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    Brexit

    Sr. Director:

    En el ejemplar de Búsqueda de 14 de Julio, el Sr. John Moor publica una carta sobre el Brexit en discrepancia con el artículo del Sr. Vargas Llosa aparecido en el mismo número, y que él había leído previamente en “La Nación” de Buenos Aires.

    Concuerdo plenamente con lo expresado por el Sr. Moor en cuanto a algunas de las razones que puede tener el pueblo británico para tomar esa democrática decisión que afecta vitalmente su futuro. El artículo de Vargas Llosa, en su acostumbrado estilo bombástico, ampuloso, y siempre hablando desde el Olimpo moral, está muy mal informado. Este exitoso novelista piensa por alguna razón que su éxito literario lo convierte en una especie de opinólogo universal, un oráculo, y se expresa con total desprecio sobre el voto de 17,5 millones de personas (que son los que votaron por el Brexit), casi como si fueran débiles mentales. Me hace recordar, en su infinita versación, a cierto personaje vernáculo que por cierto no opina escribiendo.

    En mi opinión —aunque ello es secundario para lo que quiero decir— esa decisión será conveniente desde el punto de vista económico y le permitirá aumentar su comercio con el resto del mundo sin necesariamente disminuir su comercio con la Unión Europea (UE). Obsérvese que ya hay una oferta de Australia para un tratado de libre comercio con el Reino Unido, cosa que este no puede aceptar hasta que no esté formalmente fuera de la UE, pues la misma prohíbe esas decisiones a cualquiera de sus miembros. Según el gobierno británico, ya hay 10 o 12 ofertas similares, que por el momento no puede evaluar.

    Por otra parte la contribución del Reino Unido a la UE es algo tan desaforado que es difícil pensar que, si eventualmente hubiese algún daño económico por el alejamiento, el mismo fuese mayor que esa contribución, que es de 13.000 millones de libras esterlinas (U$S 20.150.000.000) por año, cifra a la que ya he descontado los famosos “rebates” o devoluciones negociadas por el gobierno de Margaret Thatcher, que serían de —seguir existiendo— otros 5.000 millones de libras. Hay un reciclaje al Reino Unido de 4.500 millones para el sector agrícola y otros sectores ineficientes de la economía británica, en lugares tales como Gales y Cornwall, decidido esto esencialmente por las reglamentaciones de Bruselas y no por el gobierno británico. En definitiva, el aporte es de unos 8.500 millones de libras esterlinas (con la libra a USD 1,55 en el 2015, ello es 13.175 millones de dólares por año, o USD 36.000.000/día). Ver https://fullfact.org/ europe/our-eu-membership-fee-55-million/. Por cualquier concepto que se lo mire, es una cuota de membresía excepcionalmente alta.

    Mucho se ha dicho sobre que Escocia ha votado en forma diferente, pero nada he leído ni escuchado sobre las fundamentales diferencias demográficas, geográficas y migratorias entre los diferentes miembros del Reino Unido. El mismo tiene una población (los contados, por supuesto) de 65.133.605 al 20 de Julio de 2016, lo cual da una densidad poblacional de 269 ha/km2 muy desigualmente distribuidos. Así, Inglaterra, con el 84% de la población y 130.995 km2 (73% del Uruguay), es el país más densamente poblado de Europa, con 413 ha/km2, vs. 68 para Escocia y 135 para Gales. Como referencia, Francia tiene 115 ha/km2 y Alemania 232 ha/km2.

    Es a esa Inglaterra extremadamente superpoblada a donde va el 90% de la inmigración. Escocia tiene, por lo tanto, una densidad de población seis veces menor que Inglaterra, una población de 5,5 millones (unas 10 veces menos que Inglaterra) y le toca mucho menos del 10% de los inmigrantes, dado que los mismos también van a Gales e Irlanda del Norte. Hay en el Reino Unido 3.000.000 de inmigrantes de la UE, además de incontables de India (primero por lejos), Pakistán, Nigeria, Bangladesh, Jamaica, Sri Lanka, etc. (en ese orden). Veamos del “Migration Observatory” (www.migrationobservatory.ox.ac.uk /briefings/ migrants-uk-overview) de la Universidad de Oxford:

    Entre 1993 y 2014, la población inmigrante del Reino Unido se duplicó con creces, yendo de 3,8 millones a alrededor de 8,3 millones.

