“No repetir como un monito”

En Uruguay corren buenos tiempos para la danza contemporánea e Inthamoussú adjudica esto a algunos factores, como la apertura de la Zavala Muniz como el lugar por excelencia para montar espectáculos, la existencia de una categoría de danza en los Fondos Concursables y la llegada de Julio Bocca a Uruguay. “Aunque sea ballet clásico, tuvo la apertura de trabajar otros lenguajes, lo que obliga a los bailarines a estar preparados o a tomar el riesgo de entrar en diferentes lenguajes. Además, la popularidad que tuvo el ballet nacional salpicó para todos lados, inclusive a la danza contemporánea”, dice el coreógrafo.

El coreógrafo defiende el diálogo entre bailarines de distintas disciplinas. “Es un tema que los profesionales de la danza traemos desde hace mucho tiempo: el contemporáneo no se habla con el clásico y este no interactúa con el folclorista. ¿Cómo llegamos a entender que el lenguaje que estamos manejando es el mismo aunque tengamos diferencias desde la técnica? Esa es una visión muy contemporánea y es adonde apuntan las escuelas de educación artística del mundo”.

El fortalecimiento y la renovación en las escuelas del Sodre comenzaron en 2013. “Es un proceso que tiene que ahondarse pero que ya se ve de alguna manera”, opina Campanella. “La Escuela de Arte Lírico hizo varios espectáculos a lo largo del año, el 21 y 22 hará una zarzuela. Eso significa ambición e ir por el camino de la profesionalidad. Se llaman escuelas nacionales, entonces tienen que recoger lo mejor del país y dar lo mejor al país”.

A partir de un estudio previo vieron que se invierte dinero en la producción de danza contemporánea, con alternativas como los Fondos Concursables y el fondo municipal. Pero falta nivel profesional. “Queremos defendernos como profesionales, pero no tenemos una educación artística que nos avale. Mi experiencia fue pasar por esta escuela cuando solo estaba la División Ballet y Folclore. Hice ballet pero yo sabía que quería hacer contemporáneo, y tuve la suerte de estudiar afuera. Ojalá esta opción hubiera existido en aquel momento. Esta carrera va a aportar esos profesionales que van a acceder a esos fondos. No quiero decir que las personas que hoy acceden no sean profesionales, sino que se formaron como pudieron”, dice Inthamoussú.

No le interesa, además, que los egresados compitan a nivel internacional, como sucede con el ballet. En las audiciones internacionales suelen pedir como requisito ser egresado de una escuela. “Quiero que esta escuela sea referente, que venga gente de toda la región a audicionar para entrar, como sucede con el ballet”, agregó Inthamoussú.

En la última audición internacional para ingresar al Ballet Nacional del Sodre (BNS), de la que participaron 84 bailarines, fueron seleccionados ocho foráneos y ninguno uruguayo. “Esa es una preocupación que tenemos con el Consejo Directivo del Sodre y creo que incidió en este proceso de fortalecimiento de las escuelas”, opina Campanella. “El Sodre quiere que los cuerpos estables estén formados de la mejor manera y con una base uruguaya que tiene que salir de la Escuela Nacional”.

El llamado para ingresar a la División Danza Contemporánea está abierto y los cursos comenzarán en marzo de 2014. Las mujeres pueden entrar entre los 15 y los 26 años y los varones entre los 15 y los 30. “En folclore hay muchas danzas que son en pareja, y faltan varones. En las clases las chicas pueden hacer los dos roles, pero a la hora de montar un espectáculo a veces nos hace falta tener varones”.

A la Escuela llegan estudiantes del interior, especialmente para folclore, de Piriápolis, Minas, Durazno y Florida. Cada día hacen el viaje de ida y vuelta. “Queremos detectar talentos y tenemos un ejemplo concreto en Salto, donde se vio a dos muchachos con aptitudes extraordinarias que ya están en la Escuela de Ballet”, concluye Campanella.

Laura Gandolfo