Brasil apoya el pedido de “flexibilizar” el Mercosur para que un socio con problemas no sea “obstáculo para que los demás avancen”

entrevista de Guillermo Draper 
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La renuncia del canciller de Brasil Ernesto Araújo el 31 de marzo abrió un espacio de incertidumbre en el Ministerio de Relaciones Exteriores acerca del respaldo que ese país dará al planteo de Uruguay de “flexibilizar” el Mercosur. El apoyo parece todavía firme, a juzgar por las declaraciones a Búsqueda del director del Departamento de Mercosur e Integración Regional de Itamaraty, Michel Arslanian. Brasil está dispuesta a acompañar esa solicitud, aunque todavía no está claro cuál sería su alcance, ni si obtendrá el respaldo de los otros dos socios, Argentina y Paraguay

A pedido del gobierno de Luis Lacalle Pou, solicitó una reunión extraordinaria del Consejo del Mercado Común, una instancia que integran los ministros de Relaciones Exteriores y de Economía de los Estados miembro. En ese encuentro, previsto para el lunes 26, Uruguay presentará una propuesta concreta para flexibilizar la agenda de negociación con terceros países y permitir que cada socio pueda manejarla con cierta independencia.

“Apoyamos” la propuesta de Uruguay, dice el diplomático brasileño al inicio del diálogo. Y agrega que para su país es importante “pasar el mensaje de que si en la dinámica entre nosotros hay alguno que tiene dificultad, no quiere ir en el mismo ritmo, pasar el mensaje de que eso no constituye un obstáculo para que los demás avancen”.

Consultado acerca de lo que implicaría esa “flexibilización”, Arslanian dijo que ahora están en medio de un “proceso negociador”, que todavía no está cerrado y que es algo que se va a discutir entre los socios.

Uno de los objetivos principales de Brasil en la cumbre y en lo que queda del primer semestre del año es modificar el Arancel Externo Común (AEC) del Mercosur. La propuesta que puso sobre la mesa su país es reducir 10% “todo el universo arancelario” del bloque, lo que implica una “fórmula simplificada” que reduce “la complejidad técnica” y evita entrar en una elección de “perdedores y ganadores”.

A continuación, un resumen de la entrevista que Búsqueda mantuvo con Arslanian, quien pidió iniciar el diálogo con una breve exposición de su postura.

—El gobierno de Bolsonaro empezó con una agenda muy fuerte de avanzar en la integración de Brasil, de su economía, en los mercados internacionales. El Mercosur surge como un instrumento para llevar adelante esta agenda de modernización de la economía, de mejor inserción internacional. De ahí el esfuerzo que hacemos desde el inicio con las negociaciones con la Unión Europea, con EFTA. Tuvimos éxito, pero después, por otras razones, el tema está parado, no totalmente, pero hubo una desaceleración. Mientras, seguimos impulsando la agenda de otras negociaciones: Corea, Singapur, Líbano, Canadá. El tema de la agenda de las negociaciones externas es un ítem prioritario, pero no solo de Brasil, porque en la agenda del Mercosur el tema ya venía recibiendo mayor atención desde antes.

En el mismo espíritu de reforzar esta agenda económica comercial del Mercosur, hemos propuesto la revisión del AEC (Arancel Externo Común), que en sus 25 años de existencia nunca había sido objeto de una revisión integral. Y también estamos avanzando en acuerdos sobre facilitación de comercio, de desburocratización de la aduana, de acuerdo de indicaciones geográficas, acuerdos de propiedad intelectual y ahora el acuerdo de comercio electrónico. Estamos impulsando todo el cuadro jurídico normativo del Mercosur en lo económico y comercial, tanto en la agenda interna como externa, con este objetivo de ampliar el acceso a mercados, de reforzar el libre comercio dentro del bloque, con el resto del mundo, y de contribuir a la competitividad. El gobierno de Bolsonaro está apoyando esta agenda y siendo un activo promotor.

