclusivo de la educación pública y que algunas discusiones sobre el sistema educativo en Uruguay son muy de potrero”.
“El problema de la desigualdad educativa existe, pero si estoy todo el día pegándole al sistema con eso, traslado una desconfianza a la comunidad educativa que se traduce en un mismo mensaje en las redes y en la prensa, y así Uruguay se pierde la oportunidad de acompañar el proceso educativo de niños concretos por discusiones pobres”, insistió.
Según Caggiani, el sistema educativo uruguayo es uno de los mejores de América Latina en educación inicial y primaria. “En Primaria está Chile, Costa Rica, Cuba y Uruguay. Ahí no tenés un problema de cobertura, porque la eduación es universal (98%), pero claramente hay un problema de desigualdad en los aprendizajes” que buscamos superar.
