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Desde que integrantes del oficialismo propusieron en una reunión de fin de año introducir cambios impositivos durante el 2013, se volvió a disparar la polémica entre lo que muchos consideran los “dos equipos económicos” que administran el país, uno que responde al presidente José Mujica y otro que sigue las ideas del vicepresidente Danilo Astori.
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La idea de subir impuestos a las empresas y algunas declaraciones de jerarcas mujiquistas que pusieron en duda la pertenencia a la izquierda de quienes no estén de acuerdo con ello generaron indignación en el Frente Líber Seregni, hasta el punto de que el propio Astori declaró que su sector no está “para decorar” el gobierno y advirtió que, si las “agresiones” en su contra continúan, el “final previsible es muy malo”.
Aunque Mujica y sus allegados consideran que impulsar cambios en la política económica no va a provocar “ningún terremoto”, varios dirigentes del astorismo salieron a responder en medios de prensa. Esas apariciones públicas, dijeron a Búsqueda fuentes políticas, constituyeron una “secuencia” que fue “planificada” por ese grupo frenteamplista.
Tensiones.
“Esto no es Peñarol y Nacional. Con ese espíritu, y con esas visiones que muchas veces surgen de la propia izquierda, nunca hubiese sido posible lograr la gesta épica de la formación del Frente Amplio”, sostuvo el 11 de enero Pablo Ferreri, titular de la Dirección General Impositiva.
Cinco días después fue el ministro de Economía quien declaró que hay compañeros suyos que “desconocen o no valorizan adecuadamente los avances realizados” por los últimos dos gobiernos.
Fernando Lorenzo afirmó que aunque “están en todo su derecho los compañeros que plantean ideas relativas a introducir nuevas mejoras en el sistema tributario, por más imprecisas que estas sean”, no es “justo” que se diga que “si un compañero tiene dudas u objeciones acerca de la pertinencia o la oportunidad de una determinada iniciativa, merezca calificativos que ponen en cuestión su pertenencia a la izquierda”.
A su vez, el publicista y ex jefe de campaña de Tabaré Vázquez y Danilo Astori, Esteban Valenti, escribió el lunes 21 en el sitio web “Uy Press”, que “hay compañeros y grupos que consideran que ha llegado el momento de una estrategia de clara diferenciación y tensiones dentro de la izquierda” y “parece que su identidad la quieren construir a partir de ese choque”, porque han “decidido que el adversario está adentro del FA”.
El publicista sostuvo que “hay una ausencia casi total de elaboración ideológica, de propuestas estratégicas y todo se reduce a una disputa de imágenes y espacios”, lo que le da “temor”, porque el Frente Amplio se empieza “a parecer en ese aspecto demasiado a otros partidos que ocuparon el poder”.
“El peligro más grande de esta fábrica de tensiones es que desatan las pasiones más insanas en todos lados —advirtió— Humanos somos todos...”
En coincidencia con Valenti, el columnista Florencio Luzardo había planteado el 16 de enero en ese mismo sitio web, que “el perfilismo puede implicar ganancias circunstanciales para algún grupo político en particular y costos para la coalición en su conjunto”.
Elefantes.
El 18 de enero se pronunció sobre el tema otro jerarca del equipo económico. Pedro Apezteguía, director general de Secretaría del Ministerio de Economía, escribió en “Brecha” que “los argumentos y métodos utilizados” le recuerdan a las “21 condiciones de Lenin”, que determinaron que “solo serían considerados revolucionarios quienes adhirieran a ellas sin discutir”.
“Creí que esos ataques objetivos a la unidad, esos métodos de discusión que Lenin supo utilizar para destruir todo aquello que se puso en su camino de construcción de la república de los soviets, estaban superados. Pero no”, agregó.
A continuación Apezteguía elaboró con ironía una “receta para que el resultado de la discusión sea exitoso”.
“1. Divida la izquierda entre progresistas y revolucionarios. 2. Autodefínase como revolucionario. 3. Filtre a la prensa que los revolucionarios quieren distribuir la riqueza (...) cobrando impuestos a las empresas grandes, que son propiedad de los más ricos. 4. Difunda que hoy se cobra 25 por ciento de impuesto a la renta empresarial, a las empresas grandes y las chicas. 5. Explique que los revolucionarios proponen que el impuesto a las empresas grandes suba al 30 por ciento. 6. Hable con crudeza y declare ‘renegados tramposos que le hacen el juego a la derecha’ a todos aquellos a quienes no les guste el plato, o su forma de preparación”.
Apezteguía opinó que “la receta ha funcionado innumerables veces, pese a que su repetición indigesta” porque “no todos los compañeros están dispuestos a que se llame tramposos a quienes no les gusta la receta”.
Sostuvo que “Lenin, con su enorme inteligencia, jamás habría llegado a la conclusión de que si la tela de araña resiste dos elefantes balanceándose, entonces resiste a tres elefantes”, porque “hasta los más chicos saben que la tela se rompe (aunque el tercer elefante sea un camarada)”.
Fue el propio Astori el último de los integrantes del Frente Líber Seregni que se pronunció sobre la polémica. El martes 22 dijo en “La República” que el Frente Amplio debe “terminar con conductas (...) altamente inconvenientes”.
“A veces uno tiene la sensación de que en algunos casos se prioriza la construcción de espacios de poder internos, llegando incluso a agresiones contra otros compañeros y grupos, lo que, sinceramente, debilita el espíritu y el sentir frenteamplista. (...) Ponerse a definir quién debe pagar los costos políticos de determinadas situaciones de gobierno, o ponerse en calificadores de la condición de izquierda de otros compañeros, constituye una práctica (...) peligrosa”, que tiene “mucho que ver con los vicios del poder”, sostuvo.
“Si no construimos juntos, ponemos en peligro la victoria sobre la derecha”, opinó Astori, y agregó que si continúan “ciertos argumentos” el “final previsible es muy malo”.
“¿Dónde se quiere terminar? —preguntó— ¿Se nos quiere integrando el gobierno activamente y comprometidos en la primera línea de lucha, como siempre lo hemos estado, o se pretende que seamos un simple decorado? Porque nunca estaremos para decorar”.