Sr. Director:
Sr. Director:
Accedé a una selección de artículos gratuitos, alertas de noticias y boletines exclusivos de Búsqueda y Galería.
El venció tu suscripción de Búsqueda y Galería. Para poder continuar accediendo a los beneficios de tu plan es necesario que realices el pago de tu suscripción.
En caso de que tengas dudas o consultas podés escribir a [email protected] contactarte por WhatsApp acáSoy uruguayo y vivo en Brasil desde mis 16 años. En 1980 mi familia se trasladó para Río de Janeiro y, 6 años después, todos volvieron a Uruguay. Yo me quedé para finalizar mis estudios. Facultad, amigos, amores, trabajo e hijos (tres), de a poco el tiempo pasa y, cuando me di cuenta, ya fueron casi 44 años en Brasil.
Mi familia es un poco atípica para Uruguay. Somos 7 hermanos, como dicen por aquí: Teus país não tinham TV em casa, não? Familia grande es familia unida y todos los años viajo a ver a mis hermanos y ahora a sus lindas parejas y 16 sobrinos.
Después de que mi familia volvió para Uruguay tuve poco contacto con el español, antes no había internet y realmente hablaba, escuchaba o leía español solo cuando viajaba a Uruguay.
En Río tenía muy poco contacto con uruguayos y mis contactos con el consulado siempre fueron burocráticos, apenas para lo necesario. Muebles viejos, decoración anticuada, en fin, cara de repartición pública.
Pero llegó María Noel y en poco tiempo todo cambió. De a poco me fue aproximando al consulado. Invitaciones para pasar a tomar un café y conocer las nuevas y lindas instalaciones, invitaciones para participar de las fiestas patrias, avisos de dónde los uruguayos se reunirían para ver los partidos de la selección, etc.
Mis hijos siempre estuvieron encantados con Uruguay. Tíos, primos, carne, leche, mate y tranquilidad. Tener la oportunidad de algo próximo y que de alguna forma ellos tengan más contacto, me alegró el alma. Llevar a mis hijos al puerto de Río para visitar el buque escuela Capitán Miranda, ver la bandera de Uruguay, sentir el olor a bizcochos y tomar unos mates no tiene precio. Mis hijos juraron la bandera, saben cantar el himno y, con ayuda e insistencia de María Noel, ya tienen la identidad uruguaya.
El que vive lejos sabe el valor de escuchar el español rioplatense y sentir olores de la infancia. Me di cuenta de que el consulado no es una repartición pública, es un pedacito de Uruguay, no es solo para sacar el pasaporte, es para tomar unos mates, un café y estar más cerquita de todo lo que amamos y queremos.
Siempre me preguntan cuál es la población de Uruguay. Antes decía: somos 3.500.000, ahora, gracias a María Noel, respondo con orgullo que somos 3.500.003.
Gracias, María Noel; gracias Uruguay.
Mario Benech Gulla