Sobre las condiciones climáticas, mencionó que “al llover mucho, la Laguna Merín creció y tapo áreas que estaban preparadas para arroz y el productor no las sustituyó. El atraso de la siembra en el mes de octubre determinó que en fecha óptima solo se pudiera hacer el 40 % del total, para culminar el resto en noviembre, aunque después del 20 de ese mes, los productores prefirieron no seguir sembrando”.
En cuanto a la poca rentabilidad lograda por el cultivo en la zafra pasada, donde por bolsa el productor obtuvo U$S 13 y se consideró como de “empate técnico con los costos”, Stirling señaló que “sin dudas tuvo que ver el precio”. Los productores en campos marginales, donde debían realizar inversiones importantes, prefirieron dejarlos de lado.
El valor de la bolsa de arroz se determina a partir del promedio de la exportación, menos el fondo arrocero, menos el costo industrial, donde eso seguramente determine algún dólar menos que el año pasado, dijo Stirling.
El año comercial comenzó el 1° de marzo de 2014 y termina el 28 de febrero de 2015, y por eso todavía “algo de arroz” se está vendiendo. Para mediados de marzo se concretará la reunión con la industria para fijar los nuevos valores que reflejen la realidad de las ventas y los costos industriales, para determinar luego el precio definitivo.
Se espera que el valor que se fije para esta zafra 2014/2015 ronde “el precio del año pasado o muy similar o, por qué no, mejor”, dijo Stirling. El precio por tonelada para la zafra pasada fue de U$S 263,8 (bolsa de 50 kg a U$S 13,19). El promedio por hectárea de cosecha fue de unos 8.064 kg en el 2014, lo que permitió llegar a un empate técnico con los costos. Para que en esta cosecha suceda lo mismo, es imprescindible que el clima acompañe la evolución del cultivo con abundante luminosidad y temperatura.
En el Norte, más del 70 % del arroz ya está en proceso de floración, fase en la cual necesita mucho sol para llenar grano, cosa “que no ha abundado en la primera quincena de enero, donde en su mayoría han sido días grises, lluviosos”. En el mes de febrero es cuando la planta llena el grano, “por eso es importante un tiempo más seco y más soleado”.
Las cosechas del cereal comienzan en el Norte en el entorno del 20 de febrero y la primera semana de marzo se cosechan en el Este lasvariedades de ciclo corto que son las que florecen a mediados de enero.
Más del 60 % del cereal se planta el este del país, que comprende toda la zona de la cuenca de la Laguna Merín, de la Cuchilla Grande. Los departamentos involucrados son Treinta y Tres, Cerro Largo, norte de Rocha y norte de Lavalleja.
El 40 % restante está distribuido mayoritariamente en Artigas, pero también en Tacuarembó y Salto, además de un área pequeña en los departamentos de Durazno y Paysandú.
Las variedades más utilizadas por los arroceros son las que se conocen como de “grano largo”, y dentro de estas, la variedad que más se planta es “El Paso 144”, con 30 %. Con un 12 % aparece “Tacuarí ”, un 25 % de “Inia Olimar”, que se siembra en el Norte, un 12 % de variedades híbridas, además de otro 12 % de variedades que están en proceso de experimentación.
Costo y rendimientos
Los rendimientos en nuestro país han ido avanzando en los últimos años hasta llegar a la zafra pasada con un máximo de 8.064 kg por ha. Uruguay es el país que logra los mejores rendimientos por hectáreas a escala mundial, solo superado por EEUU.
Según expresa la publicación de Opypa a cargo de la Ing. Lucía Salgado, esto es el resultado de “trabajos de investigación conjunto de los productores e industriales arroceros con el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria, que han permitido avanzar en la obtención de nuevas variedades de mejor performance (tanto en productividad como en calidad) así como en la aplicación de nuevas tecnologías, todo lo cual ha permitido obtener los resultados actuales”.
El costo de producir una hectárea de arroz ronda los U$S 2.000, según el sistema utilizado. Si el productor tiene tierra y represa propia, los costos pueden bajar a U$S 1.600, mientras que si debe arrendar tierra y agua, como sucede en muchos casos, pueden sobrepasar los U$S 2.200 por ha.
