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    A un mes de las elecciones, mejora la intención de voto al Frente Amplio y se afirma su rival más cercano, el Partido Nacional

    El oficialismo no tendría mayoría parlamentaria y “no hay favoritos” para la segunda vuelta

    Los resultados de la encuesta de intención de voto de Cifra realizada entre el 12 y el 22 de setiembre son los siguientes: Frente Amplio, 43%; Partido Nacional, 33%; Partido Colorado, 15%; Partido Independiente, 3%; Unidad Popular, 1%. El grueso del 5% restante son votantes indecisos (Cuadro 1).

    Tres precisiones sobre estos números. En primer lugar, por razones que ya se han señalado reiteradamente en estas notas, es probable que la intención de voto hacia el Partido Colorado sea algo más alta que la registrada por la encuesta. Los votantes colorados, especialmente los más tradicionalistas, son históricamente los más renuentes a conceder la entrevista al encuestador, y si la conceden, prefieren no declarar su voto con más frecuencia que los demás. Es difícil “cancelar” (o “corregir”) este sesgo con alguna precisión.

    En segundo lugar: los resultados de la encuesta se presentan redondeados al entero más cercano para evitar una imagen (irreal) de precisión. Pero entre los partidos con intención de voto más pequeña el redondeo puede disimular diferencias políticamente importantes, como efectivamente ocurre en este caso. El Partido Independiente, con apenas algo menos de 3.5% de la intención de voto, tiene posibilidades reales de llegar al Senado. Para la Unidad Popular, en cambio, con apenas algo más que 0.5%, será bastante más difícil llegar a la Cámara de Diputados.

    Finalmente: en la encuesta, las intenciones de voto hacia los partidos que no se mencionaron, sumadas, no llegan a medio punto porcentual (0.5%). Por eso no se presentan sus resultados.

    Las tendencias.

    Una vez más, los cambios cuantitativos con respecto a la encuesta anterior, realizada a mediados de agosto, son realmente pequeños. Pero las implicaciones de estos pequeños cambios son políticamente significativas. Por un lado, la intención de voto hacia el FA cayó lenta pero sistemáticamente entre febrero y agosto de este año, desde el 45% inicial hasta el 41% registrado en agosto. Según la encuesta de setiembre, esa tendencia se frenó y cambió de signo por primera vez en lo que va del año: el FA mejoró su intención de voto en dos puntos porcentuales, de 41 a 43%. Todo sugiere que, en lo esencial (más allá del detalle preciso de los números), estos cambios son reales. Porque la mayoría de las encuestas profesionales registraron una caída en la intención de voto hacia el FA hasta agosto, y todas las encuestas que se publicaron en las dos últimas semanas, con campos realizados entre fines de agosto y principios de setiembre, muestran una mejoría en la intención de voto hacia el FA. Esta mejoría es modesta, pero todos ven una mejoría. En suma: se quebró la tendencia a la baja del oficialismo, y su intención de voto comenzó a repuntar.

    Por otro lado, ese cambio de tendencia no está acompañado por un cambio de signo inverso en la intención de voto hacia su rival más cercano, el PN. Los blancos también mejoran su intención de voto, en este caso en un punto porcentual (de 32 a 33%). Los colorados mantienen sin cambios su intención de voto, 15%. Lo único que se está reduciendo significativamente son los indecisos “puros”. Esto también sugiere que ahora la campaña está despertando bastante más interés entre los votantes.

    En resumen: a esta altura de la campaña los resultados ratifican que el FA será, cómodamente, el partido más votado en octubre, y que el PN es su principal rival. Salvo cataclismos casi inimaginables, esto ya no puede cambiar en apenas un mes.

    Las causas de la nueva situación.

    El cambio en la campaña tal vez más importante durante el último mes fue la forma e intensidad de la presencia del FA. Lo que el FA y su candidato han estado diciendo no ha cambiado mucho desde las internas: la sustancia de sus mensajes es similar. Pero el tono y la actitud cambiaron, y al menos a juicio de este observador el cambio se ha acentuado durante el último mes. El candidato de aspecto más formal y cara seria (aunque muy presidencial) de los meses anteriores se presenta ahora mucho más buen humorado y distendido, aunque diga cosas similares a las que ya estaba diciendo. Partido y candidato se presentan hoy como lo que realmente son y hacen: están pidiendo al público que los vote. Simplificando tal vez excesivamente, en los primeros meses del año la actitud parecía ser, más bien, la de cumplir un trámite cuyo resultado se conoce de antemano. Los votantes “debían” o “tenían” que votar al FA; los militantes “tenían” que militar. Ahora hay un esfuerzo y un cortejo claramente visibles.

    El tema de la intensidad es tal vez aún más claramente visible. Aumentó la frecuencia de la aparición del partido y su candidato en los medios, y, sobre todo, la presencia de Vázquez en muchos programas periodísticos y escenarios públicos. Vázquez no ha debatido con sus rivales, y puede que en el resto de la campaña siga sin hacerlo. Pero ahora está haciendo cosas no muy diferentes; por ejemplo, su presencia en la Rural con los demás candidatos. Y en conjunto esto equivale a salir realmente a pedir el voto, como los demás. La forma de presentarse al principio del año, aunque esa no fuera su intención, podía sentirse como altanera o soberbia. No la de hoy.

    ¿Qué consecuencias han tenido estos cambios? La más evidente es la intención de voto hacia el FA: ya no cae; al contrario, mejoró dos puntos porcentuales. ¿De dónde salen estos votos? Por ahora, al menos, no están saliendo de los nuevos votantes. En agosto el FA captaba la mitad de los votos de los nuevos votantes (47%, el mismo porcentaje que captaban el PN, el PC y el PI sumados). Ahora, en setiembre, el FA capta el 44%, y los otros tres, sumados, el 53%. Al menos en esta encuesta el PN está captando casi tantos nuevos votantes como el FA.

    Los cambios anteriores sí se están reflejando en el comportamiento de los votantes del FA de 2009. El FA hace algunos meses que retiene menos votos que los blancos, y eso sigue siendo cierto hoy (Cuadro 2). Pero los resultados de la encuesta de agosto mostraban que el FA retenía el 77% de sus votantes de 2009; ahora retiene el 81%. En agosto el FA perdía un 16% de sus votos, 12% hacia los blancos y 4% hacia los colorados; ahora esos números son, respectivamente, 13, 11 y 2%. Las diferencias son pequeñas y los márgenes de error grandes, pero todos los cambios apuntan en direcciones consistentes con las ideas anteriores.

    Consecuencias: si las elecciones fueran el domingo próximo.

    Lo que sigue no es un pronóstico. No se puede pronosticar a un mes de las elecciones, porque en un mes muchas cosas pueden cambiar. Pero con estos números, y si las elecciones fueran el próximo domingo, puede decirse lo siguiente: el FA no tendría mayoría parlamentaria propia; la presidencia se decide en segunda vuelta, en noviembre; el ganador de esa segunda vuelta se decide en octubre y noviembre, y en ella no hay favoritos. Es una elección abierta.

    © Luis E. González. Derechos reservados (especial para Búsqueda).