    Londres tiene el número más grande de inmigrantes de entre las diversas regiones, 3.000.000 de extranjeros en 2014, y los inmigrantes son el 40% del Inner London.

    Como se comprenderá, no hay país cuya trama social pueda resistir esa presión migratoria, muchísimo menos si tenemos en cuenta que la gran mayoría de esa inmigración es la parte desfavorecida de países desfavorecidos, es decir gente de muy baja cultura, y esto vale tanto para los europeos como para los no europeos, donde la parte exsoviética o similar (Polonia, Rumania, y Europa Oriental en general) son la mayoría. Va sin comentarios la inmigración del Medio Oriente, que es obligatorio recibir según cuotas impuestas por la UE siguiendo su criterio de burócratas que a nadie responden y que trabajan entre bambalinas. Hungría, por ejemplo, país pequeño que ha sido saturado por centenares de miles de inmigrantes, y que ha dicho basta, será seriamente multado por 166 millones de euros según su cuota obligatoria solo del último año (multa de 250.000 euros por cada inmigrante al que no dejan entrar).

    Hungría, la República Checa, Eslovaquia y Polonia se oponen a las cuotas y las califican de chantaje, mientras que el vicepresidente de la Comisión Europea (Frans Timmermans) les dice que “la solidaridad dentro de la UE no es una opción a la carte”, o, en buen romance, “ustedes no eligen nada, obedecen y punto.” Esos países se oponen al concepto mismo de cuota, describiéndolo como “una vía muerta.” Hungría planea un referéndum sobre ese asunto para este año, diciendo que el mismo viola su soberanía nacional, lo cual es incontrovertible y vale para todos y cada uno de los países de la UE, que ya pagan un precio terrible al respecto. Sus sistemas de salud, de educación, de seguridad, de alojamiento han sido completamente desbordados.

    Sería ocioso decir que una gran parte de los inmigrantes quieren traerse el barrio a cuestas. Migran con toda la intención de no obedecer las leyes ni costumbres de los países que los albergan, contra los cuales demuestran un gran resentimiento, se encierran en sus comunidades transformándolas en ghettos, se niegan a integrarse y hasta a aprender el idioma, terminando muchas veces en actividades criminales o de venganza racial o étnica. Las 1.200 violaciones (algunas de ellas en grupo) que hubo en Alemania (Colonia y Hamburgo en especial) en Año Nuevo, llevadas a cabo por inmigrantes del Medio Oriente y resultando en solo tres procesamientos, son un claro ejemplo. No puede sino pensarse en una cosa concertada.

    Un factor que es frecuentemente citado en el Reino Unido y que muestra a qué nivel buena parte de la inmigración es con el propósito de usufructuar de su generoso sistema de salud, es que por cada 100 casos de SIDA que hay en dicho país, 60 son de inmigrantes. El costo del tratamiento es 28.000 euros por paciente y por año. Que un país no tenga derecho a controlar la calidad sanitaria de su inmigración, ni la cantidad de la misma, desafía todo lógica.

    Uruguay no es tan ajeno a todo esto: unos pocos refugiados sirios y/o expresos de Guantánamo nos han provocado todo tipo de problemas a pesar de que han recibido una ayuda que no la tiene ningún ciudadano uruguayo. Imaginemos 485.000 de ellos (13%) para una población total de 3.729.000. Similarmente, una súbita inmigración de unos pocos miles (y quizás ni tanto) de mujeres (en general) dominicanas de muy baja condición socio-cultural saturaron de tal manera nuestra capacidad de absorción que Uruguay se vio obligado a requerir una visa para limitar el flujo.