Para Stirling, los productores locales están en un una encrucijada “por el tema costos y mercados”. El producto es básico para el 90 % del mundo y por tanto es muy protegido en la mayoría de los países a través de subsidios. Son solo dos los países que no subsidian, Uruguay y Paraguay, y en caso de los guaraníes los costos a la hora de producir son muy menores en referencia a nuestro país.
Según señaló, “a lo que se debe apostar” es a posicionar el arroz uruguayo en determinados nichos de mercado, potenciar la calidad que tiene, buscando un diferencial para obtener los mejores precios. “Si esto no se logra se irán reduciendo las áreas, se irán perdiendo las inversiones en riego, en electrificación y en caminería”, comento Stirling. Recordó que los campos arroceros “eran muy pobres”, y que hoy se ha podido realizar una rotación que permite hacer ganadería, engordar ganado, son campos muy productivos, “que los capitaliza la producción vacuna”.
Ante la pregunta de si llegó el momento de subsidiar al sector, dijo que “no es algo razonable, porque es una forma de intervencionismo del Estado que al final no es positiva”.
Como solución, planteó la necesidad de “negociar con algunos organismos tratando de lograr mejores condiciones de tarifas, o acceso a mercados que puede implicar mucho dinero”.
El productor arrocero debe destinar unos U$S 300 (15 %) por hectárea para cubrir los costos de energía y combustible.
Los costos de producción se han incrementado en los últimos 10 años a una tasa promedio anual de alrededor del 7% (en dólares corrientes), mientras que, en igual período, el precio recibido por los productores se incrementó a una tasa promedio anual del 4%. Las estimaciones del costo de producción para la zafra 2014/15 dan un incremento del 3 %, mientras que el precio al productor se estima se mantenga en valores similares al de la zafra 2013/14 (datos de Opypa).
Según la misma publicación, la mano de obra se incrementó un 60 % en dólares y 52 % en pesos. El combustible implica un incremento en los costos de un 7 % (con rebaja incluida) mientras que la energía tiene una suba de un 33 % (con el último aumento incluido) en dólares y 28 % en pesos.
Endeuda- miento y Fondo Arrocero
Debido al nivel de endeudamiento, los productores solicitaron crear otro Fondo Arrocero, al igual que los implementados en los años 2003 y 2006.
El Fondo Arrocero III (Fondo de Financiamiento y Recomposición de la Actividad Arrocera III-FFRAA III) fue de U$S 40 millones y se financió con la retención del 2% sobre el valor FOB de todas las exportaciones de arroz en cualquier grado de elaboración.
En total resultaron beneficiados 587 productores, los cuales recibieron U$S 24,526 por tonelada de arroz cáscara. Del monto total percibido por los productores, alrededor del 17 % se destinó al pago de deudas con los molinos o con el BROU y el resto fue de libre disponibilidad.
En referencia al endeudamiento del sector, Opypa agrega que si se analiza la relación entre el stock de créditos totales y el valor bruto de producción del sector arrocero en el período junio 2005-junio 2014, se observa que mientras el valor bruto de producción presentó un incremento cercano al 100%, la deuda del sector se multiplicó por cuatro.
Debido a que buena parte de los productores utilizaron el dinero del Fondo Arrocero III para pagar sus deudas a los molinos, el sector industrial pudo reducir su stock de endeudamiento en un 24 %.
En el caso de los molinos, amparados en la Ley de Inversiones, presentaron proyectos de inversión en los últimos dos años por un monto cercano a los U$S 70 millones de dólares.
Empatan o pierden
La visión de los productores no es distinta a la de la dirigencia gremial. El arroz no pasa por su mejor momento y aunque tiene todo para ser un buen negocio, los altos costos de producirlo provocan un gran desestímulo en los productores. Según la visión de estos, atrás va quedando el tiempo del arroz como monocultivo, ya que si no se logra una sinergia con otras actividades productivas, “no hay forma de que sea rentable”.
Gustavo Ferrari es productor de José Pedro Varela en el norte de Lavalleja. Planta arroz a 25 kilómetros en la zona de Costa de Corrales desde hace 32 años. En esta zafra sembró 1.000 hectáreas. Cuenta con una planta de secado ubicada en la Ruta 8 kilómetro 254, donde además tiene una empresa que elabora raciones.
