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En agosto pasado el Banco Central (BCU) comenzó un proceso de “normalización” gradual de la política monetaria con una primera suba de la tasa de interés de referencia. Otro paso más en esa dirección dará la semana próxima, estiman analistas del sector privado consultados por Búsqueda.
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El próximo 5 de enero tendrá lugar la primera reunión del 2022 del Comité de Política Monetaria (Copom), una instancia técnica que hace una recomendación al directorio, que formaliza una decisión. En esa instancia la tasa de referencia sería elevada en 50 puntos básicos —de 5,75% a 6,25%—, según la mediana de las opiniones recabadas esta semana entre economistas independientes, de consultoras y bancos.
A diferencia de lo ocurrido en anteriores encuestas previas a los Copom, esta vez todos coinciden en que el BCU aumentará la tasa en su próxima sesión. Sin embargo, la magnitud del ajuste y las razones que los encuestados esgrimen para justificarlo difieren —con algunos llegando a pronosticar subas de 75 puntos básicos.
Una tasa de política monetaria más alta busca influir en el costo del crédito y, con ello, contener la inflación; ese es el foco declarado para el BCU desde agosto.
El Centro de Investigaciones Económicas (Cinve), que espera una suba de 50 puntos básicos tras el próximo Copom, considera que una medida de ese tipo no contribuiría “significativamente” a la reducción de la inflación, dado que esta viene dada por una falta de oferta y no por un exceso de demanda. Por eso, “enfriar” este componente sería “excesivamente costoso” en términos de actividad económica.
“Esperamos que el BCU continúe con el proceso de normalización monetaria” porque, “en nuestra opinión, los números de actividad mejores a los esperados y la recuperación del mercado laboral, en un contexto donde la inflación y las expectativas se consolidan por encima del rango meta, ameritan una aceleración en el ritmo de subas de tasas”, comentó Agustín Tafernaberry, director de Banca Mayorista y Tesorería de Itaú.
En la misma línea, desde CPA/Ferrere dijeron que si el BCU está “decididamente comprometido” a que la inflación converja hacia el rango meta, la suba de la tasa debería ser de al menos 50 puntos, pero estiman que resolverá un aumento mayor (75).
Equilibrios a atender
Gonzalo Bava, de banco Santander, opinó que “hay un equilibrio que cuidar, también. Si bien entiendo que para anclar las expectativas de inflación, quizás sea mejor una suba mayor, esto podría generar una apreciación en la moneda que desde mi punto de vista no es conveniente actualmente”.
De hecho, algunos encuestados consideran que incluso una suba de 50 puntos básicos ya sería demasiado alta. Desde la consultora KPMG aseguraron que no verían como “preocupante” un alza de 25 puntos, pero que si se mantiene la frecuencia de ajustes de a 50 puntos sí existiría cierto riesgo, vinculado también al tipo de cambio. Por esto, agregan, tampoco estaría “mal” si el BCU decidiera hacer una “pausa” en el proceso de ajuste con sesgo contractivo de la política monetaria, a la espera de ver cómo se “decanta” la inflación en los próximos meses.
Mientras tanto, desde el último Copom, en el mercado local de moneda nacional los agentes se prestaron pesos a una tasa promedio inferior a la fijada como referencia por la autoridad monetaria (5,58% contra 5,75%). Para el BCU, ese nivel es consistente con el propósito de llevar la inflación a un rango de entre 3% y 7%, aunque no lo ha logrado (7,9% en los 12 meses a noviembre).
Los analistas que encuesta el BCU mantuvieron en 7,90% —en mediana— su expectativa de inflación para todo 2021.
En una línea similar a la de Santander, desde KPMG señalaron ante la consulta de Búsqueda que el anuncio de la meta inflacionaria “actualmente no alcanza” para encauzar las expectativas de los agentes y debe ser acompañado por medidas complementarias concretas, como la “exhortación a la desdolarización” de las transacciones económicas, para “facilitar” los canales de transmisión de la política monetaria”.
Ignacio Umpiérrez, del Centro de Estudios para el Desarrollo, dijo que esperan señales “consistentes” con que el BCU continuará aumentando la tasa hasta 7,5% a fines de 2022. “Es importante no perder de vista que la inflación en el mundo está aumentando en niveles no observados hace décadas. La suba de tasas no ha podido amortiguar el embate inflacionario en el mundo dado el tipo de shock que está originando la inflación, pero sí ha tenido un fuerte correlato en el anclaje de las expectativas. Por ese motivo es importante dar señales consistentes con continuar subiendo las tasas”, justificó.
Sin embargo, agregó, el compromiso de las autoridades por recuperar el salario real perdido durante la pandemia implica que el proceso desinflacionario tenga una relevancia “mayor”, y que si los objetivos inflacionarios no se cumplieran, la presencia de correctivos supondría un mayor grado de “inercia” sobre los precios.