    Los recientes y numerosos casos de terrorismo en Francia y Alemania, ya sea por inmigrantes o hijos de los mismos, prueban claramente lo desafectos que muchos son hacia el país que les dio cobijo. Además de los explosivos y armas de fuego, ahora las armas son camiones, cuchillos, hachas, y los terroristas, adolescentes. Digo esto siendo que soy el primero en afirmar que no todos los musulmanes son terroristas ni muchísimo menos, y que los terroristas son una ínfima minoría, pero aun así están escondidos, cobijados en su grupo étnico, en sus barrios donde la Policía no puede entrar sin que sea un operativo mayor como hemos visto en el Marconi hace un par de meses.

    Dado los ghettos latinoamericanos que he visto en gran abundancia en Estados Unidos, me inclino a pensar, contrariamente a las apariencias, que el primer factor de la ghetización y la criminalidad no es el religioso. Otra cosa es el terrorismo, y de nuevo considero a la religión como una cosa que define a la etnia y no como un factor de terrorismo en sí mismo. Sin duda, es el instrumento agitante para lograr un fin político usando gente de paupérrima educación y con gasto mínimo. El asunto es étnico, casi tribal, y la asimilación imposible.

    Por otra parte, y siendo un admirador de la cultura europea, no veo nada ganancioso en que la misma termine en un popurrí indistinguible y mediocre, en un mazamorra amorfa. Veo como algo deseable que cada uno conserve su identidad y viva y produzca según sus características nacionales, ya sea con mercado común o no, pero no con federación política que cada vez desmerece más a las naciones, a su creatividad y a su independencia. Decía el mencionado corresponsal Moor que Alemania es el país que más patentes de invención produce de Europa, y lo hace en una forma desproporcionada. Doy fe de que es así, y no es mezclando países de alta tecnología con países que casi no la producen que la misma va a ser incentivada.

    Es en este contexto donde una moneda única, con un único banco central, es absurda. Si bien esto no incluye al Reino Unido dado que no está en la zona euro, sí es pertinente en cuanto al voluntarismo del proyecto federal de la UE, dado que naciones radicalmente distintas, con estructuras productivas, historia, cultura y hábitos completamente diferentes no pueden tener un mismo banco central, ni una misma inflación, ni los mismos equilibrios. Esto ha llevado a proponer el absurdo adicional de una UE “en dos velocidades”, una para el norte y otra para el Mediterráneo. Países productores de tecnología y con una fuerte base industrial no pueden tener la misma moneda que países que viven del turismo, que se jubilan a los 50 años y cuyo gasto público es extravagante. Las crisis de Grecia, Italia, España, Portugal, y hasta Irlanda no han hecho más que resaltar esto, provocando una moneda en permanente inestabilidad y con una infinidad de subvenciones cruzadas que no hacen más que resaltar su ineficiencia.

    Quisiera referirme también a la extraordinaria renuncia a la soberanía que los países deben aceptar para pertenecer a la UE (los Estados Unidos de Europa, según lo proclama Bruselas abiertamente), a la que estamos acostumbrados a ver solamente como un mercado común y no como una unión política. Esa unión política les fue forzada a los pueblos, de la mano de sus políticos, aun cuando las naciones la rechazaron formalmente en plebiscitos como los de Francia y Holanda en 2005 e Irlanda en 2008. Es imperdible la entrevista por la BBC a la ministra francesa para Energía y el Medio Ambiente, Segolene Royal, ex pareja del Presidente Hollande y madre de sus cuatro hijos:

    “Francia no hará el error de David Cameron (de cumplir su promesa y llamar a referéndum), se lo puedo asegurar. No vamos a tener un referéndum sobre la salida de Francia de la UE, se lo vuelvo a asegurar.”