Los años de experiencia le han permitido a Ferrari tener una visión clara de los diferentes momentos, la evolución del cultivo y el negocio. Sabe que haciendo solo arroz, el negocio no es rentable y el riesgo es muy grande. En su establecimiento realiza plantaciones también de sorgo y soja, y en este último caso evalúa el momento y la conveniencia a la hora de sembrarla. Contó que “tenía pensado hacer 1.000 hectáreas de soja y 500 ha de arroz, pero cuando llego la época y viendo los precios, decidió que debía ser al revés. “La soja en el este del país, a U$S 350, no es rentable, porque además los rendimientos no superan los 2.000 kg”.
Ferrari es además productor ganadero, encierra novillos para la cuota 481, donde parte de la alimentación sale de lo que planta. Realiza una rotación en los cultivos pero de todos “el más estable es el arroz, es un cultivo que siempre se riega, no depende del clima, tiene buenos rendimientos y se hace una rotación adecuada. Los problemas pasan por los costos y el precio”, insistió.
Los problemas del Uruguay arrocero, para este productor, no pasan ni por los rendimientos ni por la producción: “Los problemas pasan por los costos altos que se tienen, donde hoy empatás y muchas veces perdés”.
Las diferencias surgen cuando los productores tienen campo y represas propios. En estos casos, los costos que se manejan son de unas 20 bolsas de arroz de 50 kg (U$S 272) por hectárea. Cuando el productor es medianero el costo trepa a unas 50 bolsas por el agua y el campo (U$S 680). En esta situación, el costo mayor lo representa el agua, que insume más del 70 % de ese costo, estimándose en unos 1.200 kg de arroz por hectárea.
Sobre el futuro y mirando esta realidad, Ferrari opinó que “van a ir desapareciendo las medianerías” y fue más grafico todavía al afirmar que “el productor medianero es una especie en extinción, va a dejar de existir”.
En referencia a los costos industriales, señaló que hace 30 años, a los molinos les salía U$S 40 procesar una tonelada de arroz, mientras que hace 10 años subió a U$ 80 y hoy “los molinos sostienen que el costo industrial ronda los U$ 140”.
El sector es muy dependiente de la energía, del combustible y de la mano de obra. Son “todas cosas que están caras”. Si se analiza el rendimiento promedio del país a 8.500 kg por ha, que son 165 bolsas, a 13 dólares da U$S 2.100. Ese número, para quien hace medianería, significa un empate, mientras que aquellos que cuentan con campo propio, “pueden tener cierta ganancia”.
Ferrari ve un “sector comprometido, sobre todo porque el 45 % de la producción se hace con productores medianeros” y recalcó que empresas de un rubro solo “no deberían existir más y en el arroz sobre todo, porque no son rentables”.
Varios actores del sector razonan de la misma manera, que con estos niveles de costos el arroz comienza a ser inviable. Los productores esperan que el nuevo gobierno que asumirá el 1° de marzo, y fundamentalmente el propio Ministro Tabaré Aguerre, productor arrocero y ex presidente de la gremial, puedan contemplar algún tipo de situaciones que posibiliten que el sector “siga viviendo”.
Congreso en la Capital del Arroz en Brasil
Los productores arroceros de la región tienen una convocatoria, “una cita con la competitividad”, según se señala en la página web de la Asociación de Cultivadores de Arroz (ACA). Se trata de la realización de la XII Conferencia Internacional de Arroz para América Latina y el Caribe, que en esta ocasión se llevará a cabo en la capital del arroz en Brasil: Porto Alegre, del 23 al 26 de febrero de 2015.
Este encuentro, cuya organización lidera el Instituto Rio Grandense do Arroz -IRGA (Brasil), el Fondo Latinoamericano para Arroz de Riego-FLAR, el Centro Internacional de Agricultura Tropical-CIAT y la Alianza Global para la Ciencia del Arroz-GRiSP (por su sigla en inglés), será el ámbito en el que se presentarán los avances tecnológicos y se identificarán desafíos y oportunidades para el sector arrocero latinoamericano.
La Conferencia es también una oportunidad para compartir conocimientos y experiencias en torno al arroz, junto a expertos de diferentes partes del mundo, sobre el tema “Horizontes para la Competitividad”. Se analizará el estado de situación y la contribución en áreas clave, tales como: mejoramiento genético, manejo del cultivo, cambio climático, oportunidades del mercado y las alianzas para hacer más competitivo al sector arrocero de América Latina.
