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    Bovarismos

    La ilusión de estar contigo, de Anne Fontaine

    La película se basa en la novela gráfica Gemma Bovery, de la ilustradora y guionista británica Posy Simmonds, una de las más importantes de su país, cuyos trabajos se publicaron en The Guardian, The Times y The Sun, entre otros. Gemma Bovery primero fue publicada en 1999 en entregas en el periódico The Guardian, y más tarde, en 2000, pasó al formato libro, convirtiéndose en una de sus obras más exitosas. Simmonds es autora de otro cómic, Tamara Drewe, que fue llevado al cine por Stephen Frears en 2010. Allí, en el papel de Tamara, una periodista que regresa a su pueblo natal visiblemente cambiada y provocando toda una revolución en el ambiente, se luce la bellísima actriz británica Ge­mma Arterton. Y es ella la que interpreta precisamente al otro personaje femenino fuerte de Simmonds, Gemma Bovery, en este filme dirigido por Anne Fontaine, la misma de Coco antes de Chanel, Nathalie X y Cómo maté a mi padre. Fontaine también es autora del guion, crédito que comparte con el ex crítico de Cahiers du Cinéma Pascal Bonitzer, director de cine (Pequeñas heridas) y guionista de varias películas de Jacques Rivette (El último verano), Raúl Ruiz (Genealogías de un crimen) y André Téchiné (Mi estación preferida).

    En Normandía, donde un siglo y medio atrás Gustave Flaubert escribió Madame Bovary, Martin Joubert (Fabrice Luchini), un ex profesor y editor que se fue de París y se hizo cargo de la panadería de su padre, lleva una vida relativamente tranquila en un pueblito alejado del ruido junto con su esposa Valérie (Isabelle Candelier) y Julian, su hijo adolescente. Hasta que llegan nuevos vecinos. Un matrimonio de ingleses: Charles (Jason Flemyng, de Juegos, trampas y dos armas humeantes) y Gemma. El apellido: Bovery. Martin, hombre culto, sencillo, admira de manera apasionada la obra mayor de Flaubert, y además de quedar alucinado con la mujer, también empieza a obsesionarse con los paralelismos que él percibe entre la vida de su vecina y la del trágico personaje de la novela, arquetipo de la insatisfacción matrimonial y existencial. Obsesionado con ella y aterrorizado ante la posibilidad de que sufra el mismo final de Emma, Martin va introduciéndose en la vida de Gemma de maneras cada vez más cuestionables, al punto de forzar algunos acontecimientos, que pueden, o no, derivar en tragedia.

    Gemma llega a la panadería de Martin y Valérie, huele los panes, improvisa su mejor francés, y el tipo queda embelesado. Valérie capta todo de primera, se lo señala a su esposo sin encono. Y él, en tanto, con un paupérrimo manejo del inglés, se babea con la mirada. A todo esto, esencias de la obra de Flaubert se filtran en diálogos y referencias. El juego de espejos entre las historias de Emma y Gemma, el voyeurismo de Martin, los engaños, las obsesiones y las pequeñas mentiras son llevados con iguales dosis de gracia y liviandad. Lo más firme es la interacción entre Luchini y la ex chica Bond: con miradas y gestos construyen una miniobra tragicómica. La frescura, la belleza y la sensualidad de Arterton, que realmente es buena, tienen una naturalidad inu­sual. Sobresalen algunas secuencias muy bien resueltas por Luchini, al que se ha visto en Las noches de luna llena, de Eric Rohmer o Mujeres al poder, de François Ozon: el hombre le saca partido a ese fino lector que es Martin, el panadero que percibe las situaciones que lo rodean como una ficción. Y él, como editor de textos, tiene que hacer algo.

    No es una gran película, no, pero entre el drama, el romance y la comedia, tampoco se pasa mal. Algunos secundarios y también algunas acciones se introducen de forma descuidada a la trama, para que la narración avance y llegue a donde debe. Hay unos vecinos de relleno que rinden, en especial esa mujer obsesionada con el aspecto físico, que no come carne y que en su casa tiene una cinta caminadora que le permite tener los glúteos de “una stripper de 22 años”. Gemma pasa de hablar unas pocas palabras en francés a tener un vocabulario casi enciclopédico. Hervé de Bressigny, interpretado por Niels Schneider (Los amores imaginarios, de Xavier Dolan) es un esbozo de personaje. Y, lo más difícil de pasar por la aduana: la historia es mayormente narrada desde el punto de vista de Martin, que apenas habla inglés, y que lee el diario que Gemma escribió, ejem, en inglés.

    La ilusión de estar contigo (Gemma Bovery). Francia, 2014. Dirección: Anne Fontaine. Guion: Pascal Bonitzer y Fontaine. Con Fabrice Luchini, Gemma Arterton, Jason Flemyng, Isabelle Candelier, Niels Schneider. Duración: 99 minutos.