Lo que se busca ahora en la reunión del Consejo Extraordinario del Mercado Común es resaltar la prioridad que el Mercosur asigna a esos dos procesos específicos: las negociaciones externas y la revisión de la AEC. La dinámica de las negociaciones externas fue afectada por la pandemia, pero se ha juzgado importante emitir esa señal del compromiso firme del Mercosur con su agenda de modernización. El tema de la AEC, la manera que Brasil lo ve, es que es necesario emitir una señal. Hemos hecho una propuesta que tiene en cuenta la situación actual, las manifestaciones del sector privado, pero es un resultado parcial, no se pretende que lo que hagamos sea una respuesta completa en la revisión de la AEC. Es una señal de que estamos firmemente acometidos a esta tarea. El proceso de revisión ya empezó hace dos años, en marzo de 2019, entonces nos parece importante emitir una señal con una reducción que sea moderada y con una perspectiva de poder llegar a un entendimiento con los socios en esta materia, sin prejuicios. En la negociación externa, lo mismo: pasar un mensaje claro de la importancia de avanzar en esas negociaciones, un mensaje con mayor especificidad.

Y también está el tema de la flexibilidad, que no es nuevo y que ya está en la agenda, y que Uruguay busca impulsar con más fuerza. Es también intentar pasar el mensaje de que si en la dinámica entre nosotros hay alguno que tiene dificultad, no quiere ir en el mismo ritmo, pasar el mensaje de que eso no constituye un obstáculo para que los demás avancen. Ese es el mensaje más importante: que las diferencias en el bloque no constituyan una dificultad para que podamos seguir impulsando esta agenda. En ese sentido, apoyamos a Uruguay en esa propuesta. Incluso, leí un reportaje en Búsqueda sobre cómo el canciller Bustillo está discutiendo internamente este tema para que podamos avanzar. Tenemos expectativas de que podamos tomar decisiones en esos dos temas, en el sentido de que podamos mostrar que estamos caminando.

—¿Para qué bienes pretende Brasil reducir el AEC?

—Como queremos un resultado con el cual podamos tener acuerdo en este semestre, a corto plazo, y no buscamos una reforma completa, nuestra propuesta es tener una reducción del 10% lineal y transversal, para todos los productos, para todo el universo arancelario. La percepción, a la luz de los debates internos en Brasil, es una fórmula simplificada, que disminuye la complejidad técnica de llegar a un acuerdo y también evita —nunca se resuelve completamente, pero tiene la preocupación de evitar— que estemos en este proceso eligiendo perdedores y ganadores. Entonces, todos van a sufrir una rebaja. Creemos que eso facilita internamente la asimilación de tal propuesta. Lo importante es que estamos elevando eso para discutir con los socios, con espíritu de apertura, flexibilidad, pero estamos muy determinados a llegar a un acuerdo con ellos.

—¿El objetivo, entonces, es que se logre llegar a un acuerdo con los socios en este semestre?

—Sí, ese es nuestro objetivo. Estamos negociando, lo pusimos sobre la mesa y estamos trabajando en ese sentido.

—¿Cuál es el objetivo de bajar el AEC?

—Hay una preocupación de dar la señal, porque es innegable que el arancel promedio del Mercosur está entre los más altos a nivel mundial. Entonces, tiene un objetivo de decir que estamos hablando en serio cuando encaramos el proceso de revisión. Esta rebaja es más bien una señal, no es la revisión completa. No estamos proponiendo ninguna apertura excesiva, es más bien una señal que nos parece importante, sobre todo pensando en la pospandemia, mostrando al Mercosur como un buen espacio para los negocios. En Brasil estamos en nuestro tercer año de gobierno y el Ministerio de Economía cree que es importante también a nivel interno que podamos decir que nuestra agenda de reforma en el ámbito de la apertura y de la mayor inserción sigue adelante.

Lacalle pou camina junto a Jair Bolsonaro. Foto: AFP.

—Usted decía que Brasil apoya la flexibilización que plantea Uruguay. ¿Qué implica para Brasil la flexibilización? ¿Que cada país pueda negociar de manera independiente acuerdos comerciales?