El ámbito de la conferencia también será una oportunidad para la celebración de los veinte años del FLAR, alianza público-privada que ha sido motor de la investigación, el desarrollo y la unión de la región en torno al arroz. Las actividades de la Conferencia concluirán el 26 de febrero con un día de campo, que se realizará en la Estación Experimental de Arroz del IRGA en Cachoeirinha, a solo 15 minutos de Porto Alegre.
El USDA prevé descenso en la producción mundial del cereal
Según el informe del USDA del mes de noviembre pasado, la producción mundial en la zafra 2014/15 alcanzará 475 millones de toneladas de arroz elaborado, lo que implica un descenso de 1,3 millones de toneladas respecto al año anterior. Los descensos se fundamentan en una disminución de los rindes del cereal a escala mundial.
Se estima que el consumo mundial tendría un incremento de más de 3 millones de toneladas, lo que implica que habría una diferencia de 7,9 millones de toneladas por encima de la producción esperada y una reducción de los stocks del 7%.
La tendencia mundial es a un aumento del consumo de arroz; sin embargo, la producción se ha mantenido estable en los diferentes países productores. Las estimaciones del USDA para la próxima zafra 2014/15 dan un descenso en la producción principalmente en India, Tailandia y Filipinas, lo que determinaría que en la próxima zafra, por primera vez en casi 10 años, la relación stock/consumo descienda.
Durante 50 años, Tailandia venía siendo el mayor exportador de arroz del mundo, pero debido principalmente al programa de compra de arroz aplicado por el gobierno de ese país, en los últimos años fue superado por India y Vietnam. La política aplicada terminó en mayo del año pasado, por lo cual las estimaciones del USDA indican que Tailandia volvería a ser el principal exportador mundial de arroz (USDA y Opypa).
Consumo interno
En cuanto a cifras del consumo interno de arroz, la tendencia marca que cada año aumenta per cápita. Tomando la cifra oficial del último censo, este marca que el país tiene una población de 3.286.314. El último estudio de consumo interno que se publica en la web de la ACA data del año 2012/13 y tomando los datos del censo poblacional, expresa que se consumen por habitante, al año, 17,7 kg. En cifras totales, el nivel de consumo interno es de unas 58.500 toneladas, solo 4,4 % del total de lo que se produce localmente.
Pérdida de competitividad en los mercados internacionales
El presidente de la Asociación de Cultivadores de Arroz, Ernesto Stirling, mostró su preocupación por la nueva Ley Agrícola votada en febrero del año pasado por el Congreso norteamericano, “donde se le garantiza al productor americano un precio mínimo. Esto determinó una caída en el precio internacional en los mercados en que compite Uruguay y complicó la realidad comercial. “Uruguay ha tenido que adaptar sus precios a los del mercado internacional buscando no perder terreno”.
Por otro lado, los aranceles que el país debe pagar en determinados mercados para poder ingresar, es uno de los temas que preocupan a los arroceros, más teniendo en cuenta que otros países competidores realizaron acuerdos bilaterales muy ventajosos. Según Stirling, “ya lo hablamos con la autoridades del MGAP y Cancillería, donde hemos tenido buena receptividad, tratando de llegar a acuerdos parecidos para mejorar nuestra competitividad”.
El principal destino del arroz uruguayo es Irak, que compra el 50 % , seguido de Perú con un 14,5 %, y luego le siguen Unión Europea, Brasil, México y algunos países de Centroamérica, como es el caso Costa Rica. “Lamentablemente”, este último mercado estaba siendo el séptimo destino de nuestro arroz a un buen precio, pero “el Congreso de ese país votó aumentar el arancel por cuatro años de 30 % a 65 %, por lo que entonces ya no es negocio venderle”.
Los mejores precios se obtienen en Perú, seguido de Irak y luego Brasil.
El precio promedio de la tonelada de arroz en los mercados internacionales se ubica en el entorno de los U$S 584 para las diferentes variedades.
Se estima que para cuando cierre el año comercial previsto para el próximo 28 de febrero no quede arroz para ser vendido. De las ventas grandes, lo último se embarcó con destino a Irak en el mes de Noviembre. A este destino, al cierre del 2014 se concretó un negocio de 60.000 toneladas, con un valor de U$S 590 la tonelada en el puerto de Montevideo.
