A principios de enero, la Intendencia de Canelones presentó los avances y resultados de sus programas de clasificación, recuperación y valorización de residuos. Según la información brindada por las autoridades, el departamento tiene el mayor porcentaje del país de recuperación de materiales.
En el último tiempo esa intendencia logró avances en la gestión de residuos que han sido destacados tanto por el Ministerio de Ambiente como por la Cámara de Industrias del Uruguay (CIU). Fue también el primer gobierno departamental que firmó un acuerdo con esa gremial empresarial para llevar adelante el nuevo Plan Vale, una estrategia impulsada desde el ámbito privado con el fin de aumentar la cantidad de envases recuperados para reciclaje en Uruguay.
Al día de hoy existen al menos otros 13 preacuerdos con diferentes intendencias para “aterrizar el diseño y la ejecución” de esta nueva estrategia, confirmó a Búsqueda el secretario de la comisión de Medioambiente de la cámara, Agustín Tassani.
El panorama actual es muy desigual según el departamento. Los porcentajes de recuperación varían mucho, impactados por factores como la densidad de población, la infraestructura y los recursos. En esa línea, el director general de Gestión Ambiental de la comuna canaria, Leonardo Herou, dijo a Búsqueda que, a través de los programas de recuperación de residuos de origen domiciliario, Canelones logra recupera hoy aproximadamente el 12% de los envases de plástico, vidrio, metales y cartón que se generan en el departamento.
Se trata de una cifra llamativa, si se tiene en cuenta que el promedio en el resto del país es de un 5%, según datos publicados por el Plan de Gestión de Envases corroborados por la CIU.
“A eso hay que sumarle lo que recuperamos a través de programas dirigidos a instituciones educativas, oficinas públicas, comercios e industrias. Estamos en la senda correcta, aunque falta mucho”, afirmó Herou.
Hoy Canelones se encuentra en etapa de transición en materia de residuos, a la espera de equipamiento de limpieza previsto en el nuevo presupuesto quinquenal. Según dijo, está proyectada una inversión de US$ 24 millones en este período para sumar camiones, contenedores y vehículos livianos, entre otras cosas.
Además, está planificado extender el programa Hogares Sustentables a todos los municipios mediante la incorporación de equipamiento para clasificar residuos a nivel domiciliario. Particularmente, el gobierno departamental se propuso que 140.000 familias cuenten con doble contenedor (uno para los residuos no reciclables mezclados y otro para los materiales reciclables), y una compostera. Esto se debe a que de cada kilo de los residuos que se generan en los hogares, un 30% corresponde a materiales fácilmente reciclables y cerca de un 44% a residuos orgánicos, describió.
“En 2019 Canelones presentó un plan departamental de gestión de residuos. Se trata de un plan integral que prevé la consolidación de un sistema, que es a lo que apuntamos para seguir mejorando”, enfatizó Herou.
Por otro lado, el departamento busca generar cada vez menos residuos, para lo que se planteó la meta de reducir en un 50% las cifras para 2025 en consonancia con los objetivos nacionales. Para eso apuesta sobre todo a promover la educación ambiental y la figura del consumidor responsable, explicó el jerarca, así como la clasificación en origen y la recuperación de materiales.
Indicadores
Consultada por Búsqueda, la directora ejecutiva de CEMPRE, Marisa Cirillo, organización que trabaja para promover la reducción y reciclaje de residuos en base a la economía circular, dijo que es importante contar con “información neutral”. Es que según explicó, “depende con quién se hable, qué indicadores se manejan”.
En ese sentido, la experta mencionó que hoy no hay indicadores consensuados en materia de gestión de residuos, por lo que en ocasiones los gobiernos departamentales manejan diferentes parámetros al momento de medir y evaluar. “Se deben establecer líneas de base y generar indicadores para saber de qué hablamos cuando hablamos de residuos” opinó.
En cuanto a Canelones, Cirillo afirmó que el departamento avanzó mucho en la gestión de sus residuos y valoró los esfuerzos de las autoridades. Sin embargo, cuestionó el porcentaje de recuperación presentado por la intendencia, al explicar que muchas veces los análisis “pueden estar sesgados” o ser difíciles de comparar entre ellos al manejar diferentes criterios.
Para Cirillo, los departamentos mejor posicionados en materia de recuperación son Canelones y Montevideo. Si bien la capital alcanza menos de un 5% del total de material que se vuelca al mercado, es necesario tener en cuenta que es en donde se genera mayor cantidad de residuos. También destacó el accionar de Rivera, departamento con buenos niveles de recuperación en el contexto general.
“La Intendencia de Montevideo apunta mucho a la incorporación de indicadores e incluso hay una licitación abierta para la trazabilidad de residuos. Ambiente también busca impulsar un proyecto de trazabilidad de residuos peligrosos”, señaló.
Expectativas
El Plan de Gestión de Envases se aplica hoy solamente en Montevideo, Canelones, Maldonado, Rocha, Rivera y Flores. Los demás departamentos no cuentan con registros formales de recuperación, lo que no significa que no estén avanzando, explicó por su parte Tassani.
El experto destacó la gestión de Flores, aunque reconoció que tiene la ventaja de manejar un volumen de residuos menor en comparación con otras localidades. En cuanto a Maldonado y Rocha, aseguró que deben enfrentarse a picos por la temporada estival, una dificultad particular de los departamentos costeros.
Sin embargo, con la entrada en vigencia del Plan Nacional de Residuos, en el que se enmarca el Plan Vale de la cámara, se espera llegar a todo el territorio nacional con políticas eficientes de recuperación de envases, agregó.
“Tuvimos una muy buena recepción de todos los departamentos. Venimos trabajando junto a las intendencias desde hace cuatro meses y hay una buena disposición a trabajar juntos en el nuevo plan de gestión de envases”, aseguró. Para Tassani, la dificultad mayor radica en que cada intendencia tiene su impronta, su abordaje y su propia idiosincrasia, por lo que ahora lo que se busca es adaptar los objetivos del Plan Vale a cada realidad.
“Estamos definiendo dónde se podrían poner las plantas de clasificación, quién trabajaría en ellas, entre otros puntos, con el fin de bajar todo a tierra en el correr de 2023”, dijo.