—Nosotros queremos que la agenda siga adelante, entonces, sabemos que será necesario llegar a un consenso intra-Mercosur sobre este tema. Apoyamos este impulso de Uruguay de asegurar que las cosas marchen bien. Pero vamos a ver, es un proceso negociador y vamos a discutir con los socios.

—La posición de Paraguay es que mejor negocien los cuatro socios juntos, según declaró a Búsqueda la semana pasada el viceministro de Relaciones Económicas e Integración de Paraguay, Raúl Cano Ricciardi. ¿De qué habla Brasil en cuanto a la flexibilización?

—Creemos que es importante que no haya obstáculos para que los países sigan adelante, pero tenemos que llegar a un acuerdo intra-Mercosur. Creo que eso también está reflejado en este artículo que ustedes han publicado.

—¿Brasil cree que hay que derogar la decisión 32/00?

—Nosotros estamos apoyando a Uruguay y vamos a ver lo que es posible en la negociación con los socios.

—Hablar de distintas velocidades en las negociaciones con Corea del Sur es un cambio con respecto a lo que sucedía antes. ¿No?

—Es algo que estamos intentando implementar con algunas negociaciones como la de Corea. Lo importante es que nosotros hemos visto que con la Unión Europea el Mercosur logró actuar conjuntamente y consiguió resultados. El objetivo es que sigamos en una dinámica en que las dificultades de uno no perjudiquen a los demás.

—Con Corea del Sur, Argentina dio la posibilidad de que los otros tres socios continúen avanzando. ¿Hubo algún resultado favorable?

—Nosotros discutimos mucho este tema a nivel intra-Mercosur. El problema es que todas esas negociaciones han desacelerado, tenemos que ver en la práctica cómo va a evolucionar.

—El gobierno uruguayo ha dicho que quiere negociar un acuerdo, con el Mercosur o de manera independiente, con China. ¿Es posible?

—Ese tema no lo estamos considerando ahora.

—¿No está sobre la mesa?

—No está siendo objeto de discusión ahora entre nosotros.

—En el pasado, Brasil ha expresado sus reservas acerca de la posibilidad de una negociación del Mercosur con China. ¿Está en revisión interna o persiste una postura contraria?

—Vamos a seguir discutiendo esto. El consejo ni siquiera ocurrió, vamos a ver cómo evolucionan las cosas.

Lacalle Pou habla por videoconferencia con su par argentino, Alberto Fernandéz. Foto: AFP.

—Uruguay todavía no presentó un documento de flexibilización en el Mercosur. ¿Están conversando de manera bilateral?

—Las discusiones están ocurriendo, vamos a ver cómo evolucionan. Tenemos que dejar que las cosas tengan mayor definición, con antelación a la reunión es mejor dejar que las cosas sigan, antes de que yo mencione un estado que aún está en evolución.

—Las decisiones del Mercosur se definen por consenso. Argentina ha sido muy clara en que este es el peor momento para una “flexibilización lisa y llana”, según declaró al diario Ámbito el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Jorge Neme. ¿Se puede encontrar un punto intermedio?

—Creo que hay que recalcar que el hecho mismo de que esos dos temas van a ser objeto de una reunión extraordinaria del Consejo de Mercado Común, donde estarán los ministros de Economía y los cancilleres, demuestra la importancia asignada a los dos temas. Vamos a trabajar con el espíritu de llegar a un entendimiento, eso es lo importante. El Mercosur siempre ha sabido encontrar fórmulas de avanzar teniendo en cuenta los intereses específicos de los socios y el consenso es el método decisorio. Creo en el mensaje que el canciller Bustillo dio en su nota: trabajemos con todo el ánimo para llegar al mejor resultado posible dentro de la dinámica que sabemos cómo es en el Mercosur.

—En Uruguay hay miradas escépticas de que se logre convencer a Argentina.

—Las dinámicas están armadas para tratar eso con todo el espíritu negociador y con todo el espíritu de seriedad, entonces aguardemos.

  • Recuadro de la entrevista

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Información Nacional
2021-04-21T19:43:00