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    Bloomfield, King, Davis y una pizca de Coltrane

    Robben Ford, el miércoles 23 en el Solís

    Tiene nombre de crack holandés y no es demasiado famoso fuera del mundo de la guitarra americana, pero desde hace al menos 30 años es una de las figuras ineludibles si se habla de blues o de jazz fusión. Su nombre se repite en las clásicas listas de guitarristas que abundan en los medios especializados. Tiene todo lo que tiene que tener un auténtico “músico de músicos”: alto talento y bajo perfil. Define su estilo como una combinación de guitarra blusera y la armonía del jazz moderno y a sí mismo como “una mezcla de B.B. King y Miles Davis, con algo de Coltrane”. Con los dos primeros, se dio el lujo de tocar en estudio y sobre un escenario. Pero entre todos los dioses guitarreros, su Olimpo personal reserva el mejor lugar para Mike Bloomfield, no tanto por considerarlo el mejor, sino porque, como dice en esta entrevista con Búsqueda, “la música es cuestión de gustos, pero también lo es de tiempos, y lo primero que escuchas de un artista suele permanecer como tu favorito”.

    Así explica su vocación por el instrumento con forma de mujer: “Sería por 1966 cuando empecé a escuchar blues eléctrico de Chicago. Entonces lo tocaban mayoritariamente músicos blancos. La de Paul Butterfield era una banda multirracial que interpretaba su música de una manera que yo consideraba auténtica. La forma de tocar y el sonido de Mike me fascinaron. Eso fue lo que me hizo dedicarme seriamente a la guitarra”.

    Tan virtuoso como versátil, Ford aparenta bastante menos que sus 62 años. Desde la cuna, ha estado rodeado de música: hijo de un guitarrista de country, hermano de un armonicista y un baterista y esposo de una cantante de cabaret. Grabó 22 discos solistas, cinco de ellos fueron nominados al Grammy, tocó en bandas como L.A. Express y Yellowjackets y colaboró con gente como Chick Corea, George Harrison, Bob Dylan, Joni Mitchell, John Mayall y John Scofield. No es casual entonces su buena condición vocal, que le permite acompañar su toque con típicas tonadas de blues.

    El miércoles 23 subirá al escenario del Solís, en una producción de Jazz Tour (entradas de $ 1.050 a $ 1.600 en Red UTS), en formato trío, junto a Brian Alle en bajo y Wes Little en batería, para presentar “Bringing It Back Home”, su último disco. Será también un momento oportuno para apreciar a Juan Pablo Chapital, uno de los mejores guitarristas locales de jazz y blues, quien abre el show con una breve muestra de su flamante segundo disco: “En construcción”.

    —Comenzó a tomar clases de guitarra a los 13 años y compró su primera guitarra con 19. ¿Quiénes eran sus ídolos?

    —Mi primer héroe guitarrero fue Mike Bloomfield, quizá todavía mi más obvia influencia. Entonces me metí con Eric Clapton, cuya presencia es enorme, y después me interné en Hendrix, B.B. King y muchos otros.

    —Charles Ford, su padre, tenía su propia banda de blues, y usted con sus hermanos armó la Charles Ford Blues Band. ¿Cómo recuerda aquellos días?

    —Mi padre se crió en la era de la Gran Depresión. Tocó country y otras músicas del Oeste, además de los éxitos de los años 20 y 30. Nunca trabajamos juntos. Mis hermanos y yo bautizamos nuestra banda en su honor. Solo duramos un año después de irnos de casa, pero aprendimos muchísimo. Cada tanto nos reunimos y tocamos juntos.

    —¿Qué música escuchaba en su casa?

    —Sonaba todo tipo de música: clásica, surf, todo el pop posible, música de iglesia. Todo muy formativo para nuestros oídos.

    —¿Concuerda con que “The Inside Story”, de 1979, es su mejor álbum?

    —Nunca oí esa opinión. La música es cuestión de gustos, pero también lo es de tiempos, y lo primero que escuchas de un artista suele permanecer como tu favorito.

    —Se consagró a los 35 años con Miles Davis. ¿Cómo describe su evolución como guitarrista?

    —La huella de Miles fue muy poderosa. Su sentido de la melodía y su uso del espacio son demasiado importantes para la música en general. Mi estilo es una combinación de la guitarra blusera con el desarrollo de la armonía y su aplicación en el jazz moderno para volverlo tradicional. Soy una mezcla de B.B. King y Miles Davis con algo de Coltrane y pequeñas cosas de muchos otros.

    —¿Quienes son sus guitarristas de blues preferidos?

    —B.B. King, Luther Tucker, Hubert Sumlin, Albert Collins y Otis Rush.

    —¿Ha sido influido por otros estilos como flamenco o bossa nova?

    —Solo un poco. Uno debe elegir un lenguaje y concentrarse en él. Si no, nunca se es capaz de tocarlo bien.

    —Tiene su propio modelo signature de Fender. ¿Cómo lo desarrolló y qué significa para usted?

    —Ya no más. Me sentí frustrado trabajando con una corporación. Me gustan las guitarras viejas, pero creo que me desdibujé un poco tocando solo instrumentos vintage.

    —¿Cómo ha sido compartir la música con su esposa, la cantante de cabaret Anne Kerry Ford?

    —Ella juega en su propia liga. Es una de las personas más brillantes que jamás conocí. En lo que a mí respecta, es la mejor.

    —Se mantiene en actividad constante, con cinco discos en la última década. ¿Cómo describe su último trabajo, “Bringing It Back Home”?

    —Mi favorito. Totalmente genuino y hecho con un gran grupo de músicos. Creo que es un disco lleno de amor a la música.

    —¿Cómo se lleva con el mundo de la música en la era de Internet, con sus ventajas y sus desventajas?

    —Uno tiene que adaptarse. No lo combato, a pesar de que es un mundo lleno de injusticia.

    —¿Qué música escucha hoy?

    —Actualmente escucho mucha música clásica de la India.