    Cuestionada por el periodista y preguntada si ella “es o no es demócrata y si respeta la voluntad del pueblo”, contesta: “A los pueblos hay que hacerles la pregunta correcta, y esta no es si quieren o no quieren UE, sino cómo la quieren. Se necesita una buena pregunta para obtener una buena respuesta” (es decir, la que el gobierno quiere).

    Hay que ver los gestos despreciativos de esta fémina en esa entrevista, que está en youtube y se denomina “La bonne question”: https://www.youtube.com/ watch?v=oc3BVi__FWo y en texto está en:

    http://www.telegraph.co.uk/news/2016/07/06/how-the-most-powerful-female-politician-in-france-used-the-bbc-t/

    Sin embargo, cuando en 2005 se le preguntó al pueblo francés si quería una Constitución europea y contestó que no por 55% a 45%, se ignoró su voluntad —así como la de Holanda, que lo rechazó por 61% a 39%— se tergiversó y se retorció los argumentos, y les presentaron a los pueblos europeos una versión modificada llamada Tratado de Lisboa, que fue presentado como enmiendas a los tratados existentes. Los gobernantes lo firmaron, y apareció la Constitución europea bajo otra forma, aunque había sido rechazada por algunos países y donde la mayoría de los pueblos no habían sido consultados. El nuevo tratado (de Lisboa) estaría basado en las partes primera y cuarta de la rechazada Constitución, y el resto sería logrado mediante cambios y agregados al Tratado de Roma.

    Irlanda lo rechazó categóricamente en el 2008, y su pueblo fue engañosamente guiado a aceptarlo en el 2009, en sendos referendums, siendo que para el segundo hubo que modificar la Constitución de Irlanda (Enmienda 28). Para más detalle consultar:

    https://en.m.wikipedia.org/wiki/Treaty_establishing_a_Constitution_for_Europe#

    El ex presidente francés Giscard d’Estaing, artífice de la Constitución europea rechazada por su propio pueblo, dice sin andarse con muchas vueltas y mostrando abiertamente cómo han sido engañados los pueblos:

    “La última ‘onda’ es preservar parte de las innovaciones del Tratado Consitucional, pero escondiéndolas mediante su fragmentación en diversos textos. Las provisiones más innovativas se transformarán en simples enmiendas a los tratados de Maastricht y Niza. Las variaciones técnicas serán reagrupadas en un tratado incoloro e inocuo. Los textos serán enviados a los parlamentos nacionales, que los votarán por separado. Por lo tanto la opinión pública será guiada a adoptar, sin saberlo, las provisiones que no nos animamos a presentarle directamente. Este proceso de “dividir para ratificar” es obviamente indigno del desafío que está en juego. Puede ser un buen acto de prestidigitadores, pero confirmará a los ciudadanos europeos en la idea de que la construcción de Europa es organizada detrás de sus espaldas por abogados y diplomáticos.”

    “Lisbon No campaign was ‘dishonest’ in misusing his quote, says Giscard”. The Irish Times. 26 June 2008.

    http://www.independent.co.uk/voices/commentators/valeacutery-giscard-destaing-the-eu-treaty-is-the-same-as-the-constitution-398286.html

    Las proposiciones recientes para la decisión de tener una política exterior común y la formación de un ejército europeo resalta la renuncia a la soberanía de los países y su subordinación a un poder central. Esto es, también, una de los tantos factores que han llevado al pueblo británico a votar como votó, y hay muy considerables sectores en varios otros países de Europa que desearían hacer lo mismo.

    No pretendo hacer futurología sobre las consecuencias económicas del Brexit, pero si un precio hubiera que pagar, estimo que el mismo no habrá sido caro si Gran Bretaña puede recuperar parte de su identidad cultural, de su independencia y de la vigencia de sus leyes y tradiciones, tanto a nivel parlamentario como judicial y social.

    Lo mismo les deseo a todos los pueblos de Europa.

    Lo saluda con la mayor consideración,

    Enrique Bozzo